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"Si agregamos la dimensión económica, potenciamos la cultura"

El antropólogo Juan Ossio, profesor principal del Departamento de Ciencias Sociales de la Católica, es el primer ministro de Cultura del país. Luego de prestar su juramento el sábado 4 de septiembre en Palacio de Gobierno, empezó a organizar su sector. En los once meses que le quedan al Gobierno, deberá fundar las bases sólidas del nuevo ministerio, sobre el cual se posan muchas expectativas. El último miércoles, participó por primera vez en la reunión del Consejo de Ministros. Luego, conversó con PuntoEdu en su oficina, ubicada en el piso ocho del Museo de la Nación.

  • Juan Ossio Acuña

¿Qué definición de cultura asume el nuevo ministerio?

Hay una coincidencia enorme entre quienes elaboraron el proyecto del Ministerio de Cultura y lo que yo desarrollé años atrás. Por el 86, en el prólogo del libro Balance del patrimonio cultural, definí la cultura como creación y comunicación. Como creación, la consideré la mejor expresión de la libertad de los hombres. La relaciono con el patrimonio cultural: las artes y la protección de los restos materiales e inmateriales. Como comunicación, dije que era el medio más eficaz para integrarnos. Propiamente, la interculturalidad: tender puentes entre las múltiples culturas que conviven en el país.

Dos dimensiones que se condicen con su organigrama.

Al ministerio se incorporan áreas que estuvieron separadas, como la Biblioteca Nacional, el Archivo General de la Nación, Canal 7 y Radio Nacional, la Academia de la Lengua Quechua y los dos pilares: el INC (Instituto Nacional de Cultura) y el Indepa (Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos). Serán dos viceministerios: de Interculturalidad y de Patrimonio e Industrias Culturales.

Eligió a Bernardo Roca Rey en el de Patrimonio. ¿Y en el de Interculturalidad?

Ese sector es complicado porque tiene más connotaciones de corte político: tenemos que ver con los pueblos originarios. Soy un firme convencido de que se puede conciliar la tradición con la modernidad. Necesito una persona que maneje equilibradamente estas variables: la tradición, que es la defensa de los grupos, y la modernidad, que es no dejarlos en el aislamiento, sino procurar su preocupación en las tendencias del mundo globalizado. El aislamiento es lo peor que les puede ocurrir porque los convierte en víctimas de quienes tienen mejor conocimiento de las reglas de juego, como los taladores ilegales o los mineros informales que ingresan para expoliar el lugar.

¿Cómo será el acercamiento del Estado: tutelaje o diálogo de iguales?

Es fundamental la titulación de la tierra, pero hay problemas. Hubo una titulación de comunidades nativas en el gobierno de Velasco, pero necesita ser ordenada. Nunca se acabó. Se reconocieron cerca de 1,800 comunidades en la Selva, pero en muchas no hay titulación formal. Otra dimensión es la legitimidad de las organizaciones indígenas: que verdaderamente sean representativas. Hay muchos conflictos. Es necesario que elijan interlocutores válidos. Hay que ayudarlos a darles mayor solidez.

¿Qué hacer cuando en este esfuerzo haya choques de cosmovisiones?

Algo nos favorece en este momento: un gran deseo de las poblaciones originarias y, en general, de la peruana, de que se creara este ministerio. Hay voces disonantes, pero en el conjunto veo un gran deseo de que esto salga adelante. Es la primera vez en el Perú que las poblaciones originarias tendrán un viceministro que comunique al ministro, y este al Consejo de Ministros, la problemática de estos pueblos. Por primera vez también, en el plano del patrimonio cultural, hay un viceministro que comunicará al ministro los requerimientos para el buen mantenimiento de nuestro patrimonio cultural.

Mucho tiempo estuvo el Indepa, pero en el caso de Bagua faltó su trabajo.

Siempre bastante relegado. No tenía posibilidades de acceder a instancias mayores de las autoridades. Tengo que comunicarme con los representantes del Indepa para que me digan el rol que tuvieron. Pero nunca sonó muy fuerte su voz en ese problema.

