“Que crezcan los ingresos no significa que se va a reducir la pobreza o la desigualdad”
Andrea Vigorito fue la encargada de liderar una investigación basada en analizar la evolución de la pobreza y desigualdad multidimensionales entre 2004 y 2011 en Uruguay. Ella visitó la PUCP para compartir sus hallazgos a través de una conferencia organizada por el Departamento de Economía, dirigida a docentes de Ciencias Sociales.
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Andrea Vigorito
Investigadora en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República (Uruguay)
Texto:
Gabriela PérezFotografía:
Tatiana Gamarra
Fue la encargada de liderar una investigación basada en analizar la evolución de la pobreza y desigualdad multidimensionales entre 2004 y 2011 en Uruguay. Ella visitó la PUCP para compartir sus hallazgos a través de una conferencia organizada por el Departamento de Economía y el Instituto de Desarrollo Humano de América Latina (IDHAL) de la PUCP, dentro del marco de la realización del Primer curso del IDHAL titulado «Introducción a la pobreza multidimensional: medición y políticas», dirigida a docentes de Ciencias Sociales.
¿En qué situación estima que se encuentra la pobreza en Latinoamérica?
En términos generales, América Latina es una región con altos niveles de desigualdad y pobreza. Tomando como muestra el periodo del año 2000 en adelante, podemos notar que hubo un alto crecimiento económico debido al aumento de los precios de las materias primas y las importaciones, lo que generó un contexto en el que se produjo una fuerte disminución de los índices de pobreza y de desigualdad de muchos de los países de la región en términos de ingresos. Pese a ello, esta sigue siendo altamente desigual, pues los niveles de pobreza siguen siendo altos, aunque en muchos países se observe una mejoría importante.
¿Cree que esta situación se da por falta de políticas públicas?
Hablar de los orígenes de la pobreza y desigualdad sería muy amplio. Es importante resaltar el periodo donde la desigualdad y la pobreza caen, pues en ese momento no solo hubo un gran aumento en cuanto al acceso a recursos, sino que muchos países aplicaron políticas que contribuyeron a redistribuir sus ingresos, como la regulación de los salarios, el aumento de los salarios mínimos, el aumento del nivel educativo de la población, la instauración y expansión de sistemas de transferencias de ingresos a hogares, etc. Ahora, que crezcan los ingresos no necesariamente significa que la pobreza o la desigualdad se reducirán. En el caso de este periodo, estas medidas ayudaron, así como que hubiera un gran crecimiento de la tasa de empleos, en especial de los no calificados.
Entonces, ¿considera que también un aumento en la tasa de empleo contribuye a que se genere una mejora en el desarrollo de la sociedad, reduciendo significativamente los índices de pobreza?
Depende donde crezca el empleo. Si el empleo crece entre los muy calificados, no se notaría un aumento pero, en este periodo, creció mucho el empleo entre los no calificados debido al tipo de demanda de exportaciones que la región vivió. El problema fundamental aquí es qué tan vulnerables son estas personas cuando el ritmo de crecimiento se ralentiza, es decir, se debe evaluar si este aumento de las oportunidades de empleo es permanente y la calidad del empleo que consiguieron esas personas.
¿Esta vulnerabilidad trae riesgos a futuro en cuanto al desarrollo de la persona como individuo?
Claro, porque aquí hay varios elementos que tienen que ver con la mejora de las condiciones de vida de las personas. Uno de estos aspectos es la generación de ingresos, así como la estabilidad de esas mejoras de ingreso y del empleo. Hay que preguntarnos si son empleos de buena calidad. También hay que considerar otros aspectos relacionados con la autonomía de las personas, su capacidad de participar en la vida pública, su empoderamiento e ítems relacionados con su autorrealización.
¿Qué consecuencias pueden causar estas crisis económicas en la educación?
En el trabajo que hemos desarrollado, que es específico para Uruguay, trabajamos con una muestra de niños. Iniciamos la observación cuando ellos tenían 6 años y luego cuando su edad era 12 años. Observamos que a lo largo del periodo 2004-2011, ellos tenían una asistencia recurrente a la escuela, pero cuando entraron a secundaria, notamos que hay altas tasas de repetición y de abandono, en consecuencia, solo el 80% de esos niños, a los 11 o 12 años, iba a estudiar al colegio. Esto quiere decir que sus condiciones empeoraron, lo que resulta en un tema de gran preocupación en las políticas públicas de Uruguay, porque después, en tercero o cuarto de secundaria, las tasas de abandono son muy altas y eso significa que estas personas no van a poder alcanzar niveles educativos muy altos. Esto tiene consecuencias nefastas en el aspecto laboral, desde la propia autonomía y el acceso a conocimientos. Es un problema grave.
¿Esta deserción escolar va de la mano con la vulnerabilidad?
Claro, si bien es posible que en momentos de fuerte auge económico estos niños y estos hogares puedan superar la condición de pobreza, a largo plazo el hecho de acceder a niveles educativos muy bajos o de calidad deficiente, significa que será difícil que puedan mantener niveles óptimos de ingresos en contextos de menor crecimiento económico, o más recesivos.
El perfil
Nombre: Andrea Vigorito
Nacionalidad: uruguaya
Grado académico: magíster, London School of Economics and Political Science (Londres)
Trayectoria: economista por la Universidad de la República (Uruguay) y magíster en Economía por la London School of Economics (Reino Unido). Actualmente se desempeña como profesora titular e investigadora en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República (Uruguay) e integra el comité consultivo internacional del Instituto de Desarrollo Humano de América Latina de la PUCP (IDHAL-PUCP). Sus principales áreas de interés son la desigualdad, la pobreza y las políticas públicas.
¿Para qué nos visitó?
Evento: Conferencia Pobreza y desigualdad multidimensionales en niños. Un estudio para el caso de Uruguay en base a datos longitudinales.
Organizador: Departamento de Economía, Instituto de Desarrollo Humano de América Latina (IDHAL).
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