Desde los escombros: La presencia de la PUCP en las tareas de reconstrucción del sur

Escombros del terremoto en Ica del 2007.

Desde los escombros: La presencia de la PUCP en las tareas de reconstrucción del sur

La Universidad Católica colabora por diversos medios con nuestros compatriotas afectados por el terremoto del 15 de agosto. Este apoyo es organizado por la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS) y ayuda efectivamente a los pobladores de Chincha y Pisco. PuntoEdu viajó al lugar de los hechos, acompañando a los miembros de la DARS, en una emotiva experiencia que demostró la importancia de la solidaridad y el trabajo conjunto.

Texto: María Gracia Ríos
Fotos: Giovanna Fernández
27.08.2007

Más de ocho toneladas de víveres y diversos artículos de primera necesidad recolectados, organizados y trasladados por la Pontificia Universidad Católica del Perú para nuestros compatriotas del sur, afectados por el terremoto del 15 de agosto, llegaron a su destino durante la semana pasada. Muchas son las personas que hicieron posible esta ayuda. A través de la REA, la FEPUC y los Centros Federados, en estrecha coordinación con la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS), los alumnos de nuestra Universidad colaboraron en la recolección de donaciones de las distintas facultades. Lo propio hicieron otros tantos en el Instituto de Idiomas (INIPUC) y CENTRUM.

Por su parte, otro numeroso grupo de estudiantes voluntarios participó en la selección y embalaje de los donativos desde nuestro campus. Mediante los depósitos en efectivo, realizados en la cuenta abierta en el Banco Continental para recibir donativos del extranjero, así como con los aportes del personal docente y administrativo de la Católica a través del descuento voluntario por planilla, se superaron los S/. 90.000, monto utilizado para la compra de víveres necesarios para los damnificados y que será también utilizado en la posterior etapa de reconstrucción de las ciudades afectadas.

Asimismo, ingenieros, arquitectos y psicólogos de nuestra Universidad han viajado a la zona del desastre para aplicar sus conocimientos en beneficio de las personas que más lo necesitan. El viernes 24 de agosto partió el tercer convoy de la DARS –antes se habían hecho dos envíos: el sábado 17 y el martes 21– y PuntoEdu lo acompañó rumbo a Chincha y Pisco.

Invierno en Chincha

Desde la entrada a Chincha uno puede notar las gravísimas consecuencias del terremoto. En el camino, se puede observar un gran número de viviendas devastadas, pero aún más chocante resulta la cantidad de gente que pide ayuda. En los centros poblados cuelgan letreros que son como señales de SOS lanzadas al visitante en busca de auxilio. En la entrada a El Carmen la situación es la misma. Muchas familias duermen en carpas y la parroquia del lugar, Nuestra Señora del Carmen, ya no es la misma de antes. Es a este mismo lugar adonde llegaron las donaciones de la Universidad.

Nuestro contacto, el padre Lorenzo Bergantín, párroco de la iglesia, se ha encargado de organizar y canalizar todas las donaciones que llegan a su parroquia, entre ellas, las de la Católica. La organización del reparto de los donativos, que sin duda es una tarea difícil, le toma mucho tiempo y dedicación a los miembros de la iglesia.

El padre Lorenzo realiza visitas diarias a las comunidades que se encuentran dentro de un radio de 11 kilómetros alrededor de El Carmen. En esos recorridos, puede ver con sus propios ojos cuál es el tipo de ayuda que más necesitan sus pobladores y proporciona alimentos para la olla común de cada una de estas comunidades.

Pisco solo hay uno

Al llegar a Pisco, uno sólo puede pensar una cosa: Pisco fue la gran víctima del terremoto. El nivel de destrucción es, a medida que uno ingresa a la ciudad, cada vez más abrumador. Las imágenes son impactantes: por la carretera, la gente suplica ayuda, sosteniendo bolsas vacías. Los pobladores utilizan mascarillas porque la cantidad de polvo que levantan los escombros hace difícil la respiración. Un gran número de pisqueños duerme en carpas o fuera de sus casas por temor a las réplicas.

Sin embargo, muchos de ellos trabajan con gran esfuerzo para levantar su ciudad. Los donativos de nuestra Universidad llegaron al hogar de Juan Solórzano, encargado de la Renovación Carismática Católica, quien, junto a la hermana Angélica y un grupo de colaboradores, repartirá las donaciones entre los que más las necesitan. Queda mucho por hacer. Hoy Pisco y Chincha –como otros poblados– se encuentran en etapa de recuperación. El sur no puede quedarse en el olvido.

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