El coaching es una disciplina que conlleva a un proceso de aprendizaje transformacional, donde la persona no solo se centra en el cambio (aprendizaje) de conducta o actitud en el ámbito laboral, sino que también lo extiende a los demás roles de su vida.

No todos los gerentes son iguales. Cada quien marca un estilo diferente que podríamos clasificar en: a) el que ordena, donde el inmediato superior solo manda y espera obediencia; b) el que persuade, aquí el jefe genera “influencia” a través de la “persuasión” frente al colaborador porque al final su punto de vista será el que prevalezca; c) el que discute, donde el jefe dice lo que piensa sin advertir cómo esos comentarios afectan la autoestima del trabajador; y d) el que renuncia a la responsabilidad, toda esta recae en el subordinado y solamente se espera tener resultados positivos, caso contrario la cuerda se rompe en el lado más débil.

Todos estos estilos tienen algo en común: que el colaborador no asume un real compromiso con las acciones a ejecutar. Sin embargo, desde los años 80, surgen los primeros programas de coaching como una alternativa para liderar a las personas, y en este siglo con relevancia, nace el concepto del gerente coach. Aquí la base es generar un liderazgo transformacional, donde el gerente acompaña al subordinado a tomar conciencia y responsabilidad de las acciones a ejecutar en aras de la solución de problemas para apoyarlo a aprender. De esta manera se convierte en un facilitador que ve las cosas desde otros puntos de vista.

El gerente coach formula preguntas exploratorias y potentes para que el colaborador se dé cuenta de qué está sucediendo. En relación a sus respuestas, el inmediato superior sabe qué camino desea tomar el empleado y, sobre la base de su experiencia, genera situaciones de aprendizaje que profundizan en el plan de acción del trabajador. En otras palabras establece las bases para el compromiso real porque el planeamiento y la implementación de solución nace del colaborador, con el aval del gerente coach quien tiene el 100% de la responsabilidad de los resultados, así fortalece la autoestima del empleado.

Asimismo, se debe tener claro que el coaching es una disciplina que conlleva a un proceso de aprendizaje transformacional, donde la persona no solo se centra en el cambio (aprendizaje) de conducta o actitud en el ámbito laboral, sino que también lo extiende a los demás roles de su vida como el personal, familiar, amical, etc. Por eso es transformacional, ya que busca liberar el potencial del ser humano y, por ende, su desarrollo como persona al buscar que sea protagonista en su vida.

Para concluir, es muy importante para las empresas peruanas que los mismos gerentes generales vean esta metodología de liderar personas como un sendero fundamental para el gobierno de las personas en la organización, porque contribuye a establecer una nueva cultura de gestión humana que valora la autoestima del colaborador. Eso también es actuar como una organización con responsabilidad social.