Hace algunos días se desató la polémica acerca del incremento salarial debido al Decreto Supremo 023-2014 EF que modifica los sueldos de los funcionarios públicos regidos por la Ley del Servicio Civil (Ley 30057). No estoy en contra que los talentos ganen más dinero, es lo más equitativo, pero el incremento se pudo dar paulatinamente tanto al tener un sueldo fijo y otro variable. Un criterio que debe primar es la manera en que se trabaja en las multinacionales y empresas grandes: tener bonos por cumplimiento de metas, en este caso macroeconómicas como la eliminación del alfabetismo, disminuir la burocracia del Estado en un 50%, reducción de la pobreza en tres puntos porcentuales del PBI anual, mejorar en los ranking de competitividad mundial (desarrollo urbano), reducción de la inseguridad ciudadana en 20%, mejorar en los resultados de la prueba PISA en un 30% o reducción del subempleo en 40%, que es el principal problema laboral en el país.

Asimismo, la labor de un ministro y de sus funcionarios, no es sólo una función técnica sino política y sobre todo mediática. El técnico no busca la popularidad, sino se centra en elementos concretos para lograr resultados, aunque sean impopulares. Recordemos que estos altos funcionarios tienen una labor de servicio, la razón misma del Estado es que sean servidores públicos y ello genera legitimidad, pero esta medida, así como se ha planteado, ha despertado el rechazo de varios sectores gremiales y civiles, en otras palabras, es ilegítima desde la perspectiva de la población. ¿Cómo se mide la calidad de esos ministros para saber si calza con el perfil que actualmente se requiere?

Leí que, con el aumento, los ministros ganarán alrededor de 10 600 dólares. Sus pares en Chile ganan 14.341 en promedio y en Brasil 11 222, pero estas son otras realidades. El costo de vida en dichos países es mayor que el nuestro, razón por la cual las diferencias son evidentes y no cabe comparación. ¿Hay tanta brecha en esos países entre el sueldo ministerial y el salario mínimo vital?, por supuesto que no.

Finalmente, los ministros reciben otros beneficios tangibles como gastos de representación, escolta, chofer, vales de alimento e intangibles, como creación de una red de contactos internacionales, estatus pero sobre todo entrar a la historia de nuestro país, eso tiene más peso que cualquier ingreso salarial. Privilegios que no tienen los gerentes de multinacionales.