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"La victimización sexual suele iniciarse a temprana edad"

La nueva investigación del profesor Jaris Mujica, quien actualmente realiza estudios de criminología en la Universitat Pompeu Fabra, apunta a visibilizar el panorama de violencia sexual que afecta a más mujeres peruanas de las que podríamos imaginar.

  • Jaris Mujica
    Antropólogo y docente del Departamento de Ciencias Sociales
  • Texto:
    Katherine Subirana

Victimización sexual múltiple y patrones de victimización en casos de violación a adolescentes en el Perú es el título de la nueva investigación de Jaris Mujica, docente del Departamento de Ciencias Sociales de nuestra Universidad. Dada la coyuntura, y a pocos día de la marcha #NiUnaMenos, que busca visibilizar y frenar la violencia contra la mujer, este informe adquiere singular importancia. Puedes revisar el texto del profesor Mujica en este enlace.

¿Qué es lo que muestra tu nueva investigación?

Este es un estudio que empezó hace varios años y que, desde el 2015, ha arrojado los primeros resultados. En este caso he estudiado una muestra de 128 mujeres que fueron víctimas de violación entre los 16 y 17 años. El objetivo era analizar la trayectoria de victimización para mostrar: 1) hay una secuencia de múltiples hechos de victimización sexual en su historia de vida (victimización sexual múltiple y polivictimización); 2) hay además un patrón de violencia sexual asociado a un agresor del entorno de la víctima (familiar, residencial, escolar, etc.). Esto sugiere, al menos, un elemento relevante: los primeros hechos de victimización pueden ser predictores de los hechos posteriores. Por lo tanto, la detección de hechos de violencia sexual a temprana edad puede ser determinante para evitar una trayectoria in crescendo.

¿Cuál es la tendencia que encontraste en tu estudio en cuanto al tipo de violencia de víctima y agresor?

En este tema el resultado ratifica resultados que ya han aparecido en investigaciones en varias partes del mundo: 1) los agresores son varones jóvenes o adultos del entorno de la víctima (entorno familiar, entorno residencial o de tránsito, etc.); 2) en un porcentaje alto de casos, hay asimetría física entre agresor y víctima, lo que no es un dato menor, los agresores (de la muestra) miden entre 20cm y 30cm más que la víctima y pesan entre 15kg y 30kg más; 3) la violencia física (contusiones, cortes, palancas inmovilizadoras, etc.) no está presente en la mayoría de los casos y no es el elemento central para someter a la víctima: el mecanismo central es el uso de amenazas y coacción psicológica.

¿A que te refieres cuando hablas de un patrón de victimización y cómo está definido?

La investigación que desarrollamos muestra un patrón de victimización en dos sentidos. Por un lado, los datos muestran victimización sexual múltiple, es decir, que una víctima tiende a haber experimentado diferentes hechos de victimización sexual en su vida (tocamientos indebidos, acoso, insinuaciones sexuales, intentos de violación, violaciones). Por otro lado, que los hechos de victimización sexual inician a temprana edad (al final de la infancia o al inicio de la adolescencia), y aumentan en intensidad hasta los 16 y 17 años. Esto marca un patrón de secuencia que inicia con “tocamientos” o “insinuaciones sexuales” que el agresor utiliza como un canal de exploración para intensificar la violencia posterior (“intentos de violación”, “violaciones”, por ejemplo).

¿Cuál es la relación que hay entre la edad de la víctima y la victimización?

Este también es un tema relevante. La victimización sexual suele iniciarse a temprana edad. Durante mucho tiempo se pensaba que la etapa de victimización más frecuente era la adolescencia tardía y la etapa adulta; pero las investigaciones en criminología y victimología del desarrollo han mostrado que es la infancia y la adolescencia temprana el periodo más vulnerable, y en donde aparecen los primeros hechos de victimización que, muchas veces, son el precedente (y predictor) de victimización sexual posterior.

¿Qué condiciona que el Perú sea un país con altas tasas de violación y con problemas de registro de casos?

Creo que es necesario mirar más allá de nuestro país. Si bien en el Perú hay tasas muy altas de denuncia por violación y otros delitos sexuales (además de violencia doméstica), la victimización sexual es un problema en muchos países (incluidos los países “desarrollados”, y con índices de desarrollo humano altos y muy altos). El tema central es que no se puede entender y explicar el fenómeno pensando solo en variables del contexto local. En este sentido, la investigación contemporánea muestra varios elementos que hay que estudiar en terreno. Uno de los elementos que estamos trabajando ahora mismo es la presencia-ausencia de un cuidador o cuidadora en el entorno doméstico y la presencia de agresores potenciales, que se relaciona con vacíos de cuidado en el espacio doméstico. Es coherente pensar (aunque aún estamos en una fase exploratoria) que un elemento determinante para inhibir la intensificación de la violencia sexual es la presencia de cuidadores o cuidadoras con capacidad de agencia en la vida doméstica. Si bien no evitan la existencia de agresores motivados, parecen ser determinantes para detectar y sancionar los primeros hechos de violencia sexual en la trayectoria de vida e inhibir su desarrollo.

¿Cuánto ha contribuido la investigación social a problematizar el tema y buscarle una solución? ¿Qué vacíos hay?

Si bien hay mucho por hacer, también se ha avanzado bastante. La criminología ha ayudado a entender varios elementos que son importantes. Por un lado, sabemos que un predictor de la victimización es la victimización previa, lo que sugiere estar atentos a hechos “menos graves” y a la victimización a temprana edad, pues estos suelen ser indicadores de un aumento en la intensidad de la violencia sexual. Por otro lado, sabemos que la infancia y la adolescencia son el periodo clave  para la victimización sexual, ello obliga a focalizar la prevención en esa etapa. Sabemos también que los agresores vienen, en gran parte de los casos, del entorno de la víctima y que son agresores-exploradores. Esto significa que es posible detener la exploración en un periodo temprano y evitar las agresiones mayores. Asimismo, sabemos que hay polivictimización (las víctimas experimentan muchas clases de violencia). En algunos meses me toca regresar al Perú, después de casi tres años fuera del país, para realizar un nuevo trabajo de campo que permita corroborar esto. Si los datos permitieran afirmaciones concluyentes, estaríamos cerca de un modelo preventivo que habría que testar y experimentar. Por supuesto, también es importante pensar en la sanción penal por este tipo de hechos y en la rehabilitación de los agresores; sin embargo, he preferido dedicar mi investigación a aportar para prevenir y evitar que esto suceda.

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