¿Qué le espera a Transparencia Internacional durante su gestión?

Su propuesta se centraba en tres aspectos: impunidad, gran corrupción e impacto internacional del crimen organizado ¿Cómo iniciar la lucha en temas que parecen haberse internado en las instituciones de muchos países?

Pretendemos que la ciudadanía tome conciencia y reaccione contra el proceder de unos cuantos que la perjudican gravemente. De otro lado, buscaremos, a través de diversas acciones, que los sistemas de administración de justicia funcionen eficazmente sancionando a los corruptos, en particular a los de alto nivel.

Seguiremos insistiendo con las autoridades en la necesidad de desarrollar una política de lucha contra el crimen organizado que ponga freno al significativo avance que ha tenido en los últimos años y ha llegado incluso a arrinconar a algunos estados.

En el Perú, la corrupción se ha asimilado al punto que ya no importa si una autoridad roba, con tal que haga obra. ¿Pasa igual en el resto del mundo?

Lamentablemente es un fenómeno común en aquellos países donde la ciudadanía percibe que la corrupción se ha «normalizado» y que no se generan consecuencias negativas para quienes desde una posición de poder, cualquiera sea su nivel, incurren en actos de corrupción.

La ambición es un gran factor…

La ambición es inherente a la condición humana. El problema es cuando esta se desborda negativamente y se antepone a la búsqueda del bien común. En sociedades donde los ciudadanos no nos sentimos iguales por diversas razones, en las que el Estado no atiende las necesidades básicas de los más pobres, y donde se observa que no les pasa nada a los corruptos en el poder, la corrupción tiende a irse de control, extenderse masivamente y asumirse como normal.

Esto explica la anomia de sociedades como la nuestra en la que la corrupción se vuelve estructural, sistémica y la ciudadanía no reacciona en su contra sino que se resigna a convivir con ella, o lo que es peor, a adoptarla como un medio de sobrevivencia.

En este contexto, ¿por qué sigue siendo importante el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC)?

Porque permite observar una foto en la que se puede identificar a los gobiernos corruptos o tolerantes con la corrupción. Eso explica por qué a los gobiernos de ese tipo les molesta tanto el IPC cada vez que es publicado año a año.

A ningún corrupto le gusta que lo señalen con el dedo, que se le exhiba como lo que es. Aunque no parezca, les da vergüenza. Por eso creemos que en ese ámbito buscar la sanción social de quienes están comprometidos con la corrupción es muy importante. El día en que los ciudadanos los rechacemos, no queramos compartir espacios sociales con ellos, los nombremos o señalemos, mejor aún, los denunciemos, las cosas van a empezar a cambiar.

¿De qué manera se reforzará la presencia de Transparencia Internacional en el Perú?

El hecho de que el movimiento haya elegido a un peruano para liderarlo es, por un lado, un reconocimiento al proceso anticorrupción que se desarrolló luego de la caída del fujimorato. De otro lado, implicará una mayor observancia sobre los acontecimientos en nuestro país.

Estoy seguro que esto significará un reforzamiento de PROETICA y su accionar en el Perú. Desde la dirección de la organización, contará con el apoyo necesario para luchar eficientemente contra la corrupción.

¿Cree que las nuevas tecnologías facilitan la lucha anticorrupción o, por el contrario, ayudan a los corruptos a cubrir sus huellas?

Las nuevas tecnologías son un arma de doble filo. Por un lado permiten una acción más eficiente contra la corrupción, pero en manos de los corruptos, sirven para potenciar su actividad ilegal. Como no podemos evitar lo segundo, debemos hacer el máximo esfuerzo para estar al día en su uso y ponerlas al servicio del bien.