Salud mental y consumo de sustancias
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Patty Vilela (profesora del Dpto. de Psicología) y Estefanía Champa (responsable del Programa PUCP Saludable)
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), se ha reportado un aumento del consumo de drogas a nivel mundial. Además, un incremento de personas que padecen trastornos de consumo, así como un mayor número de drogas sintéticas y consumo de opioides (no medicados). Una de las principales causas de esta situación es la brecha entre la percepción de riesgo y el conocimiento sobre las consecuencias del consumo. En efecto, en la población más joven, se subestima o desconocen los efectos de las drogas en la salud (UNODC, 2021), especialmente los efectos adversos en la salud mental.
Desde la academia, la sociedad civil y los organismos no gubernamentales, es necesario generar puentes de diálogo que nos permitan visualizar las estrategias de prevención dirigidas a la población que se encuentra en mayor riesgo de consumo".
Respecto a la salud mental, las sustancias psicoactivas tienen un efecto negativo, ya que su uso altera la química cerebral, lo cual produce desequilibrios que pueden incrementar los síntomas de los trastornos mentales y generar dependencia. Además, se presentan efectos en las diversas áreas de la vida de la persona consumidora: se deteriora la funcionalidad familiar y/o de pareja, se reporta un bajo rendimiento académico, se presentan dificultades a nivel interpersonal (conducta agresiva o impulsiva), entre otros efectos a largo plazo.
Una de las conductas adictivas más relevantes de los últimos años en nuestro país es el vaping. Inicialmente, el vape y los cigarros electrónicos surgieron como una alternativa a los cigarrillos tradicionales, y fueron promocionados como una opción menos perjudicial. De esta manera, la industria ha buscado atraer cada vez más a niños y adolescentes al consumo del vape. Con más de 15,500 sabores, una gran variedad de empaques coloridos y una publicidad tentadora, los cigarrillos electrónicos son muy atractivos para la población más joven.
En el 2020, en el Informe Anual de Salud Mental, el Minsa advirtió que el 8% de los estudiantes universitarios había utilizado cigarrillos electrónicos en el último año (Minsa, 2020). Recientemente, el pasado 12 de noviembre de este año, se ha promulgado la Ley 32159, la cual busca regular el consumo de productos de tabaco, nicotina y sus sucedáneos para proteger la salud de las personas, y promover entornos libres de humo y emisiones de vapeo. Esta disposición es un primer paso para discutir sobre estas nuevas modalidades de consumo que atrae a personas más jóvenes y más vulnerables.
Desde la academia, la sociedad civil y los organismos no gubernamentales, es necesario generar puentes de diálogo que nos permitan visualizar las estrategias de prevención dirigidas a la población que se encuentra en mayor riesgo de consumo. Por ello, los invitamos al «IX Encuentro de Investigadores en Adicciones», el cual se realizará el sábado 30 de noviembre de 9 a.m. a 1 p.m.
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