Anna Maccagno: nuestra maestra escultora
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Johanna Hamann
Docente de la especialidad de Escultura, del Departamento Académico de Arte
Anna Maccagno, nuestra maestra de escultura, nació el 23 de enero de 1918, en Roma. Llegó al Perú, con su esposo Emilio, por primera vez en 1946. Seis años después se matriculó en la Escuela de Artes Plásticas de la PUCP, dirigida por el maestro Adolfo Winternitz, donde culminó sus estudios en 1956. El año 1965 se incorpora a la Escuela como profesora, a pedido de su fundador, y llega a desempeñarse como subdirectora. Asimismo, se preocupa en crear el taller de Escultura, del cual egresaron muchos reconocidos escultores contemporáneos del país.
Para ella, el primer deber del maestro era evitar invadir la personalidad del alumno, conocerlo como persona, respetarlo, ayudarlo a ver e invitarlo a conocerse a sí mismo para que surja lo que quiere decir como artista. Susana Rosselló, una de las escultoras más importantes de la generación del 70, sintetiza lo que fue Anna para sus pupilos: “Anna Maccagno es sinónimo del verdadero maestro: aquel que sabe conducir a sus discípulos por el camino de la verdadera búsqueda, evaluación y expresión de su verdad esencial”. El trabajo artístico de Anna destacó por el gran aliento de sus obras, muchas de temas religiosos. Su obra escultórica se halla, además del país, en colecciones particulares en Italia, Alemania, Estados Unidos y Francia.
Cuando, en 1980, la Escuela se vuelve Facultad, Anna es nombrada primera Jefe del Departamento Académico de Arte, cargo que ejerce hasta 1988. Luego, en 1990 representa al Perú en el “Encuentro Regional sobre Formación de las Artes Plásticas en América Latina y El Caribe”, organizado por la UNESCO. En 1993, el gobierno peruano le otorga las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta. Ese mismo año conduce el Decanato de la Facultad de Arte, investidura que tendrá hasta el mes de abril del 2001, en que deja la Universidad por motivos de salud.
Algunas de las distinciones que recibiera fueron las de Cavaliere Ufficiale de la República Italiana (1996), la Medalla Cívica de la Ciudad de Lima (1997), Profesora Honoraria de la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes (2000) y Profesora Emérita de la Universidad Católica 2001).
Anna Maccagno trabajó con el profesor Winternitz 28 años y, ya como decana, trató de defender el pensamiento guía de su fundador. En sus palabras: “Jamás perder el espíritu con el que fundó esta escuela, o sea criar gente que sienta el amor por el arte y que se dedique al arte con toda la fuerza de su vida; no crear gente que busque la espectacularidad, que busque el éxito fácil o que la tecnología no se vaya a comer la esencia del porqué de esta escuela.”
Anna falleció el 20 de noviembre del 2001. Sus restos descansan junto con los de Emilio Maccagno, en el Cementerio Británico. Luis Jaime Cisneros dijo de Anna: “Consciente de su preclara docencia, se esmeró en congeniar con los estudiantes, confiada en que los caminos del espíritu eran la vía más auspiciosa para que el conocimiento se afirme y el saber se ofrezca como una espontánea y natural revelación. […] Fue una excelsa figura de la Grecia clásica abriéndose paso en un mar de vanidades.”
Este jueves 27 tendremos un homenaje a Anna Maccagno. Al mediodía será la misa en el C.A.P.U. y a las 12:45 p.m. será la presentación de la revista Textos – Arte en la cafetería de la Nueva Facultad de Arte.
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