Era la época del guevarismo–castrista, de la vía violenta al socialismo. Por su militancia clandestina fue juzgada, tomada prisionera y torturada con apenas 23 años. Posteriormente, vino la ola democrática y Dilma ocupó su puesto de vocación de servicio público, en especial para los más necesitados en Río Grande do Sul. Como militante destacada en el Partido de los Trabajadores, el presidente Lula la convoca a su gabinete como ministra de Energía en el 2003. Pero, por problemas del entonces hombre fuerte del gabinete de gobierno en el 2005 José Dirceu, el presidente Lula la escoge para que sea a partir de entonces su persona de confianza, nombrándola primera ministra (jefa de Estado Mayor de Brasil).

Con gran habilidad demuestra una certera dirección gubernamental, ayudando a Lula en su segundo período, haciendo que Brasil se convierta en la octava economía del mundo y la vez que millones de personas salgan de la pobreza. El éxito de Luis Ignacio da Silva ha sido tal que casi el 80% de los brasileños apoyan su gestión, por tanto se ha convertido en el presidente más popular de este inmenso país. Por otro lado debemos recordar que Brasil es el quinto país en extensión territorial y población respectivamente a nivel mundial, sólo superado por Rusia, Canadá, China y Estados Unidos.

Hay que destacar además la política exterior de la administración Lula, en especial el pragmatismo que él le ha impuesto al Itamaraty (cancillería brasileña), diseñando una estrategia en donde Brasil pasó de ser un actor gigante pero algo pasivo, a tener un papel predominante en la arena internacional. Mantiene buenas relaciones con Estados Unidos de Bush hasta Obama, pero en un trato de igual a igual. Es miembro de poderoso grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que son los países prominentes en este nuevo escenario multipolar. El liderazgo brasileño se demuestra desde sus excelentes relaciones con Cuba y los llamados populistas radicales, Venezuela, Bolivia y Ecuador, pasando por los gobiernos neo liberales de Colombia, Perú y Chile. Brasil es el llamado a ocupar el puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por nuestra región.

Es en este contexto, en el que Lula y el Partido de los Trabajadores escoge a Dila Rousseff como candidata presidencial, para ganar en segunda vuelta con un 56% de los votos frente a José Serra, el candidato del Partido de la Social Democracia quien obtuvo el 44% de los votos.

Dilma hereda una carga pesada de su mentor, consciente como ella ha dicho, lo difícil que será superar a Lula, pero, se ha comprometido en mantener el crecimiento económico, continuar la lucha contra la pobreza y el rol del Brasil en el plano externo. Pero también ha planteado que profundizará la igualdad de género y la constante defensa de los derechos humanos. ¿Podrá?, algunos analistas plantean que si, no solamente por la gran capacidad de esta mujer, sino porque Lula estará detrás del poder. Para bien de Brasil y de América Latina esperemos que ese país siga adelante.