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"No creo que haya un conflicto armado entre Colombia y Venezuela"

El diferendo colombo-venezolano nos tiene en alerta. ¿Se agravará el conflicto? ¿Se logrará una solución pacífica? ¿Cómo surgió? Luis F. Popa, experto en temas de Latinoamérica, ex diplomático y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y la Escuela de Posgrado nos aclara algunas interrogantes respecto a los últimos sucesos en la región.

¿La ruptura de relaciones de Venezuela con Colombia constituye un exabrupto pasajero de Hugo Chávez o algo mucho más grave?

Es parte de su personalidad, pero debemos aclarar dos puntos. Primero, la teoría del «linkage»: exportar los problemas domésticos. En estos momentos se vive una inflación horrible en la economía venezolana. Tenemos por otro lado el tema de Globovisión, que el gobierno chavista desea coparla a través de supuestas acciones, alrededor de 26%. Esta televisora prácticamente es la única independiente y la más contestaría al gobierno. Chávez necesita distraer la atención nacional hacia este problema exterior donde las fuerzas nacionales tienen que unirse: de no ser así, serías antipatriótico. Segundo, esta ruptura responde a un guión elaborado en La Habana por el mentor de Chávez, Fidel Castro, como parte de la política exterior cubana, que es confrontacional con los Estados Unidos. Chávez se ha convertido en un fiel ejecutor. Esta política no es contra Colombia, es contra Estados Unidos. Hay que probar a Obama, como Castro probó a Kennedy.

¿Cuál es su impresión respecto a las pruebas presentadas por Colombia sobre un supuesto refugio de las FARC en Venezuela y la respuesta de Chávez?

Las pruebas son reales. La frontera de Colombia y Venezuela, específicamente el sitio que señalan, es tremendamente poroso, confuso, abrupto y no hay una limitación exacta respecto a cuándo se está en un país o el otro. Este problema es de antaño; lo extraño es que surja ahora. Uribe le está haciendo un daño al presidente electo Santos, que además no es santo de la devoción de Chávez. Las relaciones personales entre Chávez y Santos han sido malas desde tiempos del ex presidente Pastrana. Se agravaron aún más cuando Santos fue nombrado ministro de Defensa. El propio Uribe le advirtió a Chávez que iba a nombrar a Santos, pero que hablaría con él para aliviar las tensiones. Santos fue uno de los que se alegró del golpe del 2002 a Chávez. Se tenía la esperanza de que, según ha manifestado, trataría de arreglar las relaciones Chávez. Por otro lado, las FARC tienen esa zona como vacacional, como hacen o hacían en la frontera con Ecuador, y de forma más velada en la del Perú. Lo hacen vestidos de civiles confundidos con la población.

¿Qué rol debe cumplir la OEA y otros organismos internacionales al respecto?

El rol de la OEA es el que está asumiendo el secretario general, (José Miguel) Insulza: buscar una solución pacífica a la crisis. El conflicto ya existe hace casi una década. Una conversación seria entre los dos países y si es necesario la ayuda de países hermanos. Lula sería un buen intermediario: tiene el respeto de los líderes de ambas naciones.

¿Cómo cambiaría la situación con la próxima asunción de Juan Manuel Santos a la presidencia de Colombia?

Santos tiene que convivir con Chávez; no se pueden mudar. Hay que aplicar realismo político. Estará en constante choque, pero Colombia no va a cambiar o penetrar a Venezuela, ni esta tampoco a la actual Colombia. Tengo la percepción de que Santos busca esto. Uribe debe retirarse con los logros que obtuvo, que les fueron endosados a Santos. Los colombianos aplicaron la teoría de Hobbes de cambiar libertad por seguridad.

¿Cuál debe ser la posición y el papel del Perú? ¿De qué manera nos afecta esto?

El Perú debe ayudar y contribuir a la paz en la región. Colombia en este momento es socio estratégico para el gobierno de García, no así Chávez. Pero darle una oportunidad a Chávez de confrontación no es saludable para Perú. Con Colombia, somos considerados como la derecha sudamericana. El Perú debe aplicar una diplomacia astuta frente a Venezuela, no exacerbar conflictos que deriven crisis. Además estamos en año electoral.

¿Existe riesgo de un conflicto armado?

No lo creo. Las «cabezas pensantes» de la región lo impedirían. Para Venezuela, Colombia y toda América Latina, sería un retroceso en estos momentos que se impone la integración y el multilateralismo. La racionalidad debería de primar; es mi percepción.

¿Cuál es su percepción respecto a las acusaciones de Chávez sobre una presunta presión de Estados Unidos a Colombia en este caso?

Para Chávez, como lo fue y es para Castro, todos los problemas en América Latina y el planeta, solo tienen un camino: Estados Unidos. Pero Estados Unidos no está interesado en más conflictos, al menos en esta administración. Irak y Afganistán se le han ido de las manos y no sabe cómo salir. Tiene el problema de las dos Coreas, donde suenan tambores de guerra, sin olvidar la crisis nuclear con Irán. Un problema en el patio trasero no es aconsejable. En el régimen Obama ya no son los neocons (neoconservadores) los que gobiernan. Podemos decir que hay varios enfoques en política exterior, aunque en mi opinión siguen practicando el unilateralismo. Hay cierta dosis de sensatez.

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