Homenaje a la memoria de la doctora Cecilia Thorne León
Trazar una semblanza de la Dra. Cecilia Thorne León es doloroso, pero también un honor.
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Matilde Ráez
Doctora en Psicología ( Ph D), Universidad Católica de Nimega, Holanda Profesora principal del Departamento de Psicología
Su notable carrera la convirtió en una de las figuras más representativas del Perú y de Iberoamérica, tanto en Evaluación como en Psicología Educacional, su especialidad.
Cecilia inicia su educación universitaria en la PUCP, y crea un vínculo que se mantendrá como un hilo conductor a través de su vida. Continúa sus estudios en La Sorbona, en París, donde obtiene el título con honores. Sigue estudios de maestría con resultados muy satisfactorios y, finalmente, lleva a cabo su doctorado en la Universidad Católica de Nimega (Holanda). Sabemos cómo las experiencias moldean a la personalidad y es nuestra hipótesis que del contacto y de la elaboración de tan diversos sistemas de pensamiento, costumbres y valores se desprende la amplitud de su enfoque y la universalidad de su conocimiento.
Al regreso de Europa, comienza su importante labor como docente e investigadora en la PUCP. Destacan los éxitos para establecer relaciones internacionales con diferentes países e instituciones en su afán de que la Psicología en el país se abriera a la experiencia de cuestionamiento y aprendizaje con otros centros científicos.
Su persistencia, rigurosidad científica y empuje se plasmaron en sus excelentes trabajos de investigación y en su calidad como docente. Su tesis de doctorado inicia una línea de investigación sobre el aprendizaje de la lectura y sobre el sistema educativo peruano, que la señalan, desde entonces, como una de las especialistas en el país en esta área.
Quiero señalar que los grandes cambios en los objetivos de la PUCP hacia el logro de convertirse en la universidad sobresaliente que hoy es los inició ella al frente de la Dirección Académica de Planeamiento y de Análisis, donde plasmó sus ideas y procedimientos creativos y exitosos. Asimismo, realizó su exitosa lucha para que Psicología ocupara el lugar que le corresponde como departamento dentro de la Universidad.
Cecilia colaboró con la Sociedad Interamericana de Psicología y fue la presidenta del Congreso de Lima (2003). También participó en todos los procesos de creación de la Sociedad Iberoamericana de Evaluación Psicológica. Asimismo, recibió como reconocimiento a su calidad profesional innumerables premios: el Premio Nacional de Psicología, Premio Nacional de Investigación y la medalla Dintilhac, entre otros. Luchadora incansable, dirigió a un destacado grupo de profesionales para impulsar la creación del Colegio de Psicólogos del Perú; su carné tenía el número uno.
Nos deja su esfuerzo por optimizar la formación profesional de nuestros estudiantes, el cual se expresa en su capacidad para estimular a los jóvenes hacia el pensamiento científico, sus aportes a través de sus investigaciones y en su cátedra, así como en la habilidad para estar siempre alerta a los avances de la ciencia psicológica y cómo incorporarlos en el plan de estudios. También recordaremos su apoyo a los colegas para mejorar su preparación, su ayuda para el logro de becas y para la superación académica de los psicólogos de la PUCP.
No existe despedida para las personas sobresalientes. En nombre de la comunidad universitaria, de todos sus colegas y amigos, le expresamos el afecto y el agradecimiento por el excelente trabajo de integración entre nosotros que llevó a cabo, y también por la amistad y las experiencias compartidas con una persona leal, directa, valiente y muy generosa. Su alegría, su reconocida energía y su capacidad de compromiso y de entrega en lo que se proponía son características estructurales de su personalidad que todos extrañaremos, pero que estarán siempre dentro de nosotros.
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