¿Y si intentamos llegar a tiempo?
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Elizabeth Aylas
Miembro del Grupo de Investigación en Educación Superior
El más reciente libro de Jaime Saavedra, Estamos tarde: una memoria para recobrar la educación en el Perú (editado por Penguin Random House), tiene un título que parece expresar un mensaje de desesperanza en función de todo lo que se quiere y debe realizar en materia de calidad educativa. Sin embargo, el exministro de Educación y actual director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de generar valor desde diversos frentes. Además, destaca que el compromiso de los tomadores de decisiones y sus equipos es la pieza clave para la tan urgente y necesaria reforma en calidad educativa.
Jaime Saavedra, exministro de Educación y actual director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de generar valor desde diversos frentes".
En nuestro país, especialmente en educación, todo es urgente y todo es prioritario. En el sector educativo, hay cuatro pilares fundamentales sobre los que se enfoca una gestión que no busca poner a un nivel educativo sobre el otro, muy por el contrario, resultan ser ejes transversales: la necesaria inversión en infraestructura, la mejora en la calidad de los aprendizajes como propuesta de valor diferencial, la inversión y reconocimiento de la calidad docente, y la mejora en la gestión integral del sector educativo.
Es en el entendimiento de la magnitud de estos cuatro ejes que la publicación del Segundo reporte de las Mesas de acción por los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS): avances, retos, oportunidades 2022, se torna aún más relevante. Este documento también busca visibilizar el aporte del sector privado y el trabajo de los diversos aliados para alcanzar las metas de los ODS a través de acciones e iniciativas concretas, y en articulación con diversos actores del sector público, academia, sociedad civil y cooperación internacional.
El sector educación nos plantea un continuo desafío, no solo por tratarse de un derecho ciudadano, sino por las barreras de gestión intersectorial que se deben vencer y por el trabajo en equipo para intentar ponernos al día con lo que necesitan las actuales generaciones de estudiantes".
La mesa de acción del ODS 4, “Educación de calidad», hace énfasis en la imperiosa necesidad de potenciar y articular iniciativas de gestión a favor de la educación, la promoción de valores ciudadanos, el refuerzo de la infraestructura y el desarrollo de capacidades a nivel nacional. Es en esta articulación que se destacan actores como Empresarios por la Educación, cuyo fin es contribuir con el mejoramiento de la educación pública nacional a través de la creación de sinergias y un mejor impacto de los proyectos; y la Plataforma Interconexión, como portal donde se registra información sobre los proyectos educativos desarrollados, ejecutados y/o financiados por el sector privado peruano, con el fin de potenciarlos y alinearlos con los requerimientos del Ministerio de Educación (Minedu). El trabajo entre la articulación de los diversos actores requiere de una visión conjunta sobre el objetivo primigenio y el impacto negativo de no tomar en consideración que cada oportunidad perdida tiene un efecto en los actuales estudiantes.
En los resultados obtenidos hasta el momento, se pone de manifiesto que solo 3 de cada 10 peruanos que egresan de la educación básica regular pueden acceder a ofertas formativas de educación superior, este es uno de los índices más bajos a nivel de los países de América Latina (Minedu, ver cifras de contexto). Por ello, la Ruta N°1 “Articulación de impulso de iniciativas a favor de la educación” destaca que el Perú necesita del esfuerzo multisectorial con el compromiso de la sociedad en general.
El sector educación nos plantea un continuo desafío, no solo por tratarse de un derecho ciudadano, sino por las barreras de gestión intersectorial que se deben vencer y por el trabajo en equipo para intentar ponernos al día con lo que necesitan las actuales generaciones de estudiantes. Analizar el verdadero impacto de las decisiones en educación y su efecto en cada una de las generaciones que se ven beneficiadas -y, por qué no decirlo, hasta olvidadas- nos obliga a reflexionar sobre lo que venimos haciendo cada uno de nosotros y la responsabilidad de asumir un rol protagónico para cambiar el curso de la historia.
En este punto es necesario recordar una frase de Shimon Peres: “Sé siempre optimista, pero nunca te des por satisfecho”. Seamos optimistas sobre nuestro accionar, podemos generar externalidades positivas en el país y, sobre todo, no nos demos por satisfechos con lo poco que hemos logrado. Intentemos llegar a tiempo.
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