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"Perú tiene más universidades per cápita que Estados Unidos"

En agosto la PUCP inaugura un nuevo diploma en Demografía, Territorio y Desarrollo. Carlos Aramburú, coordinador del diplomado, realizó una investigación a partir de los resultados que arrojó el censo universitario del año pasado, los mismos que expondrá en la conferencia que se dará, junto a otros profesores, para presentar el nuevo diplomado. Aquí sus impresiones de la complicada realidad del sistema universitario peruano.

  • Carlos Aramburú
    Antropólogo y profesor del Departamento de Ciencias Sociales
  • Texto:
    Gonzalo Silva

¿Cuál sería la gran problemática ante la creación indiscriminada de universidades, tanto particulares como públicas?

Es un problema de demanda. Los niños de los años 90 están entrando en la edad de la educación superior y esto genera una fuerte expectativa: el sueño de ser profesional, pues hay un tema cultural de expectativa frente a la educación al ser un mecanismo de movilidad social. Por otro lado, lo que ha crecido más no es la educación pública, sino la privada. Esto está asociado a un segundo fenómeno, que es la expansión de la clase media, no solamente en Lima, sino fuera de ella. Ahí va el tercer dato: donde más ha crecido la universidad privada es fuera de Lima. Entonces, tienes la confluencia de tres fenómenos: un cambio cultural (la educación superior es vista como un mecanismo de movilidad social), un cambio demográfico (muchos jóvenes entran en el mercado laboral) y un fenómeno social (la clase media).

También hay un problema del Estado respecto a la creación de las universidades privadas y públicas: el Congreso ha dado la autorización para la creación de 15 universidades estatales, lo que es un tema de demagogia, pues los congresistas quieren impulsar esto para quedar bien con sus respectivas regiones…

Es como el sueño de la casa propia: la universidad propia. Perú tiene más universidades per cápita que Estados Unidos. Aquí el mecanismo del CONAFU (Consejo Nacional para la Autorización de Funcionamiento de Universidades) y de los congresistas es comprometer recursos de los gobiernos regionales en medidas populares por sobre lo que el país necesita. El reto de la universidad peruana hoy día no es la cantidad, sino la calidad. En Estados Unidos tienes un ranking de universidades en el que no solamente puedes saber cuál es la ubicación de la universidad y de la carrera, también sabes qué probabilidades tienes de ser empleado y cuál sería tu sueldo promedio. Acá no hay un mecanismo de control. Creo que ese mecanismo debería ser primero voluntario y después obligatorio, y lo más interesante: me parece que es clave que el ciudadano que está dispuesto a pagar su dinero para ir a una universidad tenga el derecho de saber a cuál universidad va a entrar.

¿Cuál sería este ente regulador encargado de la calidad de las universidades?

Esa es una buena pregunta y muy política. Ahora se trabaja mucho en el ámbito del FONAFE (Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado) y de la Asamblea Nacional de Rectores, pero es como si los dueños del corral decidieran qué gallina se comerán. Es una argolla. Muchos del FONAFE son los exrectores. Lo otro es lo que decías: hay mucho congresista, que por congraciarse con su pueblo, pretenden crear universidades para todas las regiones.

Incluso el propio presidente García, que ante el pedido de la actriz Magaly Solier de tener una universidad en Huanta (su pueblo natal), aceleró el proceso para que esta existiera…

Es un gran nivel de irresponsabilidad. ¿Qué cosa tendría que hacerse? Primero, un sistema transparente de ranking de universidades; en segundo lugar -y más importante-, un estudio sobre la demanda de técnicos y profesionales. ¿Qué va a necesitar el Perú para los próximos 20 años? Una serie de carreras nuevas que todavía no están en el mercado o son insuficientes. Al mismo tiempo, hay que ver qué carreras ya están saturadas. El otro tema que me parece fundamental es el sistema nacional de becas y préstamos.

Pero en el caso de las universidades privadas eso ya depende de cada una, pues son autónomas…

¿Cuánto ha influido el Decreto legislativo N° 882 dado en la década del 90, que promueve la inversión en la educación?

Esa fue una medida populista. Creo que se está dando una especie de estafa diferida porque sabemos que la calidad de enseñanza de muchas de estas universidades es muy mala y los profesionales que están saliendo no consiguen trabajo. La pregunta es la siguiente: si tú eres un empleador y tienes frente a ti a un egresado de la Universidad Alas Peruana y a uno de la Universidad del Pacífico, ¿a quién contratas? El mercado se va a dedicar a discriminar. Es una obligación del Estado, pero también de la Asamblea Nacional de Rectores. Siempre le echamos la culpa al Gobierno Central, pero la Asamblea Nacional de Rectores es la autoridad del sistema universitario peruano y tiene la autonomía para decir «señores, no sean irresponsables».

Esa es la labor de los medios. Creo que es un buen momento para iniciar algo que todos los gobiernos anteriores han querido evitar porque quema la papa, que es la reforma universitaria, la misma que no puede hacerse de arriba para abajo, sino con sectores independientes, consultando al mercado cuáles son las demandas futuras y garantizando a los alumnos que tendrán, por lo menos, una formación mínima de calidad; sino estás jugando con las esperanzas y las expectativas. Fuera de nuestro campus hay un señor que vende chocolates y que tiene a sus hijos en la Católica. Como ese chocolatero debe haber muchos otros que han cogido el último centavo que tenían para financiar lo que ellos creen que una carrera que los va a sacar de la pobreza. Eso es una estafa. Esto tiene que ser un tema de debate público en el que deben participar alumnos, padres de familia y también especialistas.

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