Las medidas tomadas por el Gobierno para frenar los contagios de la COVID-19 han ocasionado que gran parte de los bienes y servicios no estén circulando. En paralelo, la economía a nivel global está sufriendo una fuerte e inédita depresión. Ambas situaciones originarán consecuencias sobre la economía nacional.

El Banco Mundial proyectó, en su reporte The economy in the time of COVID-19, que este año sufriremos un decrecimiento de -4.7% en nuestro PBI. “Podemos inferir que tendremos la caída más grande de nuestra historia. Hay que pensar en dos dígitos”, señaló el Dr. Waldo Mendoza en el webinar online «Los costos de la lucha contra COVID-19». A nivel de América Latina y el Caribe, el Banco Mundial pronosticó una caída de -4.6%, mientras que el Fondo Monetario Internacional señaló que la contracción sería de -5.2%.

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Fondos permitidos

Desde que se decretara el aislamiento social obligatorio, el Gobierno ha dado una serie de medidas económicas para que la población pueda afrontar esta crisis. Una de ellas es autorizar el retiro de S/ 2,000 de los fondos de la AFP a quienes no hayan aportado en los últimos seis meses, así como a los trabajadores activos cuyos sueldos mensuales sean menores a S/2,400. Por su parte, el Congreso aprobó un proyecto que permite retirar hasta el 25% del Fondo Privado de Pensiones, con un máximo de S/12,900.

[El proyecto aprobado en el Congreso] carece de una evaluación económica seria y de disposiciones adicionales que puedan atenuar efectos perversos de la medida que reduzcan el valor real de los fondos de los aportantes”.

“Es poner en una balanza las condiciones de vida en el presente versus las del futuro. Si no puedo trabajar, tengo que echar mano de mis ahorros”, señala el Dr. José Rodríguez, jefe del Departamento Académico de Economía. La Mag. Janneth Leyva, docente del D.A. de Economía, manifiesta los problemas que encuentra en el proyecto aprobado en el Congreso. “Carece de una evaluación económica seria y de disposiciones adicionales que puedan atenuar efectos perversos de la medida que conlleven a un incremento de la incertidumbre o reduzcan el valor real de los fondos de los aportantes”, menciona. Y añade que da pie a la implementación de nuevas medidas populistas. Ambos docentes señalan que es necesaria una reforma de las AFP. “Es imprescindible, pero hay que dejarla para después”, enfatiza Rodríguez.

¿Ayuda suficiente?

De acuerdo con la ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva, las disposiciones de acceso a los fondos de las AFP beneficiarán a 2.4 millones de trabajadores. El jefe del D.A. de Economía hace hincapié en toda la fuerza laboral informal e independiente que no trabaja para una empresa y que sus ingresos dependen de la posibilidad de brindar un servicio. “Estas medidas van a atender a un grupo pero no precisamente al más golpeado por la actual situación”, explica.

Considerando que el hogar promedio en el Perú tiene 4 miembros, el presupuesto es de S/ 6.33 por persona al día, […] el bono no es suficiente pero es, definitivamente, una ayuda».

Para aquellos hogares que se encuentran en situación de pobreza y extrema pobreza, el Gobierno brindó, a fines de marzo, un bono de S/ 380. Posteriormente, se dispuso darles un segundo bono por la misma cantidad. “Considerando que el hogar promedio en el Perú tiene 4 miembros, el presupuesto es de S/ 6.33 por persona al día. Si acotamos también que las familias vulnerables tienen -durante este período- esa única fuente de ingresos, el bono no es suficiente pero es, definitivamente, una ayuda”, señala Leyva.

Para nuestros profesores, el Gobierno debe evaluar la posibilidad de incrementar este subsidio temporal. “Especulo que parte de la gente que insiste en salir de sus casas son aquellos que necesitan generar un ingreso. ¿Lo hacen a pesar de haber recibido el bono o no se lo han dado porque, de repente, ni siquiera están en el mapa?”, se pregunta Rodríguez.

(Un aspecto positivo es que) no se ha destruido la infraestructura, como sucede por ejemplo en un terremoto”.

Futuro económico

En su mensaje del 14 de abril, el presidente Martín Vizcarra señaló que gran parte de las empresas comenzará a funcionar a partir de junio. “Es razonable suponer que la restauración de las actividades económicas tendrá que hacerse muy gradualmente, empezando por aquellos sectores que requieren menor cercanía física de trabajadores y consumidores, lo que a su vez retrasará la reactivación económica”, señala Leyva.

Es alentador el pronóstico del Banco Mundial, que señala que el PBI del Perú crecería en 6.6% el 2021 y 3.5% el 2022, lo que nos posiciona como uno de los países de América Latina y el Caribe con mejores proyecciones.

Una de las medidas macroeconómicas que ha tomado el Gobierno es destinar recursos equivalentes a 12 puntos del Producto Bruto Interno. Este plan, el más grande de América Latina hasta el momento, se destinará, en una segunda etapa, a la reactivación económica. “La magnitud del choque amerita no escatimar esfuerzos. Sin embargo, considero que se debe dar más prioridad a la extensión de los programas de protección social para la población vulnerable”, menciona Leyva, quien resalta que el número de personas en situación de pobreza y extrema pobreza es ahora mayor que el que existió antes del aislamiento social obligatorio, y se ampliará con la reciente habilitación de la suspensión perfecta de labores.

El profesor Rodríguez señala un aspecto positivo: “No se ha destruido la infraestructura, como sucede por ejemplo en un terremoto”. También, es alentador el pronóstico del Banco Mundial, que señala que el PBI del Perú crecería en 6.6% el 2021 y 3.5% el 2022, lo que nos posiciona como uno de los países de América Latina y el Caribe con mejores proyecciones. “La gestión macroeconómica prudente del Perú le da al país un amplio margen fiscal (…) para mitigar el impacto del shock”, señala este reporte.

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