¿Cómo nació el concepto de realizar estudios generales en la universidad?

La génesis del concepto viene de la universidad medieval cuando se llamaba ‘studium generale’, pero esa era una estructura casi sinónima de la universidad, luego, en el siglo XIX, se comenzó a discutir el tema como un componente curricular, pero es en el siglo XX cuando se le establece como un movimiento intelectual importante, particularmente como educación general en Estados Unidos y estudios generales ya en Latinoamérica.

¿Qué características tiene este tipo de estudios?

Una característica fundamental de los estudios generales es integrar el conocimiento. No solo ve cada uno de los saberes por sí mismo, sino también su relación con las otras áreas como las ciencias, literatura, historia, humanidades y demás, qué relación guardan uno con otros y cómo se vinculan estrechamente como parte de un todo.

¿Cómo ha ido evolucionando este concepto?

En un momento se entendia como que era un correctivo de la especialización y que en ocasiones era contrapuesto al estudio especializado, pero con el tiempo se fue entendiendo que es un complemento importante y necesario para reforzar el estudio especializado en vez de sustituirlo. En Puerto Rico, la facultad de estudios generales también ha ido evolucionando ya que tiene una vinculación muy estrecha con el pensamiento complejo y la transdisciplinariedad, porque existen afinidades muy grandes. Entendemos que los estudios generales tienen la vocación de integrar, pero además, también la de buscar lo que está más allá de los confines de una disciplina.

Sin embargo, hay universidades que no los aplican, ¿no le ven una real importancia?

Creo que hay universidades que se han quedado con la visión tradicional, muy eurocéntrica. Sorprende que en América Latina, como en México o incluso en Perú, donde existe una tradición milenaria del saber autóctono como los saberes ancestrales, no se preocupen en recoger el gran caudal de conocimiento e información que tiene esa forma de conocimiento y andan pensando en la Europa del siglo XV o XIV. Sin embargo, entendemos que van a ir cambiando, porque si no lo hacen perderán pertinencia. Actualmente, el reto más importante de los estudios generales es mantenerse actualizado a las necesidades de los estudiantes de hoy y de nuestros países.

Se trata de los saberes que están en la frontera del conocimiento. Además, es parte del fundamento de los estudios generales vincularse con el contexto nacional, intelectual o cultural.

¿Cuál es el siguiente paso, cómo cambiarán los estudios generales?

Nosotros creemos que debe ir alejándose de la visión occidentalista, de lo clásico, de los grandes libros que eran importantes a principio de siglo pasado. Ya hubo un cambio significativo en el perfil de los estudiantes por la masificación de la educación superior. Antes los estudios universitarios estaban destinados para una pequeña elite, pero ahora se quiere que sean alcanzables para todo el mundo y con en esa amplitud de estudiantes aparecen diferentes formas de conocer y otras necesidades, entonces hay que atender esa situación. Deseamos que sea más pluralista, menos excluyente y que proponga un concepto de ciudadanía que sea abierta y amplia, no ir buscando la homogenización, como era cuando se dirigía a un grupo de gente que necesitaba separarse de otros, sino encontrar todo lo contrario y que los estudios generales sirvan para acercarnos a los otros, en ese sentido se tiene una visión pluralista y abierta. También está planteada en conjunto con los conocimientos de punta, por que integra elementos de la afectividad y espiritualidad, que eran temas que estaban fuera de los estudios generales, pero que ahora entendemos son el futuro.