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"A través del cómic puedo reconstruir el periodo de violencia con mi lápiz y mi papel"

Jesús Cossío es autor de los libros Rupay (en coautoría con Alfredo Villar y Luis Rossell) y Barbarie; ambos abordan el periodo de violencia política. Acaba de lanzar su tercer libro Guerrilla en Paucartambo en coautoría de Miguel Rubio. Es uno de los invitados para el conversatorio Comics: La representación visual de la cultura política peruana; en la sala de grados de la Facultad de Ciencias Sociales del jueves 24 de octubre a la 1:30 p.m.

  • Jesús Cossío
    Historietista
  • Texto:
    Diego Avendaño
  • Fotografía:
    Mario Lack

¿Cómo pasas de hablar de temas más personales, como hacías en los 90, a tocar la violencia política en tus cómics?

Como es natural, siempre hay evolución. El tema me interesa y vi que la manera en que la tratan en los medios es muy tendenciosa, quise buscar otro punto de vista. Me parece terrible que en lugar de animar a los chicos a ponderar lo que pasó y tener un punto de vista; hay una fuerte campaña en medios: no leas el informe de la CVR, es mentira, no te acerques, tergiversar, decir cosas que los informes sobre Derechos Humanos no dicen.

¿Cómo es tu aproximación a los temas que tocas?

Más que investigar, lo que hago es documentarme, porque la investigación ya está hecha. El mismo informe final de la CVR es una investigación. Busco las fuentes, periódicos, casos de derechos humanos. Fue así en el caso de mis primeros libros Rupay y Barbarie. En el libro Guerrilla en Paucartambo hay una investigación hecha de Miguel Rubio de Yuyachkani. Lo que me toca es documentarme visualmente, es decir, ir al pueblo, buscar fotos de periódicos, informes de derechos humanos y bibliografía al respecto y en el mejor de los casos hablar con personas que puedan tener algún punto de vista al respecto.

El informe de la CVR tiene varios tomos. ¿Cómo explicar algo tan amplio y complejo de manera sencilla?

No hago una versión del informe, sino que lo tomo como fuente. Tengo también otras fuentes. En verdad, el riesgo es que la gente no quiere enterarse del tema. Por lo demás, las interpretaciones o preguntas sobre la violencia política son bienvenidas.

…y también suele tener acusaciones de ambos bandos.

El ejemplo más claro es que mi libro tiene casos de violaciones de derechos humanos tanto de Sendero Luminoso como del Estado. Sin embargo, hay gente dice que por atacar las fuerzas armadas ya estás apoyando a Sendero. Es un sinsentido. Es como si solo tuvieras que hablar de casos de Sendero.

¿Qué tiene el cómic que no tienen otros medios?

Estamos en una cultura predominantemente visual. Eso puede ser perjudicial en muchos aspectos, pero permite que el cómic tenga más familiaridad con jóvenes y adolescentes. La otra cualidad es es que permite reconstruir. Si bien esto se podría lograr con un documental o una película, se requiere una logística enorme. En cambio yo puedo hacer una reconstrucción con mi lápiz y mi papel. Incluso fotocopiando.

¿Has contrastado tu trabajo con la gente? ¿Qué apreciación tienen?

Sí. Suelo dar charlas como la que voy a dar en la PUCP (junto a Miguel Det y Agueda Noriega), y puedo saber lo que los chicos opinan. En festivales, cuando salgo al extranjero hay otra mirada. Hay preguntas que me permiten repensar lo que hago, sobre todo con adolescentes.

Los adolescentes no han vivido la época de violencia. ¿Cuáles son las apreciaciones más comunes?

En nuestro medio los cómics eran llamados «chistes», se ha entendido que el cómic era «cómico», sin que se entienda mucho el lado de crítica social.

Pero ha ido cambiando. No creo que esté mal que el cómic sea divertido, gracioso, humorístico y hay una gran tradición de humorismo gráfico crítico fuerte acá con el trabajo de Carlín o Juan Acevedo. Eso es bueno. La idea es que la gente se acerque al cómic en cualquier vertiente y pueda ir conociendo más y aproximándose más ya sea a lo cómico o lo dramático.

¿Crees que la difusión de Marvel ayuda a crear un mercado para el cómic?

No aporta significativamente, porque son públicos distintos. El público de cómic comercial suele quedarse en eso. A veces es hasta perjudicial, en el sentido de que se puede pensar que el cómic es solo eso. No se entiende que hay otra manera de hacer cómic. Aunque, finalmente, a veces se juntan eventos y ahí puede pasar de todo. Alguien que lee cómic puede comprar un cómic peruano y eso siempre va a ayudar.

¿Cómo ves el desarrollo de cómics en otros países?

Cada región es distinta, pero en casi todas partes hay voluntad de que se hagan cosas, pero estamos en un medio editorialmente débil; lo cual no es una queja particular. No vas a ver muchos libros de cómics, pero sí muchos fanzines. En otras partes pasa lo contrario. Argentina y Colombia, editan cómics. Pero, bueno, queda la autoedición y también sigue habiendo ferias de cómics. Hay iniciativa en todas partes.

Mira la información sobre la presentación Cómics: La representación visual de la cultura política peruana en nuestra Agenda PUCP. Estarán Jesús Cossío, Miguel Det y Agueda Noriega. Los comentarios estarán a cargo de Ricardo Caro y Carla Sagástegui.

El Perfil

Nombre: Jesús Cossío

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