Un tuit prendió la mecha de las redes sociales el pasado 18 de mayo. Mientras algunos comentaban con interés las millonarias adquisiciones inmobiliarias del expresidente Alejandro Toledo, una imagen captó la atención de decenas de usuarios en la red de microblogging. Se trataba de una fotografía, publicada por la periodista Mariella Patriau, en la que aparecían el presidente Ollanta Humala, su esposa Nadine Heredia y sus hijas.

El bullying virtual contra Patriau no tardó luego de que esta hiciera un comentario en relación con el físico de una de ellas. La periodista se defendió y alegó que con su tuit buscaba criticar la llamada Ley de comida chatarra. Sin embargo, no fueron pocos los que pusieron el acento en los problemas vinculados a la protección de los menores de edad y su exposición en medios de comunicación.

¿Se está dando el debido tratamiento a las noticias donde niños y adolescentes son protagonistas?¿Cuáles son los mecanismos legales que regulan la exposición de menores en Internet, prensa escrita y televisión? La problemática no es de ahora. Pero salta al debate público cada vez que surgen casos polémicos en los que medios, niños u adolescentes se enredan en la misma bufanda informativa.

En los casos donde se busca proteger al menor, se suele invocar la Ley de Radio y Televisión, y el Código de los Niños y Adolescentes. Esta normatividad hace alusión explícita a los medios en vista de que deben salvaguardar la identidad de aquellos que estén involucrados en algún tipo de delito.

El artículo 6 del Código de los Niños y Adolescentes, que hace referencia a la identidad, es claro en ese sentido. Dice a la letra: “Cuando un niño o adolescente se encuentren involucrados como víctimas, autores, partícipes o testigos de una infracción, falta o delito, no se publicará su identidad ni su imagen a través de los medios de comunicación”.

Para la Lic. María Barletta Villarán, docente del Departamento de Derecho, y especialista en derecho de los niños y adolescentes, esta prohibición responde a la visión negativa que existe en torno “a que los medios de comunicación favorecen la construcción de estereotipos, lo que afecta la construcción de identidad del menor, su autoimagen y su desarrollo integral”. Y agrega: “afirmar que los adolescentes deben ser tratados como adultos es contrario a lo que sostiene la normativa de la especialidad. Aquí no planteamos una mirada ‘paternalista’, sino que sustentamos nuestra posición en los principios jurídicos de igualdad y justicia.

Si quieres saber más sobre este tema, te recomendamos que veas el informe completo aquí:

PuntoEdu Año 9, número 279 (2013)