“La informalidad es el reverso del Estado”
A propósito de Aula Magna, el doctor Gonzáles de Olarte conversa sobre las necesidades del país y cómo estas deberían ser tomadas en cuenta en las propuestas de los candidatos.
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Efraín Gonzales de Olarte
Vicerrector académico
Como sociedad, ¿hemos perdido las esperanzas en la política?
Los países que tienen partidos políticos más estables son políticamente más estables. Pero en países como el nuestro, los partidos políticos acumulan el 5% de la votación. El 95% son movimientos electorales que se conforman para las elecciones. Luego se estancan o desaparecen. Gobernar un país con esas características no es fácil. Gana el que tiene más plata o el que le cae mejor al electorado. Mi esperanza es que el siguiente gobierno sea de ancha base, de concertación nacional.
¿Ese gobierno de ancha base debería romper con el tradicional caudillismo de nuestra historia?
El problema del caudillismo es que aparece cuando no hay partidos. Cuando hay partidos, este genera sus propios cuadros y hacen carrera dentro del partido. Aquí hay mucha improvisación y se sale a aprender a gobernar. Por ejemplo, los nuevos gobernadores regionales no saben qué hacer. No hemos sembrado un buen Estado capaz de funcionar cualquiera que sea el gobierno.
¿Cuánto nos ha perjudicado la corrupción del gobierno de Fujimori?
La peor herencia del fujimorato, sobre todo de Vladimiro Montesinos, es la corrupción generalizada. Si la moral y la ética te la dictan desde arriba, llevándose la plata, ¿qué puedes esperar del resto? Si el presidente del gobierno o su principal asesor tiene ese comportamiento, que el resto lo haga es un mal menor. Y eso lo hemos heredado. Una crisis económica, de corto plazo, se puede superar en un año porque una vez que repones un factor, todo sigue funcionando, pero las crisis éticas son crisis culturales. Y esas tardan años en recuperarse.
¿Cuáles son los desafíos en un país donde la informalidad se ha infiltrado en todos los sectores?
La informalidad es el reverso del Estado. Hay que incentivar la formalización mediante créditos o facilidades burocráticas. Pero a los mineros ilegales de Madre de Dios hay que combatirlos. Porque no solo es la depredación también es la explotación de la gente que vive en condiciones similares a un régimen semiesclavista. Pero para evitarlo, necesitas un Estado fuerte. Otro problema es el Poder Judicial, que, salvo algunas excepciones, está descompuesto. Además, una de las perversidades políticas del Perú es que cada vez que hay cambio de gobierno cambia a la mayor parte de funcionarios importantes del Estado y, por lo visto, hay problemas de aprendizaje.
¿Cuál es su lectura sobre los tratados de libre comercio que hemos firmado?
Diría que, en las condiciones actuales, ya se hizo todo lo que se tenía que hacer con los tratados de libre comercio. Ahora hay que esperar que comiencen a rendir frutos, trabajar sobre esa base y tener políticas de comercio exterior. El criterio ha sido firmar la mayor cantidad de tratados pero debería ser cómo los usamos en beneficio del país. Por ejemplo, antes, el motor de la economía en China era más exportador, ahora es el consumo interno, donde requieres más alimentos. Nosotros tenemos que enfocarnos en venderles alimentos frescos y procesados. Tiene que haber un análisis económico de qué hacer en una coyuntura de ese tipo.
En esa situación compleja que vive el país, ¿cuál es la importancia de la academia?
Es importante porque cuando no hay partidos políticos no hay análisis ni diagnósticos desde allí. En circunstancias como estas, necesitas que la academia se ponga al servicio no de los partidos, sino del país. Aula Magna nace exactamente de esa preocupación, así que tenemos una gran responsabilidad. Queremos que en las regiones se pueda hacer lo mismo. Hay que recomponer el Perú en términos políticos para aspirar a que el crecimiento que hemos logrado no se pierda.
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