Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página

El autismo y la inclusión en la educación

  • Sonia Ascue
    Coordinadora de la Diplomatura de educación inclusiva y atención a la diversidad

La ONU declaró el 2 de abril como el Día mundial de concienciación sobre el autismo para promover la visibilización de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) como sujetos de derechos, con potencialidades para desarrollarse al igual que cualquier persona

Es necesario fortalecer su acceso, la permanencia y el éxito en las escuelas con orientación inclusiva

Vale subrayar que el autismo no es una enfermedad

Resulta aún frecuente que en muchos lugares, se utilice el término "autismo" para hacer referencia a prejuicios, supuestos y connotaciones negativas y descalificantes

Antes de los estudios científicos de Leo Kanner (1943) sobre el autismo, a fines del siglo XVII se registraron algunos esfuerzos muy valorables parar entender el comportamiento de las personas que presentaban estos trastornos.

Hoy en día los avances en el campo clínico, educativo, y social entre otros, se van tornando crecientes, sin embargo, todavía hace falta desmontar viejos prejuicios, y estereotipos que generan situaciones de discriminación y exclusión social de este colectivo.

Resulta aún frecuente que en muchos lugares, se utilice el término «autismo» para hacer referencia a prejuicios, supuestos y connotaciones negativas y descalificantes (personas que viven en su mundo, seres desconectados de la realidad, carentes de sentimientos, personas sin empatía, dependientes de por vida, limitados, o super inteligentes e inclusive locos, etc.).

El 2007, la Organización de Naciones Unidas declaró el 2 de abril como el “Día mundial de concienciación sobre el autismo” para promover la visibilización de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) como sujetos de derechos, con potencialidades para desarrollarse al igual que cualquier persona dentro de un contexto social cada vez inclusivo que reconozca y valore nuestra diversidad como algo normal, e inherente a la naturaleza humana.

Justamente se pretende promover sinergias para fomentar políticas y culturas y prácticas más incluyentes para lograr una mejor calidad de vida para los mismos, a partir del esfuerzo del Estado y la sociedad civil.

Vale subrayar que el autismo no es una enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud, es considerado como un síndrome profundamente heterogéneo, un trastorno del desarrollo con un espectro muy amplio. Se caracteriza por tres áreas de afectación: dificultades en la comunicación verbal y no verbal, dificultades en la interacción social, (es decir, en lo afectivo-emocional y dificultades en el comportamiento) y un patrón restrictivo y estereotipado de conductas intereses y actividades que suelen ser repetitivas.

Dentro del espectro autista hay tres trastornos significativos: Autismo clásico, Autismo atípico y Síndrome de Asperger. La mayoría de estudios e investigaciones sobre el origen del TEA, no concluyen en causas específicas, estiman que puede deberse a causas multifactoriales: genéticas, neuronales, e inclusive se habla de factores ambientales. Lo importante es que un diagnóstico integral y una intervención temprana, antes de los dos años de vida, puede propiciar un futuro más alentador.

Tengamos presente que algunas personas con estas condiciones pueden presentar una inteligencia promedio o alta y otros algo más baja. Justamente un contexto educativo y familiar comprensivo puede hacer la diferencia, desarrollando todas sus potencialidades y habilidades.

La conferencia mundial: Necesidades educativas especiales: acceso y calidad (Salamanca 94), enfatizó que las escuelas ordinarias -por supuesto escuelas no tradicionales- con orientación integradora son los mejores espacios para superar la discriminación, crear comunidades de acogida, y lograr la educación para todos. Las escuelas especiales pueden constituirse hoy en día en una alternativa de acuerdo a la evaluación de sus características y necesidades.

Evidentemente este grupo de estudiantes que presentan TEA, tienen fundamentalmente las mismas características, necesidades y expectativas que sus pares sin discapacidades. Por tanto, una escuela con apertura a la diversidad fortalecerá su autonomía personal, el desarrollo de sus habilidades de pensamiento, las comunicativas, especialmente verbales, las sociales, su capacidad crítica y asertiva, sus competencias instrumentales para comprender e intervenir en su contexto y el fomento de conductas de convivencia, entre otras.

Si bien hay experiencias significativas en la atención educativa de este colectivo, es necesario fortalecer su acceso, la permanencia y el éxito en las escuelas con orientación inclusiva, mediante algunas medidas específicas entre las que citamos: la formación inicial y continua de la docencia y otros profesionales de la educación y padres de familia, en el marco de la discapacidad, para afiatar una filosofía y práctica inclusiva (liderazgo de los directores y habilidades docentes para abordar el espectro autista, un currículo flexible que permita los ajustes individuales necesarios. Igualmente es fundamental la formación de un equipo psicopedagógico que asesore el esfuerzo, padres de familia comprometidos con el avance de sus hijos, y también una sociedad articulada a la escuela y sus demandas.

Consideramos que las barreras para superar la exclusión educativa y social de las personas que presentan TEA son fundamentalmente culturales y la necesidad e importancia de superarlas nos moviliza a todos y cada uno de nosotros.

Deja un comentario

Cancelar
Sobre los comentarios
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los comentarios pasan por un proceso de moderación que toma hasta 48 horas en días útiles. Son bienvenidos todos los comentarios siempre y cuando mantengan el respeto hacia los demás. No serán aprobados los comentarios difamatorios, con insultos o palabras altisonantes, con enlaces publicitarios o a páginas que no aporten al tema, así como los comentarios que hablen de otros temas.