Se acusó a la cabeza del Indepa, un aprista, de distraerse en temas partidarios. ¿Es fundamental elegir a un técnico y no un miembro del partido de Gobierno?

Puede ser un técnico del partido de Gobierno; no tengo inconveniente si es competente. Necesito personas competentes. El tiempo es corto. No puedo tener personas vacilantes o que pateen para otros propósitos que no sea sacar adelante este ministerio. ¿Por qué crees que me estoy demorando? No tengo al viceministro.

Lo más importante es dar solidez al ministerio para que se perpetúe. Puede tenerlo en tanto todos los sectores se pongan de acuerdo sobre la importancia de la cultura. Hay algo relevante, que pone la cultura en el ámbito del mercado. Quiero establecer qué significa para la renta del país la cultura: hacer un mapeo de las industrias culturales y saber qué representa para el erario nacional, para el PBI, el patrimonio cultural. Cuando pueda demostrarlo, como en Colombia, Ecuador y Chile, quienes no tienen mayor conciencia del valor de la cultura comenzarán a adquirirla. Mi propósito es que este mensaje llegue a todas las regiones y entiendan que, si conservan bien su patrimonio cultural, tienen una fuente de riqueza y está muy asociado a la expansión del turismo. Si agregamos la dimensión de valor económico, potenciamos la cultura.

¿Esto choca con iniciativas de exoneración tributaria a espectáculos?

En algunos casos vamos a tener que mantenerlas. Si queremos promover determinados espectáculos, habrá que darles algún apoyo. Por el momento, en cine y teatro, estamos creciendo. Matos Mar hablaba en los ochenta del desborde popular; yo creo que ahora hablamos del desborde cultural. Hay una efervescencia cultural muy grande en el país. Tenemos que aprovecharla. Este ministerio viene en un momento oportuno. Por eso, mucha gente no se ha resistido a su desarrollo y lo ve con simpatía. Encuentro es respaldo por todas partes. Es un estímulo; no puedo defraudar esas expectativas.

Pero Velásquez Quesquén le cortó las alas. Dijo: «Del canon, nada».

Pero ha servido para que me busquen fondos por otras partes. En estos momentos, el Ministerio de Economía y Finanzas y distintas instancias del Gobierno ven cómo darnos el apoyo. Hoy (miércoles 8) tuve mi primera reunión del Consejo de Ministros y el Presidente ha dicho a todos: «Tienen que apoyar al Ministerio de Cultura para que salga adelante». Con ese respaldo, me siento mucho más seguro. En Economía hay un Fondo de Contingencia que me va a proveer el grueso de mis requerimientos. Además, el nuevo ministerio está integrando varias áreas que ya tienen presupuesto.

¿Cuánto necesita el Ministerio de Cultura para funcionar?

Eso no lo puedo decir. Estamos viendo los requerimientos de personal. Construir un ministerio es algo difícil. Felizmente, tengo a mi amigo Antonio Brack muy cerca y él ya padeció esto para construir el Ministerio del Ambiente. Lo voy a tener claro pronto, estamos en plenas reuniones. También tengo que hacer el reglamento del ministerio, en un plazo determinado: se me ha dado 90 días.

¿Será la voz principal en el reclamo de las piezas de Machu Picchu a Yale?

Así es, pero he tenido suerte: antes de asumir conocí a un senador norteamericano que ocupa la curul de Bingham, el senador (Christopher) Dodd. Se ha comprometido a ayudarnos para recuperar este patrimonio. Él es de la Universidad de Yale y tiene muchos contactos. Otras personas me han dicho que la asociación de ex alumnos de Yale está presionando a favor de esta recuperación. Hay que hacer las negociaciones de manera cordial, no intemperante. Si encontramos un camino, debe ser a través de la concordia. De volver las piezas, podemos establecer acuerdos de cooperación para que los tiestos, que no se van a exhibir y son objetos de estudio, sean investigados por arqueólogos peruanos, de Yale o de otras universidades norteamericanas, pero guardados en nuestro país. Podría ser en el mismo Cuzco bajo la forma de un museo.

