Usted se especializó en Ingeniería Antisísmica en el Japón, ¿cómo fueron esos años?

En aquella época, 1973, los especialistas en Ingeniería Antisísmica en el Perú podían ser contados con los dedos de la mano. En ese contexto, tuve la oportunidad de conseguir una beca para estudiar en Japón. Mis estudios de posgrado duraron año y medio y aprendí muchísimas cosas.

¿Cuál es la más memorable?

Entre las que más recuerdo está el uso de programas de cómputo que luego fueron implementados acá. En aquellas épocas, había mucha tecnología que no se manejaba acá, como efectuar, paso a paso, un análisis ante un terremoto; sabiendo que la estructura se comportaría en el régimen inelástico. En Japón también tuve la oportunidad de asistir a un experimento único en el mundo (que costó dos millones de dólares) sobre un edificio de cinco pisos a escala natural hecho de albañilería: aquella fue una excelente oportunidad para aprender muchísimo.

Y en el Perú, ¿qué estudios ha hecho basado en terremotos?

He estado presente cada vez que ha habido un terremoto: desde el terremoto de Arequipa de 1979 hasta este último de Pisco. En 1998 tuve la oportunidad de participar en un proyecto con la GTZ de Alemania y con la Asociación Latinoamericana de Ingeniería Sísmica para desarrollar el refuerzo de casas de adobe en el sur del Perú: Tacna, Moquegua e Ica. El resultado de ese proyecto fue aplicado a casas reales, las cuales han pasado por terremotos potentes, el del 2001 y el de Pisco, y se han comportado de manera excelente.

¿De qué manera ha contribuido a su desarrollo profesional su experiencia como docente?

La verdad que mucho. No solo he enseñado aquí en la Católica; he sido profesor de nueve universidades en todo el Perú. En una de ellas, en Chiclayo, tuve la oportunidad de enseñarles a setecientos alumnos… He dado clases para la gran mayoría de las filiales del Colegio de Ingenieros. De hecho, con esa experiencia, compartiendo con otros profesionales y en otros espacios, uno se enriquece.

Además, ha asesorado innumerables tesis…

Sí, tengo muchos alumnos tesistas; todos ellos aparecen en mis blogs (uno de concreto armado y otro de albañilería). Ellos aportan muchísimo, pues hay cosas que uno pasa por alto, cosas en las que uno no repara, pero los alumnos sí. En materia de investigación siempre hay mucho que aprender.

Entrevista: Pablo Torrejón
Foto: Franz Krajnik