Toda inversión pública o privada hacia los sectores más necesitados debe estar orientada a generar resultados cuyo impacto se evidencie en los derechos y el mejoramiento de los desempeños de los seres humanos y no sólo en las cosas que necesitan

El Perú vive un momento de crecimiento económico sostenible que le permite entrar en una etapa de desarrollo distinta a las décadas pasadas, especialmente para los sectores sociales que todavía viven en pobreza y exclusión. Por ejemplo en la década de los 80 las políticas y programas en favor de los más necesitados – tanto las que eran promovidas por del Estado como las impulsadas por ONG – eran primordialmente de carácter asistencial. Sus estrategias de trabajo a la larga generaban altas relaciones de dependencia entre estos agentes (los promotores de los proyectos) y la población destinataria de los mismos. En ese contexto era muy difícil que se produjeran cambios sostenibles en dichos sectores para que logren superar dicha situación y se valgan por ellos mismos sin depender del tutelaje de cualquier agente externo.

Hoy en día más bien las condiciones políticas y económicas han cambiado de manera sustancial y es por eso que se requiere incorporar nuevas formas de intervención que promuevan más bien el desarrollo de capacidades, la ampliación de los derechos, la inserción a los mercados y en general el aprovechamiento de las oportunidades que se presentan en el entorno. Nos encontramos pues en un momento clave para enfrentar la pobreza con mejores posibilidades económicas y políticas. En efecto según los datos proporcionados por el INEI, la reducción de la pobreza se manifiesta de manera clara en varias partes del país, especialmente en las regiones donde existe mayor crecimiento urbano, comercial e industrial. Sin embargo, todavía existen muchas zonas en el país donde este tipo de crecimiento aún es muy débil.

En esa perspectiva una de las formas de lograr canalizar y utilizar mejor los recursos con los que cuenta el Estado, el sector privado, la cooperación internacional, las ONG, entre otros, para superar las diversas brechas de exclusión que separan fuertemente a los peruanos es a través del diseño e implementación de programas y proyectos efectivos que incorporen el desarrollo humano como base central de su apuesta política y socioeconómica. La anhelada sostenibilidad de los resultados de estos programas y proyectos en la coyuntura actual pasa por contar con: i) diagnósticos claros, ii) objetivos viables y sostenible iii) estrategias eficaces.

La necesidad de incorporar métodos para formular proyectos con capacidad para articular estas dimensiones se convierte en el desafío actual. En ese sentido, utilizar métodos que reducen el proyecto a la ejecución de obras o infraestructura y su factibilidad económica, o proyectos que ponen el peso en un solo sector sin buscar su articulación con otros frente a problemas sociales complejos es reducir o limitar la mirada del desarrollo que todo programa o proyecto debe incorporar conjugando esfuerzos multisectoriales, interdisciplinarios y buscando acuerdos políticos claves para la gobernabilidad del país cuidando que el crecimiento económico no se detenga.

El curso Elaboración de Proyectos del Instituto de Democracia y Derechos Humanos (IDEHPUCP) incorpora estos desafíos, intentando dotar a los participantes no sólo de herramientas para diseñar proyectos metodológicamente rigurosos, sino también esclarecer la necesidad de tener un enfoque teórico que le otorgue a sus propuestas una mirada que no se limite a la entrega de bienes o servicios, sino que además logre plasmar en su propuesta a la persona como el fin de todo este esfuerzo. Demostrar entonces que toda inversión pública o privada hacia los sectores más necesitados debe estar orientada a generar resultados cuyo impacto se evidencie en los derechos y el mejoramiento de los desempeños de los seres humanos y no sólo en las cosas que necesitan.