La Presidencia del Consejo de Ministros y los gobiernos regionales y locales planifican cada año cómo responder a las heladas y el friaje. Sin embargo, todos los años hay problemas para brindar protección a las personas expuestas a las bajas temperaturas. ¿Es el problema la planificación, la ejecución o ambas?

El problema es que se siguen realizando acciones de mitigación sin tener en cuenta actividades previas de prevención, que tanto la comunidad como el gobierno deben desarrollar antes de presentarse el fenómeno climático. Considero que este es un problema de planificación y de política pública. Año tras año se entrega abrigo a las familias o se rescata a los animales, lo que origina un gasto público por tener una política reactiva. Lo que se debe hacer es invertir en reducir los riesgos que generan las pérdidas.

¿Qué se necesita implementar para que las personas y animales puedan sobrellevar el friaje?

Lo que se necesita actualmente frente a esta emergencia recurrente es que no solo se tomen las medidas para la respuesta y se mitiguen los efectos, sino que se trabaje en un Plan Nacional de prevención para reducir los impactos de las heladas en las regiones altoandinas y que, al mismo tiempo, se incluya en los planes locales de desarrollo y en las políticas sociales del sector público, es decir, un plan anual con indicadores efectivos de reducción de los riesgos. El país gasta un presupuesto en mitigar, pero no invierte en prevenir.

¿Cómo se puede invertir en prevención?

Una política de prevención, desde un punto de vista prospectivo, debe contemplar la creación de viviendas protegidas que tengan la capacidad de poder abrigar a los miembros, de igual forma se necesita trabajar con la comunidad albergues comunales para los animales, realizar actividades de triaje y campañas preventivas frente a los casos de neumonía en niños menores de 5 años, contar con un registro local del número de familias que se encuentran en las zonas de friaje, y exigir a los municipios e instancias locales el monitoreo y control de las condiciones de la comunidad.

¿Qué elementos necesita el ser humano para sobrevivir a temperaturas muy bajas?

Experiencias en otras partes del mundo nos demuestran que se puede subsistir en condiciones de frio si contamos no solo con los servicios adecuados, sino también con condiciones de infraestructura que nos permitan seguir cultivando en viveros o manteniendo a los animales en centros de protección comunales; claro está esto representaría un gran inversión. Nuestra realidad es que no se cuenta con viviendas rurales preparadas para proteger del frío y ni las condiciones para evitar la contaminación que generan, por ejemplo, el uso de leña para cocinar, uno de los primeros factores que incrementan las IRAS (Infecciones Respiratorias Agudas) en los niños.

¿Cuál es el efecto de la exposición al friaje y heladas en la salud?

Vivir expuesto a bajas temperaturas es parte de la realidad de la cultura y modo de vida de una población. Lamentablemente por el cambio climático, estas bajas temperaturas se han incrementado y han puesto en riesgo, principalmente, la vida de niños y de los animales que son el medio de subsistencia para las comunidades, de esta forma, han generado pérdidas materiales que afectan directamente a la economía de las poblaciones más vulnerables El primer problema es la presencia de la infecciones respiratorias agudas en los niños menores de 5 años. Esto, asociado a una inminente desnutrición, incrementa la morbilidad y mortalidad en este grupo etario. El problema no se resuelve solo con el abrigo, son varios factores vinculados: la alimentación, la falta de agua y saneamiento, la malnutrición, las condiciones ambientales dentro de las viviendas que incrementan el riesgo en la salud de los niños. Además, la muerte de los auquénidos y ganado caprino genera que los ingresos familiares se reduzcan y se vuelva, nuevamente, a los niveles de subsistencia y pobreza. Lo peor de todo es que esto representa, para una familia altoandina que pierde sus animales y cosecha, meses de inversión y endeudamiento.

¿Qué acciones específicas podrían implementarse a nivel gubernamental para prevenir los daños ocasionados por el friaje?

Es necesario generar una política adecuada para enfrentar esta emergencia con actividades preventivas, no paliativas, meses antes de la emergencia. Se debe trabajar de manera concertada con la participación de todos los ministerios e instituciones locales municipales que desarrollen el plan de prevención antes mencionado. Este plan no solo debe contar con un presupuesto asignado, sino que debe integrar los esfuerzos de los actuales programas sociales que implementan actualmente los ministerios. El programa de Tambos, por ejemplo, es una buena alternativa en el almacenamiento de alimentos para la población, de la misma forma sería importante vincular el Programa de Vivienda Rural en esta misma línea. El Ministerio de Salud debe prevenir los posibles casos de neumonía, de la misma forma el sistema educativo debe considerar que la deserción escolar se incrementa en estos meses y que muchos de los niños permanecen la mayor cantidad de tiempo en sus casas. El caso del friaje en el Perú muestra fehacientemente la falta de una política social integral que vele por la salud y la calidad de vida de las personas más vulnerables. Es un reto, se han iniciado esfuerzos, pero aún falta.

El Perfil

Nombre: Carolina Cossio