“Hay sectores, que lidera Álvaro Uribe, que no están interesados en el acuerdo”
La frágil situación política que atraviesa Colombia luego del plebiscito por el acuerdo de paz demanda una acción pronta del Poder Ejecutivo
y del Congreso. Para el profesor de la Pontificia Universidad Javeriana Dr. Eduardo Pastrana, el siguiente paso debería ser llevar el debate al Congreso, ya que el plebiscito solo condiciona el accionar del Ejecutivo. Además, cuestiona que se haya llevado esta decisión a consulta popular.
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Eduardo Pastrana Buelvas
Profesor y director del Departamento de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia)
Luego de 52 años de guerra en Colombia y de un proceso de paz, ¿se puede hablar realmente de un posconflicto?
Todavía no, porque lo que hay es un cese al fuego bilateral con garantías para que las partes renegocien los acuerdos. Desde que se iniciaron las guerrillas con perfil marxista se han dado movilizaciones de otros, grupos, como el Ejército Popular de Liberación (EPL), el movimiento Quintín Lame o el M19, pero representaban solo el 5% de los grupos armados de Colombia. Siempre hemos estado en un conflicto de baja intensidad con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde hace 52 años.
¿Cómo eso es sostenible para un país?
Una de las cuestiones más curiosas es que la economía colombiana siempre ha crecido, no ha vivido inflaciones como Perú, Brasil o Argentina. La explicación es que es un conflicto de baja intensidad, situado en las zonas menos desarrolladas del país. Por lo tanto, en las grandes urbes, en el triángulo desarrollado del país (zona andina céntrica de Medellín, Cali y Barranquilla), nunca hubo una amenaza directa de desestabilización y control del territorio. Es decir, casi tres generaciones de colombianos de las urbes se han acostumbrado a conocer el conflicto por los medios de comunicación.
¿Esto explica el resultado final del plebiscito?
Claro, porque en las regiones que han sido afectadas históricamente por el conflicto, la votación a favor del sí estuvo por encima del 70%. En las grandes urbes, con excepción de Bogotá, ganó el no.
Usted ha cuestionado al presidente Juan Manuel Santos por haberlo realizado. ¿Por qué debió tomar la decisión sin hacer la consulta?
Hay temas que implican una decisión de los líderes políticos, y por su sensibilidad y posibilidades de manipulación por parte de líderes populistas pueden ser más costosas para una sociedad que la decisión misma. Uno se acuerda de los plebiscitos que han conducido a ciertas naciones a retrocesos en la historia. Uno de los primeros es el que organizó Napoleón III en 1852 para convertirse en emperador, uno de los inicios del autoritarismo moderno. Después tienes los plebiscitos donde ganó el no a la constitución europea en el 2005 o el Brexit, lo que genera todo un debate sobre la democracia participativa. En el caso colombiano, y suena muy duro lo que voy a decir, no tenemos una democracia desarrollada, hay un nivel de educación muy bajo y hay grupos religiosos de origen norteamericano que manipularon mucha parte de la información que no estaba en los acuerdos. Las motivaciones detrás de las elecciones revelan un peligro grave para la democracia misma.
En los años de guerra, ¿cómo ha llevado Colombia su política exterior?
El conflicto, como factor doméstico, ha determinado la política exterior. Eso fue claro en los 90 cuando Colombia no contaba con suficientes recursos contra el narcotráfico y las FARC, y tuvo que acudir a actores más poderosos como EE.UU. Cuando Colombia empiece a buscar soluciones, se iniciará una diplomacia para la paz porque el mismo posconflicto o la implementación de los acuerdos que se logren va a requerir de la cooperación internacional, de recursos que se requieren en distintos ámbitos de la resolución de los acuerdos porque Colombia no es una potencia.
¿Cuáles son los posibles escenarios después del no?
No creo que se logre un acuerdo nacional, hay sectores, que lidera Álvaro Uribe, que no están interesados en el acuerdo, sino que quieren frenarlo con cálculos electorales. El otro punto es la posibilidad de volver al pacto de las élites, pero es muy difícil, porque en este momento no serían las FARC las que se paren de la mesa sino el establishment y eso tendría costos muy grandes para el sistema político. Siendo realista, lo que está a la mano es que se lleve el tema al Congreso y que ahí sea aprobado, porque hay presión de la comunidad internacional. El Nobel al presidente Santos es un espaldarazo, además de las fuertes presiones de los EE.UU., pues no interesa una Colombia desestabilizada. Los sectores económicos también piden el acuerdo porque lo que se ve afectada con la incertidumbre es la economía.
¿PARA QUÉ NOS VISITÓ?
Evento: Conferencia Internacional “El proceso de paz en Colombia y su impacto en el Perú”
Organizadores: Instituto de Estudios Internacionales (IDEI) y la Fundación Konrad Adenauer
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