En 1971, Javier Neves Mujica ingresó a nuestra Universidad. Allí empezaría su estrecha relación con la PUCP que, como dijo en un discurso posterior, consideraba el principal espacio de su vida. En esa época, nuestra casa de estudios pasaba por una etapa de profundos cambios, y la la especialidad de Derecho, que él cursaba, era una de las que más reformas atravesaba.

Javier fue parte de aquella generación que vivió la mudanza de su facultad del jirón Camaná a las casetas del fundo Pando, y cuyo principal pasatiempo era enfrascarse en estimulantes discusiones políticas y académicas. Años más tarde seguiría la Maestría en Derecho Constitucional en la PUCP.

Vocación de docente

Neves empezó su carrera de profesor en la Facultad de Derecho en 1983 y dictó hasta el ciclo 2020-2. Entre los cursos que enseñó se encuentran Derecho laboral general, Derecho colectivo del trabajo y Seminario de integración en derecho laboral.

No creía tener las condiciones para ser un docente, no sé si las tengo ahora, no me toca a mí en todo caso juzgarlo. Sin embargo, no me queda duda alguna de que, cuando entré a la docencia, sentí que era mi verdadera vocación y que lo que quería seguir haciendo el resto de mi vida era este tipo de trabajo en la Universidad Católica».

“No creía tener las condiciones para ser un docente, no sé si las tengo ahora, no me toca a mí en todo caso juzgarlo. Sin embargo, no me queda duda alguna de que cuando entré a la docencia sentí que era mi verdadera vocación y que lo que quería seguir haciendo el resto de mi vida era este tipo de trabajo en la Universidad Católica”, señaló en una oportunidad.

Además de ser mentor de varias generaciones de estudiantes de Derecho -y ser tan querido que no pocas promociones lo eligieron como padrino de promoción-, Neves también fue decano de nuestra Facultad de Derecho, entre julio de 2005 y junio de 2008; jefe del Departamento Académico de Derecho; miembro del Consejo de Facultad; y coordinador del Área Laboral.

Impulsó siempre que su profesión no pierda la perspectiva social y la cercanía a los demás. «La técnica importa, pero más que ella el hombre; los grandes juristas, sin duda, fueron también grandes humanistas; no nos resignemos a ejercer una profesión deshumanizada en una sociedad cada vez menos humana», dijo Neves, quien era también muy aficionado a la literatura.

Abogado laboralista y humanista

En su notable trayectoria, destaca el haber sido nombrado ministro de Trabajo y Promoción del Empleo en el período de febrero del 2004 a febrero del 2005. Asimismo se desempeñó como abogado en diferentes organizaciones no gubernamentales, y fue consultor de organizaciones sindicales, entidades públicas, empresas y organizaciones internacionales.

Impulsó siempre que su profesión no pierda la perspectiva social y la cercanía a los demás. «La técnica importa, pero más que ella el hombre; los grandes juristas, sin duda, fueron también grandes humanistas; no nos resignemos a ejercer una profesión deshumanizada en una sociedad cada vez menos humana», dijo Neves, quien era también muy aficionado a la literatura.

“Me parece que los abogados tenemos una intervención en dos niveles. En uno,  procurar que las reglas sean las mejores posibles desde el punto de vista de su razonabilidad, justicia y eficiencia; y en el otro, se refiere a que, en su aplicación, las reglas den la mejor solución a los problemas concretos», mencionó como una de sus visiones de lo que debía ser el derecho.

Nuestra Universidad le agradece por todo lo que nos aportó en estos 50 años de relación -tanto como estudiante, docente y autoridad-, y expresa sus condolencias a familiares, colegas y amistades de nuestro querido profesor. Este siempre será su espacio.