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Noticia

Talleres de formación audiovisual en el Centro Juvenil de diagnóstico y Rehabilitación de Lima

Alumnos, jefes de práctica y profesores de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación desarrollan talleres de formación audiovisual junto con menores del Centro Juvenil de diagnóstico y Rehabilitación de Lima – CJDRL (Maranguita).

  • Texto:
    Miguel Sánchez Flores
  • Fotografía:
    Alex Fernandez

Si bien resulta difícil pensar en espacios de libertad en el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima – CJDRL (Maranguita), aún quedan algunos: una ventana de luz, por ejemplo, en lo alto de uno de los salones desde donde se puede ver la ciudad. Casas y edificios inmóviles, pero también el movimiento de autos y personas, siempre imponiéndose como una promesa. “Un minuto afuera es como un año dentro”, confiesa Angelo, uno de los jóvenes integrantes del taller, quien ahora externado, y ya mayor de edad, termina sus estudios.

Otro espacio de libertad son los talleres audiovisuales de nuestra Universidad. “Los vemos como una oportunidad, como una ventana de comunicación para expresarse”, nos cuenta Marianela Vega, docente del Departamento de Comunicaciones y coordinadora del proyecto desde el año pasado. Justamente, sobre la motivación para ingresar al taller, Angelo recuerda: “Tenía que hacer algo con mi tiempo, necesitaba hablar con otras personas”. Y agrega: “Trabajar en el cortometraje me permitió sacar todos los pensamientos que tenía en mi cabeza”.

FORMACIÓN AUDIOVISUAL

Marianela Vega nos cuenta que el proyecto surgió hacia finales del 2013, coordinado por Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (DAFO) del Ministerio de Cultura, y fue impulsado, sobre todo, por Joanie Guerrero, egresada de Comunicación Audiovisual PUCP. “El primer año, ella convocó a realizadores para dar unas charlas maestras y me pasó la voz para una de ellas. Desde entonces me vinculé con el proyecto de formación”, recuerda.

Este año, concluyó el cuarto taller y, como desde el inicio del proyecto, contó con el soporte y apoyo de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación y de la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS) de nuestra Universidad, así como del Ministerio de Cultura. Fueron en total seis meses de trabajo que incluyeron visionado y análisis de películas, ejercicios de creación en distintos formatos, clases maestras y, finalmente, la propia producción audiovisual. “Los referentes de los chicos eran películas de terror o de acción, tipo Rápidos y Furiosos”, explica la docente. “Es interesante ver cómo los proyectos que, en un principio, querían ser como dichos referentes, poco a poco, fueron explorando miradas más personales”, reflexiona.

EQUIPO AUDIOVISUAL

Además de Marianela Vega, el grupo de trabajo, este cuarto año, estuvo conformado por los jefes de práctica Aldo Cáceda, Natalia Maysundo, Jimena Mora y Samuel Paucar, y los alumnos Gonzalo Sánchez y Daniela Goto, todos de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de nuestra Universidad.

Jimena Mora, jefa de práctica del curso El documental y otras formas de no ficción, nos cuenta que fue un lujo ser parte del equipo. Y sobre el trabajo con los chicos, dice: “El guion se construyó de manera colectiva, siempre a partir de un recuerdo o sensación de alguno de ellos”. Y agrega: “Fue un espacio de confianza, necesario para romper prejuicios, y para mostrar el talento y la sensibilidad de los chicos”.

Por su parte, Gonzalo Sánchez, alumno de décimo ciclo de Comunicación Audiovisual, se enteró del proyecto a través de una convocatoria que se realizó a los alumnos de últimos ciclos de dicha especialidad. Gonzalo fue elegido para realizar el registro de la experiencia y resalta el ambiente de trabajo en el que se desarrollaron los talleres. “Como éramos casi contemporáneos, agarré confianza rápidamente con ellos”, dice. Y añade: “Al poco tiempo, con el pasar de la semanas, hubo una cuestión mucho más personal. Empezaron a compartir cosas más íntimas, eso fue muy rico para el proceso de creación”.

CUATRO CORTOS

En total,  este año se terminaron cuatro cortos: El momento, Lo que uno mira y calla, El lamento de un preso y Los colores de la ciudad, este último grabado utilizando la técnica del stopmotion. Sobre la importancia del arte audiovisual en dichos espacios, Marianela Vega destaca que el trabajo audiovisual “les destapa la idea de que pueden expresarse de una manera diferente”. Y evoca el espíritu de la clausura del taller, que se desarrolló el 7 de marzo de este año en el CCPUCP. “Fue importante, porque sentí que los productos ayudaban a generar autoestima. El orgullo de mostrar su trabajo, tan personal como colectivo, a sus amigos y familiares les hablaba también de una posibilidad, de una ventana”, finaliza.

Este jueves 26 de abril al mediodía, en el aula Z-102, se proyectarán los cuatro cortometrajes realizados en la cuarta edición del Taller de Formación Audiovisual en el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima (Maranguita) en el marco del proyecto de Formación Audiovisual, impulsado por la Especialidad de Comunicación Audiovisual, la DARS y el Ministerio de Cultura. Luego de la proyección, habrá un conversatorio con el equipo de trabajo. El ingreso es libre.

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