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La valiosa biblioteca de Julio Cotler es donada a nuestra Universidad

Compuesta por 1,203 libros y documentos, especialmente de ciencias sociales, esta colección permitirá conocer cuáles fueron las fuentes de estudio del destacado sociólogo y analista de la realidad nacional. De esta manera, su familia continúa su legado de enseñanza y difusión del conocimiento.

  • Texto:
    Oscar García Meza

El sociólogo y profesor universitario Julio Cotler (1932–2019) creía firmemente que el conocimiento se debe compartir. Por ello, su familia ha decidido donar su valiosa biblioteca académica a nuestra Universidad, compuesta por 1,203 libros y documentos de las áreas de antropología, ciencias políticas, historia y sociología. “Queremos dejar su legado a los estudiantes y profesores, y que estos libros sean aprovechados”, menciona su hija la Dra. Angelina Cotler, actual directora de Membresía y desarrollo del Latin American Studies Association (LASA). 

La familia de Julio Cotler ha decidido donar su valiosa biblioteca académica a nuestra Universidad, compuesta por 1,203 libros y documentos de las áreas de antropología, ciencias políticas, historia y sociología.

El destacado y eterno analista de la sociedad y política peruana tuvo una estrecha relación con la PUCP, pues participó en una gran cantidad de conferencias y seminarios. Asimismo, en el 2010, recibió la distinción de doctor honoris causa. “Y tres de sus cuatro hijos somos egresados PUCP”, añade Angelina. En julio de este año, la familia le comunicó a nuestro vicerrector de Investigación, Dr. Aldo Panfichi, su intención de realizar esta donación, la cual se concretó en septiembre. “Hemos recibido 19 cajas de textos. Estamos muy agradecidos, pues Cotler es un investigador indispensable de las últimas décadas”, resalta la Dra. Kathia Hanza, directora del Sistema de Bibliotecas PUCP.

Un cálido espacio de trabajo

Su hija Angelina recuerda las anotaciones que su padre realizaba mientras leía. “Escribía bastante a mano”, menciona. Pero acaso lo que más tiene presente es la inusual postura que tenía en sus momentos de lectura. “Le gustaba mucho leer parado, quizás porque estaba buena parte del tiempo sentado. Y lograba concentrarse”, señala.

Su biblioteca era un espacio muy cálido, lleno de fotos familiares, plantas, cuadros y libros. Era una mezcla un poco ecléctica donde él se sentía muy a gusto y era su lugar de trabajo al cual cuidaba mucho».

Angelina Cotler

En su trabajo académico, fue metódico y ordenado. A primera hora de la mañana, tomaba una caminata que era más un ejercicio mental que físico, pues allí pensaba las ideas para el artículo o investigación en que se encontraba inmerso. De regreso, se mantenía actualizado de la realidad nacional y mundial leyendo periódicos locales y extranjeros. Acostumbraba trabajar hasta tarde, esta vez sí sentado. “Cuando era niña, me dormía con el sonido de su máquina de escribir manual. Al cambiar a la eléctrica, no pude conciliar el sueño por un par de días porque no me acostumbraba al sonido. Ya en los ochenta empezó con la computadora”, rememora Angelina.

“Su biblioteca era un espacio muy cálido, lleno de fotos familiares, plantas, cuadros y libros. Era una mezcla un poco ecléctica donde él se sentía muy a gusto y era su lugar de trabajo al cual cuidaba mucho”, dice Angelina. Su familia se sorprendía por la capacidad de Cotler de recordar exactamente dónde se encontraba cada libro en este lugar.

Entre los documentos donados se encuentran una copia de la tesis de bachillerato de Don José de la Riva Agüero, que data de 1905.

Valiosas fuentes de estudio

El reconocimiento internacional de Cotler así como los estudios que realizó afuera -por ejemplo, su doctorado en la Universidad de Burdeos, Francia- hicieron que su biblioteca sea de distintas lenguas. “Además de viajar y comprar, también muchos colegas y estudiantes le obsequiaban libros”, menciona su hija. En ese sentido, Angelina señala que alrededor del 30% de libros donados a nuestra Universidad están en inglés, así como en francés y portugués.

Entre los documentos donados se encuentran una copia de la tesis de bachillerato de Don José de la Riva Agüero, que data de 1905; una edición de 1956 de Treinta años de aprismo, de Víctor Raúl Haya de la Torre; un ejemplar de 1941 de Biografía del Estado moderno, de R.H.S. Crossman, editado por el Fondo de Cultura Económica; la primera edición en español de La lucha de clases, de Raymond Aron; entre otros importantes ejemplares. “Hay un poco de todo en cuanto a ciencias sociales”, menciona Angelina.

Que esta valiosa biblioteca se encuentre ahora en nuestra Universidad permitirá conocer cuáles fueron las fuentes de estudio del autor de clásicos, como Clases, estado y nación en el Perú y La gobernabilidad en el Perú: entre el autoritarismo y la democracia.

Angelina comenta que ella y su familia están contentos con esta donación porque, de alguna manera, están continuando con aquello que su padre hizo toda la vida: enseñar y promover que los jóvenes se informen y tengan una postura crítica, para lo cual son claves la lectura y la educación. “Estamos seguros de que él estaría satisfecho con la idea de dar sus libros a la PUCP”, dice.

Actualmente, los libros de la que será llamada Colección Julio Cotler se encuentran en cajas ubicadas en un espacio de la Biblioteca Central en un espacio donde se conservan adecuadamente. Debido al cierre de nuestras bibliotecas por el contexto actual, aún no se ha podido realizar la catalogación de las donaciones. “Cuando sea posible trabajaremos en ver qué libros son primeras ediciones agotadas, están subrayados, tienen anotaciones o dedicatorias -es decir, contienen información relevante- y, por ello, deben ser especialmente cuidados”, añade Hanza.

Colecciones especiales

Además de la biblioteca de Cotler, la directora del Sistema de Bibliotecas PUCP, Dra. Kathia Hanza, señala que en los últimos años nuestra Universidad ha recibido importantes donaciones de bibliotecas de ciencias sociales que pertenecieron a personalidades como Matos Mar, Henry Pease y Carlos Velaochaga.

Su apuesta, para el futuro próximo, es visibilizar estas colecciones de cara al bicentenario y destacar que están a disposición de los interesados en estudiar un tema específico. “En tiempos de pandemia, al menos podemos informar públicamente en qué consistían estas bibliotecas”, señala Hanza, quien comenta que para este proyecto espera involucrar a otras unidades de la Universidad, como el Instituto Riva-Agüero y la Facultad de Ciencias Sociales.

Revisa los servicios del Sistema de Bibliotecas PUCP aquí.

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