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“Acreditarse es tomar la posición valiente y honesta de decir acá estoy, exponer mis cosas, tener que explicarme”

José Rafael Toro conoce a fondo nuestra Universidad. El año pasado nos visitó como parte del comité de pares evaluadores que, en el marco del proceso de reacreditación institucional, se reunió con diferentes actores -estudiantes, profesores, autoridades, directivos y egresados; así como representantes de empresas y organizaciones-. Esta vez, regresó para participar en la ceremonia en que la agencia IAC-CINDA nos otorgó el certificado de reacreditación institucional para el período del 2018 al 2023.

  • José Rafael Toro
    Exvicerrector académico de la Universidad de los Andes (Colombia)
  • Texto:
    Oficina de Información Académica - Dirección de Asuntos Académicos
  • Fotografía:
    Héctor Jara

¿Qué entiende usted por calidad universitaria?

Durante una época, se pensaba la calidad mucho en términos de los recursos de las instituciones. Una muy buena universidad era aquella con muy buenos profesores y muy buenas instalaciones. Ahora, se está volviendo más importante la consistencia entre lo que se propone y lo que se logra, y si lo que logra es adecuado para su contexto, es decir, si es pertinente. Creo que ha habido un giro hacia un concepto de consistencia: ya no de excelencia en los insumos e inputs, sino de los resultados.

¿Cuáles son las principales recomendaciones que se le dio a  la PUCP tras este proceso de reacreditación?

Hay varios objetivos en los cuales la PUCP fue enfática: convertirse en una universidad de investigación y adecuar todos los programas a las metodologías de competencias. La principal recomendación fue que se debía sistematizar cómo llegar a estos objetivos, pues son económicamente complejos y requieren tiempo. No era que algo se estuviera haciendo mal, sino que había que aclarar y sistematizar cómo se iba a llegar a lo que se proponía. Lo de convertirse en una universidad de investigación es algo que incluso escapa a una definición simple. ¿Qué significa ser una universidad de investigación? La definición de una universidad de investigación en el primer mundo está lejos de cualquier consideración presupuestal nuestra. Todas las universidades quieren figurar en los rankings, los cuales están muy relacionados con la investigación. Algunos miden investigación casi de manera exclusiva y Latinoamérica a duras penas figura.

Sobre la evaluación de procesos académicos, usted pone mucho énfasis en los stakeholders, en la relación con el contexto. ¿Cómo ve la relación de la PUCP con el entorno afuera del campus?

Con el mercado laboral es clarísimo que la PUCP tiene un rol privilegiado. Durante las visitas, nosotros tuvimos la oportunidad de reunirnos con muchos exalumnos y su rol en el mercado laboral es dominante. En la relación internacional le sucede lo que a todas las universidades latinoamericanas: nos falta mejorar. Pero no es un problema de la PUCP, es un problema general. Nosotros éramos unos países muy cerrados y nuestras universidades, al igual que nuestros países, solo se miraban a sí mismas. Esto ha ido cambiando porque ahora los estudiantes salen, los profesores van y vuelven, hay migraciones. Los rankings nos comparan; aunque no nos gusten, los rankings están ahí y nos exponen. Nos vemos obligados a explicarnos por qué estamos o no en ellos y a ver qué nos pasa.

¿Cuál cree que es el plus de una institución por estar acreditada?

Que se ha sometido a exponerse ante un tercero, entre otras, sin saber qué va a pasar. Cuando una universidad inicia el proceso de acreditación no tiene la certeza de lograrlo, no sabe qué reparos le pueden hacer ni por cuántos años le van a dar la acreditación. Acreditarse es tomar la posición valiente y honesta de decir acá estoy, exponer mis cosas, tener que explicarme.

En sus estudios sobre gestión interna habla de saturación de recursos, de cómo se llega a un punto de rendimiento decreciente al inyectarle recursos a una universidad. ¿Cómo ve a Latinoamérica en ese proceso?

Todavía estamos en la parte inclinada de la curva de aprendizaje. En temas de recursos estamos muy lejos. También en formación de profesores, en ratio de estudiantes por profesor, en su dedicación –dependemos mucho de profesores a tiempo parcial–. Todavía tenemos muchas deficiencias en servicios académicos, laboratorios y espacios. Pero, aun así, se está esperando creatividad de nosotros por ver qué hacemos con nuestros recursos. ¿Cómo mejoramos la docencia y qué ha cambiado en ella? ¿De qué nos ha servido tener a profesores muy bien preparados? Los desafíos están todos ahí y nos falta mucha creatividad. Los profesores somos muy cercanos al status quo y creo que nos falta muchísimo.

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