En memoria de Alberto Varillas y sus 'cafés inteligentes'
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Carlos Alarco Proaño
Expresidente de la Asociación de Egresados y Graduados (AEG) 2022-2024
Recuerdo cuando mi padre me hablaba de su buen amigo del colegio, Alberto Varillas, y me decía: “no lo conoces, pero su firma aparece en tu título de Ingeniero de la PUCP”. Fue unos años después que lo conocí, cuando don Alberto, mi padre Carlos y mi abuelo Eugenio, se reunieron en Miraflores y, luego de algunas horas de conversación, Alberto aceptó tomar la presidencia del patronato de la Casa Museo Ricardo Palma (CMRP), creado por mi abuelo en 1969. A sus 95 años, él necesitaba pasar la posta a alguien que cumpliese los requisitos intelectuales a cabalidad.
Ya retirado mi abuelo, Alberto continuó con diligencia el encargo y, a los pocos años, la CMRP se volvió tema de interés y de largas conversaciones. Fue él quien me animó a formar parte de la Fundación Ricardo Palma, y así, la amistad de Alberto se me extendió generosamente como tercera generación de mi familia, más aún por tener en común a la PUCP como Alma Máter.
La vitalidad y entusiasmo de Alberto Varillas era impresionante. Hacia el año 2017 me invita a formar parte del Consejo Directivo de la Asociación de Egresados y Graduados de la PUCP, y acepté con mucho gusto. Él tenía por costumbre tratar estas propuestas para integrar instituciones, con un café de por medio. De manera cordial, hemos trabajado juntos en diferentes proyectos entre la CMRP y la AEG PUCP, y compartiendo en el camino innumerables cafés. Es así como, durante la última década, puedo decir que he tenido el privilegio de pertenecer al exclusivo club del “Café Inteligente” de Alberto Varillas, y lo más importante, escuchar los relatos de diferentes etapas de su intensa vida y disfrutar de su amistad.
En el 2023, yo como presidente de la AEG PUCP, lo invité a tomar un café por su casa, y mi misión era informarle que el Consejo había seleccionado a los cinco egresados PUCP que serían reconocidos como Exalumnos Distinguidos ese año, y darle la noticia de que su nombre había obtenido mayoría de votos. Se emocionó mucho al recibir la noticia y el día de la ceremonia estaba orgulloso por el reconocimiento que le hacía su querida PUCP.
Muchos pensábamos, optimistamente, que Alberto Varillas Montenegro nos iba a acompañar por varias décadas más, y la vida nos da otro golpe de realismo. Solo nos queda seguir con su legado, su energía inagotable y sus cafés inteligentes.
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