"Me sorprendió ver la cantidad de mujeres en política en Lima"
La antropóloga suiza Christine Verschuur ofreció la conferencia Género y Derechos Humanos en Latinoamérica, organizada por la Maestría en Derechos Humanos el último martes, y también dictó clases para un programa de género desarrollado en colaboración con la ONG Desco. Ella integra el Instituto de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo, en Ginebra, que tiene un convenio con nuestra Universidad.
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Christine Verschuur
¿Cuál es el estado actual de los estudios de género?
Lo vemos como una línea de trabajo transversal. Es importante que en todas las disciplinas que trabajamos entre este enfoque de género. Entendemos por género las relaciones de poder entre hombres y mujeres. En Europa, en los institutos de estudios de desarrollo y relaciones internacionales se está dando más acento sobre esta dimensión. En América Latina, a veces han sido precursores en este tema. El género no es una disciplina, sino que todas las disciplinas deben incluir un enfoque de género.
¿Qué tanto ha avanzado la mujer en lograr espacios de poder?
Poquito. Según un estudio en 54 países, las mujeres solo representan el 20% de los consejeros municipales (regidores). En América Latina, es menos de 4%, y en África, 5%. Y de los 99 mil alcaldes en esos 54 países, solo 9% eran mujeres. Otro dato interesante: de las 100 mayores ciudades del mundo, solo doce tenían una mujer alcaldesa. También es sorprendente que en los movimientos urbanos populares la mayoría de participantes sean mujeres, pero no acceden al poder formal.
¿A qué se debe?
Las desigualdades de poder entre hombres y mujeres son interiorizadas desde la más pequeña infancia y aparecen en los estereotipos. Muchos no imaginan una mujer en las más altas esferas de poder. También hay muchas barreras en niveles como la educación o lo económico. Además, aún deben realizar la mayoría de tareas domésticas, lo que deja menos tiempo para otras actividades. Pero lo hacen a costa de tiempo personal y mucho esfuerzo.
Ya ha habido presidentas en América Latina, y en el Perú todo indica que tendremos por primera vez una alcaldesa de Lima elegida democráticamente.
No conozco la situación del Perú, pero me preguntaba cuáles son las propuestas de las dos candidatas en relación a esa equidad de género o la participación de las mujeres en los movimientos de barrio. Por ejemplo, en el tema del transporte, hombres y mujeres no tienen las mismas necesidades. Hay estudios que muestran que muchas veces los horarios o la disposición física de los vehículos corresponden a necesidades de los hombres, no de las mujeres. Hay múltiples propuestas que uno podría esperar de una persona sensible a diferentes necesidades por género. Hombres y mujeres no viven la ciudad de la misma manera.
En la campaña electoral, se esgrimen temas personales. En este caso, las candidatas tienen perfiles diferentes: Lourdes Flores no se ha casado ni tiene hijos; Susana Villarán es abuela y está separada. Se ha dicho que no tener experiencias como la maternidad o el matrimonio, le resta a Flores. ¿Qué opina?
Hay casos muy distintos. Bachelet tenía una imagen contraria a la clásica buena madre chilena: era separada, no católica, tuvo tres maridos y tres hijos. Y fue elegida. Puede haber identificación en la elección, pero también se podría decir: «Se prefiere una mujer que se parezca a un hombre», lo que estaría más cerca a una soltera sin hijos. No sé si es un argumento para pensar en quién tiene más ventaja, pero sí son importantes los símbolos. En Argentina, Cristina de Kirchner refiere al de Evita Perón, buscando parecerse. Podría decir lo mismo sobre Evita y su imagen contradictoria: mujer libre y a la vez ícono de persona entregada, que piensa en los otros, lo que se asocia con la mujer. Cuanto más capacidad de sacrificio por el otro, más buena mujer y tal vez mejor candidata.
A veces, se dice que se masculinizan. Muchos piensan que son menos corruptas o que ven más por el bienestar de los otros. Pero depende de las mujeres. Hay muy autoritarias, como Margaret Thatcher, que no se interesaba por la justicia social. Una mujer no es naturalmente menos corrupta, más dialogante o más suave. Son estereotipos.
Hay un cambio. Hace 50 años se hubiera dado más difícilmente. Esto muestra que la mujer puede estar en el poder y no es problema. Es también el resultado de luchas feministas. Me sorprendí al ver en Lima la cantidad de mujeres en los paneles de campañas políticas.
Bachelet ha sido nombrada responsable de la nueva ONU Mujer. ¿Qué piensa?
Sonaba mucho para ese puesto. Esa nueva entidad es una reunión de todos los organismos que se ocupaban de cuestiones de mujeres en la ONU. La elección me parece excelente porque es una persona muy admirable, se desmarca de la imagen tradicional de la mujer y ha hecho su camino ella misma. No es hija de presidente ni esposa de presidente. La admiro mucho.
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