El legado de Alberto Flores Galindo a los 25 años de su partida
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Gonzalo Portocarrero
Sociólogo. Profesor principal del Departamento de Ciencias Sociales.
Sin duda el fundamento más original e intempestivo de su magisterio fue el entusiasmo por pensar y conversar.
La institución universitaria se hace honor a sí misma celebrando a sus miembros que le entregaron lo mejor de sus esfuerzos pues, difundiendo entusiasmo, se convirtieron en modelos inspiradores para colegas y estudiantes. Dejando de lado sus intereses personales se comprometieron con el ideal de «hacer universidad», promoviendo las múltiples conversaciones que nos permiten objetivar nuestras esperanzas y temores, ocultos pero vigentes, esas realidades subjetivas que se entretejen para conformar el entramado de posibilidades por donde discurrirá el futuro de nuestra sociedad.
Entonces, ahora que se cumplen 25 años de la partida de Alberto Flores Galindo, todos los que nos beneficiamos de su enseñanza nos sentimos impelidos a cumplir con el ritual enriquecedor que significa hacer un inventario de su legado.
Sin duda el fundamento más original e intempestivo de su magisterio fue el entusiasmo por pensar y conversar; por intercambiar, con alegría y sin temor, pues Alberto Flores Galindo pensaba que el encuentro es una ocasión donde todos podemos ganar siempre y cuando consigamos oír al otro, a ese con quien, en un inicio, no estamos de acuerdo, pero que gracias a ese intercambio de razones que van y vienen poder articular, de manera más clara y compleja, nuestros propios puntos de vista, las semejanzas que crecen y las diferencias que permanecen. Esta fe en el diálogo, y la buena voluntad, está detrás de una de sus frases más conocidas: «discrepar es otra forma de aproximarnos», que da precisamente nombre a nuestro conversatorio.
La idea es propiciar un espacio dialógico, comunicativo; un encuentro en que la ilusión de que todos ganemos desarme los recelos y las actitudes individualistas para recordar estos 25 años desde su partida. En definitiva, se trata de un conversatorio, de ponencias cortas y polémicas que estimulen la discrepancia y el diálogo; es decir, una situación en la que el otro puede ser tomado en cuenta, en vez de la clásica cerrazón y la reiteración de lo mismo, actitudes que usurpan el nombre de diálogo.
A este conversatorio que se realizará el jueves 26 al mediodía en la Sala Marzal (Fac. de CCSS de la PUCP) han asegurado su presencia Nelson Manrique, Cecilia Rivera, Carmen María Pinilla, Eduardo Cáceres. Todos los profesores y estudiantes están cordialmente invitados a compartir sus reflexiones y aportes.
Todos pretendemos ganar, pasarlo bien en el grato reconocimiento de la generosidad de Alberto Flores Galindo.
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