Campo sonoro versus campus sonoro en la PUCP: ¡el ruido te baja puntos!
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Carlos Jiménez D.
Profesor asociado del Departamento de Arquitectura y miembro del Laboratorio de Acústica
Estamos habituados a desplazarnos por el campus PUCP y, por la premura del tiempo, el estrés laboral o una conversación amena, no interiorizamos la presencia de un inseparable acompañante: el ruido que invade nuestro campo sonoro.
El proceso de enseñanza-aprendizaje no solo involucra la presencia del profesor, del estudiante y el contenido de la materia impartida, sino que además hay variables espacio-ambientales que determinan el entorno favorable para que dicho proceso sea exitoso y se desarrollen las dinámicas relacionales de manera apropiada. Durante la labor pedagógica se busca disponer de espacios cómodos, amplios, bien iluminados, con mobiliario ergonómico para que el estudiante capte y asimile los conceptos y ejercicios planteados. La presencia del ruido interfiere en el dictado de clases, pues reduce la concentración de alumnos y profesores, así como el rendimiento de los profesores, estudiantes y trabajadores administrativos en sus labores habituales. Por lo tanto, no se está garantizando la transmisión eficiente oral de conocimientos en las aulas.
El ruido interfiere en el dictado de clases, pues reduce la concentración de alumnos y profesores, así como el rendimiento de los profesores, estudiantes y trabajadores administrativos en sus labores habituales".
Muchas de las últimas edificaciones dentro de nuestro campus han contemplado y habilitado, con buenos resultados, condiciones acústicas básicas desde el diseño, pero en la práctica experimentamos que no son suficientes. Existen medidas muy sencillas que se han comprobado que dan muy buenos resultados y que pueden ayudar a atenuar la contaminación acústica de nuestro ‘campus sonoro’.
Una primera medida de intervención contra el ruido comienza por nosotros mismos: tomando conciencia de que muchas veces nuestro quehacer diario en el campus genera un nivel sonoro que contamina nuestro entorno y, consecuentemente, genera efectos negativos del ruido para docentes, estudiantes y trabajadores.
Una primera medida de intervención contra el ruido comienza por nosotros mismos".
De las múltiples actividades habituales que se desarrollan en el campus algunas son frecuentes fuentes contaminantes sonoras: actividades deportivas, ferias, desfiles y conciertos durante los Jueves Culturales. Aun cuando no hay actividades académicas durante estas horas, muchos miembros de la comunidad lo aprovechan para avanzar trabajos, revisar evaluaciones, atender reuniones no académicas y otras actividades.
Asimismo, experimentamos cómo muchas veces nuestras herramientas de trabajo en talleres y laboratorios, los equipos de refrigeración de oficinas, auditorios y talleres contaminan con ruido aéreo los ambientes colindantes y/o edificaciones vecinas.
La mejor solución pasa por la acción que debe asumir cada alumno, cada docente, cada trabajador de la PUCP".
Existe la posibilidad de mejorar las condiciones del medio ambiente acústico de nuestro campus, reconociendo que muchas de nuestras actividades son las que generan la contaminación sonora.
La mejor solución no pasa únicamente por aplicar la normatividad vigente (nacional e internacional) o por la supervisión y control fiscalizador de autoridades sino principalmente por la acción que debe asumir cada alumno, cada docente, cada trabajador de la PUCP, empezando por sensibilizarse respecto a su propio campo sonoro, de protegerlo, de no vulnerarlo y de evitar que lo transgredan. No nos acostumbremos a un entorno ruidoso, no lo consideremos como un momento pasajero de ruido. Solo reduciendo el nivel de sonidos de nuestras actividades contribuiremos grandemente a proteger nuestro campus sonoro.
*En este artículo colaboraron el Dr. Jorge Moreno, el Dr. Celso Llimpe y el Mag. Richard Rivera, miembros del Laboratorio de Acústica de la Sección Física; y el Mag. Angelo Velarde, profesor del Departamento de Ingeniería.
Actividades en el campus
Recuerda que todas las actividades que puedan generar ruidos en el campus deben ser avaladas por una unidad académica o administrativa (como departamentos académicos y facultades) para asegurar que su desarrollo no afecte a otras actividades, tanto dentro como fuera del campus. En casos excepcionales, las actividades estudiantiles también pueden ser coordinadas con la Oficina de Iniciativas Estudiantiles de la DAES (oie@pucp.pe).
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