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“Con el antiguo sistema de transporte no había reglas, ahora sí”

Regulación, reordena la manera de viajar de los usuarios son algunos temas en común que comparte Chile con el Perú en el contexto de la reforma del transporte. El especialista chileno Marco Batarce nos cuenta la experiencia de este país vecino. Nos visitó para la confeencia La reforma del transporte: la experiencia chilena, organizado por el CISEPA en colaboración con el Departamento de Economía.

  • Marco Batarce
    Asesor y consultor chileno en temas de transporte

¿Cuáles eran los problemas de transporte que tenía Santiago antes de la reforma?

La primera reforma empezó en 1979 y brindó libertad total para que el que quisiera operar en un bus, taxi bus o minibus pudiera hacerlo sin problemas. Sin embargo, esto generó un caos total. Las tarifas subieron, hubo exceso de buses, accidentes, mala calidad del servicio e inseguridad. Es por eso que, en 1991, se empezó a regular el transporte: se pidió que los buses sean más grandes, se controló la tarifa y se brindaron contratos de concesiones. El problema fue que seguía existiendo baja calidad, exceso de oferta, inseguridad y contaminación. Fue recién en el 2007 cuando el rediseño de la reforma dio un giro de 180 grados.

¿En qué consistió este giro?

Con el antiguo sistema no había reglas, ahora sí. Antes existían 350 líneas de buses y casi todas cruzaban Santiago, además, cada línea era formada por un grupo de empresarios que no eran regulados. Con la reforma, podía haber solo 14 empresas y tenían que estar formadas como sociedades anónimas que cumplieran todos los requisitos. Además, se implementó un sistema troncal alimentador, que atravesaba toda la ciudad, y se crearon 9 zonas de servicios locales. También se establecieron frecuencias mínimas que tenían que operar en las noches, que antes estaban sujetas a la decisión particular del chofer. Así, se brindaron mejores condiciones para los conductores y para los usuarios.

¿Qué otros cambios se implementaron?

Se empezó a usar una tarjeta electrónica para pagar los viajes en bus. Un primer problema fue que esta tarjeta no se podía cargar en el bus, sino solo en ciertos puntos específicos de la ciudad, que al comienzo eran muy pocos, y la gente no sabía dónde estaban. Pero el cambio más grande fue la manera de viajar: la gente tenía que hacer transbordo de un bus a otro y eso generó muchos problemas porque no sabían cómo hacerlo. No hubo una buena campaña de información porque, literalmente, fue de la noche a la mañana. A esto hay que agregar la poca oferta de buses que hubo durante la primera etapa, así que todas las líneas se copaban. Este desorden momentáneo hizo que la gente se formara una pésima percepción de la reforma.

¿La gente no estaba contenta?

Después de la implementación del sistema había mejoras que se debían hacer y que no se hicieron de un día para otro, sino que demoraron. En el 2012, hicimos un estudio para ver cuánto demoraba, en promedio, una persona que viajaba en Santiago y vimos que el tiempo de viaje era casi el mismo que en el sistema antiguo. Esto sucedía por el transbordo que tenían que hacer. Sin embargo, lo que ha mejorado es la calidad. El sistema antiguo era malo para todos, el de ahora es heterogéneo: para un grupo, es malo y para otro, bueno.

¿Quiénes son los que piensan que es malo?

Usualmente, los que se ven más afectados son los que viven más lejos ya que, debido a la distancia, hay poco servicio para ellos o no funciona tan bien. No todas las empresas tienen la misma calidad, a veces son irregulares y no sabes en cuánto tiempo pasará cada bus, pero se está trabajando en la información que se brinda a los usuarios. Ya existen cinco aplicaciones para celular que muestran a qué hora llega el bus y cómo se puede viajar de un lugar a otro.

En Lima, también estamos atravesando por una reforma del transporte. ¿Cuál es su apreciación al respecto?

Definitivamente, plantear reformas en sectores donde hay poca regulación o ninguna es necesario, hay que hacerlo. Dejar el sistema de transporte sin regulación no va a solucionar el problema, sino que va a hacer que siga creciendo. Embarcarse en un proceso regulatorio de mejora del transporte es algo fundamental.

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