¿Este Gobierno va a tener un acuerdo definitivo en este tema?

Eso no lo sabemos. No depende de nosotros; son dos partes. Por nosotros, ojalá.

¿Qué planes para el Canal 7, que también es absorbido?

Mi sueño es que sea como la BBC. ¿Cómo llegó la BBC a ser lo que es? Tiene buenos capitales, no solo del Estado sino también privados. La posibilidad es sustentarlo con capitales mixtos. En ese punto, sin haberlo conversado, estamos de acuerdo con Roca Rey, que es el artífice del Canal N y tiene mucha experiencia. En el Consejo de Ministros mencioné la posibilidad de hacer un estudio sobre cómo transformar el Canal 7 en algo novedoso. La verdad sea dicha: tiene proyección nacional,  pero no la competitividad de los canales comerciales. ¿Por qué un canal del Estado debe tener programas aburridos? No puede ser. Igual con Radio Nacional: que tenga un gran alcance. Estamos desperdiciando capital. No podemos darnos ese lujo.

¿Y qué le dijeron en el Consejo de Ministros?

Me escucharon muy atentamente. Prefieren no hacer comentarios, pero ninguno dijo: «Eso no se puede hacer». El que calla, otorga un poco, ¿no? Necesitamos ideas. Las buenas ideas han comenzado a gestarse por una mayor participación del sector privado. En gran medida, el desarrollo que tenemos es por la gran presencia del sector privado. Desde que comenzamos a vender nuestras empresas públicas, la economía del país empezó a irse arriba. Utilicemos esta misma fórmula en distintos campos.

Un ejemplo de algunas vetas que se van abriendo es la gastronomía. Esto de Mistura es una maravilla. Ahora veo estas papitas que cultivan nuestros campesinos a 4 mil metros de altura. Se vendían baratísimas, pero ahora van a adquirir un nuevo valor, que le da la culinaria. Entonces, esas comunidades aisladas comienzan a acercarse a mercados nacionales y posiblemente a los internacionales. Por otro lado, gracias a nuestro folclor que sale a los Estados Unidos, como los danzantes de tijera, la gente viene a apreciarlo. En muchas comunidades piensan en explotar esos recursos de la cultura inmaterial. Entonces, tienes el Inti Raymi en muchas partes o el Yacu Raymi. Ahora están ideando circuitos turísticos, como en la isla de Taquile, en Puno. En tanto esta revolución de la creatividad atraiga al turismo, rebotará en los pueblos aislados y los aproximamos hacia el mundo nacional, de la modernidad. En el Museo de la Nación hay una exhibición de la unidad en la diversidad. En tanto ahondemos en esta pedagogía, tendremos éxito. Pero hay que tener una instancia de un nivel suficiente.

Totalmente incomprendido…

¿Conacine también forma parte de su Ministerio?

Precisamente, voy a tener una reunión con la Dra. Bákula para ver lo de Conacine. Tradicionalmente, ha estado en la jurisdicción del INC pero no lo tengo claro. He conversado con personas con experiencia en Conacine y quiero sacarlo adelante. Claudia Llosa nos ha mostrado que podemos estar cerca del Óscar. Acaba de salir una película, Contracorriente, que tiene una gran calidad. Algunos han llegado a esta etapa porque han podido estudiar. Otros no han tenido tanta suerte, pero tienen vocación y con muy limitados ingresos económicos han hecho su pelicula. En Ayacucho han hecho sobre la Jarjacha, por ejemplo, con gran difusión en provincia. ¿Por qué no buscarles becas? No solo a ellos. Youtube está plagado de videos hechos por comuneros campesinos. Allí tenemos un potencial. Démosles educación. Hagamos un concurso, por ejemplo, de los mejores documentales entre estas poblaciones. Al que gana, lo mandamos a una buena escuela de cine. Hay muchas cosas para hacer cuando tienes un desborde de cultura. Hay que saber encauzar eso.

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