Desde el 2013, las Naciones Unidas instauraron el 19 de noviembre como el Día Mundial del Baño para reflexionar sobre la importancia de que cada hogar tenga acceso a un baño digno, el cual, al ser un derecho humano, aún es restringido en muchos países del mundo. Un baño en el hogar puede transformar las vidas, pues tiene un fuerte impacto sobre la higiene y la salud, sobre todo en niñas y mujeres, quienes al no contar con un baño seguro y privado se exponen a más enfermedades, lo que trae como consecuencia su absentismo en el colegio o en el trabajo.

Un baño en el hogar puede transformar las vidas, pues tiene un fuerte impacto sobre la higiene y la salud, sobre todo en niñas y mujeres".

Pero parece que estamos aún muy lejos de cerrar las brechas en materia de saneamiento y alcanzar las metas de la ODS 6 para el 2023. Solo en América Latina, más de 80 millones de ciudadanos carecen de acceso a agua e instalaciones de saneamiento digno (OMS y Unicef). Si nos enfocamos en Perú, 3.5 millones de habitantes que viven en zonas urbanas no tienen acceso a saneamiento y en zonas rurales se incrementa a 4.1 millones. Lima, ciudad con una población significativa de pobres urbanos, concentra a 900,000 personas sin alcantarillado, principalmente en zonas periurbanas (Enapres, 2021).

+80 millones

de ciudadanos en América Latina carecen de acceso a agua e instalaciones de saneamiento digno (OMS y Unicef).

7.6 millones

de peruanos no tienen acceso a saneamiento: 3.5 millones en zonas urbanas y 4.1 millones en zonas rurales.

Esta negación o exclusión de una infraestructura tan esencial como es el baño se le conoce como «violencia infraestructural pasiva», término acuñado por Rodgers y O’Neill. Es un tipo de violencia que trae efectos socialmente dañinos por el acceso desigual a infraestructura básica: dado que la infraestructura es una forma de relacionamiento de las personas con sus ciudades, su negación los desintegra de otros procesos sociales y culturales que suceden en los entornos urbanos. En los asentamientos humanos de Lima, además sucede lo que Truelove y O’Reilly (2020) señalan como «interseccionalidad infraestructural», pues las intersecciones de poder, género, vivienda y clase se pueden exacerbar más por la falta de acceso a saneamiento.

Estudio en el Departamento de Ciencias de la Gestión

Pero también podemos estar cerca de cerrar esas brechas y mitigar esa violencia de infraestructura gracias a la tecnología y a modelos de negocio innovadores impulsados por organizaciones sociales, con la suficiente indignación como para diseñar y ejecutar productos y servicios dignos. Desde el Departamento de Ciencias de la Gestión, venimos realizando una investigación con fondos del Global Challenges Research Fund (GCRF) para conocer los beneficios del modelo de saneamiento por contenedores, solución que ya se brinda en otros países como Kenia y Sudáfrica, países con los cuales venimos investigando si este sistema puede multilicarse. En Lima, la organización Sanima provee el servicio de saneamiento por contenedores a más de 7,000 personas ubicadas en 220 asentamientos humanos de Pamplona Alta, en San Juan de Miraflores, y en otras zonas de Villa María del Triunfo y Villa El Salvador. Además de instalar el sistema, recoge los residuos 1 vez por semana en puntos de acopio cercanos a las viviendas.

Podemos estar cerca de cerrar esas brechas y mitigar esa violencia de infraestructura gracias a la tecnología y a modelos de negocio innovadores impulsados por organizaciones sociales con la suficiente indignación como para diseñar y ejecutar productos y servicios dignos".

En este estudio, a lo largo de un año, comparamos la experiencia de 50 familias que cuentan con el servicio de Sanima con otras 50 que continúan con silos u otras opciones inseguras fuera de la red, y se comprobó que la solución que provee Sanima brinda una alta satisfacción (98%) e incluso el 100% la recomienda, pues les ha traído mayor higiene para el hogar y una mejor experiencia en su conjunto. Sin embargo, el modelo presenta limitaciones para multiplicarse pues el precio que tienen que pagar las familias por este servicio no es accesible para todos. A pesar de ello, las familias comparten que hacen todos los esfuerzos por tener acceso, pues volver al sistema de silos lo consideran como un retroceso y, además, después de contar con silos por más de 20 años, ya no tienen espacio en sus viviendas para construir uno nuevo.

Desde el Departamento de Ciencias de la Gestión, venimos realizando una investigación con fondos del Global Challenges Research Fund (GCRF) para conocer los beneficios del modelo de saneamiento por contenedores, solución que ya se brinda en otros países".

En ciudades como Lima, el modelo de saneamiento por contenedores se presenta como una solución al problema de estrés hídrico dado que no requiere de agua para su funcionamiento, pues el diseño del sistema permite separar el líquido del sólido haciendo más eficiente la gestión de residuos sólidos. Asimismo, en espacios geográficos como Pamplona Alta, en donde instalar tecnología convencional conectada a la red presenta desafíos por la ubicación de las viviendas y la topografía, se advierte que es hora de ver nuevas soluciones. Es posible estar más cerca que lejos para el cierre de estas brechas si el gobierno comienza a trabajar en alianzas con organizaciones como Sanima, que cuenta con tecnología, gestión del servicio, capital social y capacidades ya instaladas para lograr que todos los ciudadanos tengan acceso a este derecho.