"El número de trasplantes que se realizan en el Perú es muy bajo"
Según cifras proporcionadas por EsSalud, en el Perú hemos pasado de 1.5 (2005) a 6 donantes por cada millón de habitantes (2011). Sin embargo, si nos comparamos con países como Uruguay (17) o España (35), nos encontramos muy por debajo del promedio. ¿Cómo podemos revertir esta situación y crear una conciencia cívica sobre la importancia de la donación de órganos? Al respecto, dialogamos con el Dr. Rogelio Sueiro, quien nos contó sobre la lista de espera de donantes y las carencias económicas en el sistema de Seguridad Social.
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Rogelio Suiero
¿Cuántos tipos de trasplante existen?
En primer lugar, hay que distinguir el trasplante (reemplazo un órgano humano por otro) de otros tratamientos médicos, como el injerto (empleo de órganos animales de diferente especie, como una válvula de corazón de tejido de cerdo) o el implante (colocación de un objeto inerte, como una placa de metal).
No todos los trasplantes son iguales. El donante puede ser una persona viva, un cadáver o uno mismo (en el caso de trasplantes de piel, por ejemplo). Se puede cambiar un órgano por otro (trasplante ortotópico) o añadir uno extra y dejar que cumpla su función sin sacar el órgano fallado (trasplante heterotópico). Los dos se emplean y la elección dependerá del caso y de la experiencia. Además, existen los trasplantes de sangre (en el caso de pacientes con leucemia, quienes necesitan renovar completamente sus células sanguíneas).
En el caso de donantes cadavéricos es fundamental que los órganos provengan de una persona del mismo grupo sanguíneo y que sean compatibles histológicamente. Todos tenemos en nuestros tejidos una programación diferente y estamos organizados de tal manera que si a tu cuerpo entra cualquier otro tejido que no sea tuyo, inmediatamente lo rechaza. Por eso se busca el órgano cuyo tejido sea el más parecido al tuyo. Otro punto que se debe considerar es el tiempo de muerte del cadáver, porque el tejido se va deteriorando. Cada órgano te da un tiempo para usarse: un corazón te da cuatro horas; un hígado, doce; un riñón, veinticuatro; unas córneas, cuarenta y ocho horas. Si no los puedes usar en ese tiempo, después ya no sirven.
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