Sin duda, no se trata de un aniversario más, sino del que sigue al que celebró la PUCP el 2007, recordando los 90 años de su fundación. Y es que en 1917 abrió sus puertas la Facultad de Letras y Jurisprudencia, lo que nos permite apreciar la voluntad del padre Jorge Dintilhac SS. CC., principal promotor y fundador de esta casa, de abocarse a la formación de los nuevos profesionales del derecho en el Perú.

Fue así como el 29 de abril de 1919 se iniciaron las clases de Derecho en el local de la Plaza de la Recoleta, cedido por la congregación de los Sagrados Corazones para este proyecto. Los registros de la época señalan que la Facultad contaba con quince estudiantes y una planta mínima de profesores. La progresiva evolución de este sueño ha sido notable, al punto que, nueve décadas después, nuestra unidad académica cuenta con alrededor de dos mil estudiantes, una planta estable de treinta profesores a tiempo completo y no menos de 245 a tiempo parcial.

El camino que hubo que recorrer no fue fácil y se encuentra marcado por el empuje, la perseverancia, la dedicación, el talento y la visión de quienes asumieron la conducción del claustro durante todo este tiempo, así como las vicisitudes y desafíos que debieron remontar para dar como resultado aquello que hoy todos apreciamos tanto: la más prestigiosa de las facultades de derecho del Perú y una de las más destacadas en el contexto latinoamericano.

Nos embarga de alegría, entusiasmo y orgullo ser herederos y beneficiarios de un reconocimiento labrado a pulso, a través del aporte al país de generaciones de abogados y abogadas que no solamente brillaron en el foro y en la producción académica, sino que en muchos casos extendieron ese aporte a otras importantes esferas de la vida nacional, ya sea a través del ejercicio de altas e importantes funciones públicas en el Estado peruano, cargos de elevada responsabilidad en la comunidad internacional, o en el mundo e la empresa, el periodismo y la política.

Nuestra facultad continúa brindando al país nuevas generaciones de profesionales que suman a su calidad académica y talento, una formación que integra a lo jurídico, aspectos sustantivos del humanismo cristiano y otros provenientes de distintas disciplinas y especialidades. Ello los conduce a tener una visión comprometida con la realidad del país, y con la necesidad de adoptar, desde cualquiera de los espacios en los que finalmente ejerzan la profesión, una preocupación constante por el respeto y la protección de los derechos fundamentales de las personas, particularmente por quienes se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad e indefensión. Dicho compromiso se alimenta, además, de una profunda identificación con los valores y principios que sustentan el Estado constitucional de derecho, así como la institucionalidad democrática.

Todo esto nos coloca frente a una gran responsabilidad. De un lado, la de mantener el nivel y la excelencia en la formación de nuestros estudiantes, lo que nos exige, con mayor énfasis en los tiempos actuales, permanente renovación e innovación en los contenidos y métodos de enseñanza. De otro lado, la enorme responsabilidad de aportar al país elementos que contribuyan a fortalecer nuestra débil institucionalidad y mejorar la calidad de los servicios de justicia para la población, en particular de la ubicada por debajo de la línea de pobreza.

Por ello, celebraremos estos 90 años en medio de un amplio despliegue de esfuerzos para renovar nuestro actual plan de estudios, junto con sus técnicas y metodología de enseñanza, y al mismo tiempo, una perspectiva de proyección y responsabilidad social, promover nuevas reglas para un ejercicio ético y responsable de la profesión del abogado, a la par de contribuir a la mejora de los servicios de justicia en el Perú. Esto último, comenzando por el área del acceso a la justicia, que compromete de manera directa la aspiración de millones de peruanos y peruanas que claman por una atención que les ha resultado históricamente negada.

Invito, entonces, atodos los miembros de nuestra comunidad académica, estudiantes, docentes trabajadores administrativos y a nuestros egresados, a sumarse con entusiasmo a esta histórica celebración. ¡Feliz aniversario!