Marco Sifuentes, egresado de la Especialidad de Periodismo de la PUCP, visitó nuestra Universidad el último jueves para hablar sobre periodismo y de sus publicaciones como Perú Bizarro, La Encerrona, Casi Bicentenarios, entre otras. Sifuentes fue fundador de Utero.pe y ha estado detrás medios independientes como La Mula. Desde que se inició la pandemia, produce y dirige «La Encerrona», el exitoso noticiero en formato de pódcast que nació de la necesidad de derribar la masiva propagación de fake news que surgieron en medio de la incertidumbre por la llegada del coronavirus al Perú.

Desde que se fundaron los medios alternativos como Útero.pe, La Mula, Ojo Público, entre otros, hasta la actualidad, ¿cómo ha evolucionado y cómo se adapta el periodismo a la era digital, y cuál ha sido su impacto en la sociedad?

Creo que el principal cambio es que ahora se lee menos. Entonces, si quieres tener un proyecto rentable comercialmente, es muy difícil lanzarlo solo en texto, como era Útero.pe cuando empezó. En la actualidad, todas las iniciativas de periodismo independiente que producen textos existen porque tienen financiamiento a través de cooperaciones. Y esto es necesario porque en general el texto escrito te permite captar algunas cosas que el video o el audio no.

Si fuera por mí, no aparecería en el video y firmaría la nota solo con mi nombre pero hemos tenido que adaptarnos. Las nuevas formas de consumo de información han impactado en la manera en la que se hace periodismo digital. Además, tenemos muchos medios masivos alineados. Por ello, en el espacio digital -donde es más fácil ser independiente-, encontramos gran diversidad de voces que no existen en el mainstream.

¿De qué manera las redes sociales han cambiado la forma en que se reportan y consumen las noticias? ¿Qué debe hacer un periodista para adaptarse a este nuevo entorno?

La manera de consumir noticias ha cambiado muchísimo. En los últimos tres años, que es el tiempo que existe «La Encerrona«, diría que el impacto más grande a nivel de consumo, distribución y formato es la llegada de TikTok.

De consumo, en el sentido de que hay menos paciencia o tiempo para consumir una noticia. El periodista necesita mucha más agilidad. Y a nivel de distribución diría que TikTok, de todas las herramientas que existen, es probablemente la más democratizadora. Es decir, de alguna manera, es la que más incita la producción. Basta tener un celular y conexión. Incluso, ha permitido documentar todo en las últimas protestas. Su uso es bien descentralizado.

En lo personal, confieso que es la primera herramienta en la que siento que no soy nativo en absoluto. Sin embargo, me gusta el desafío. Creo que todo periodista debe asumir el reto y conocer bien esta nueva área de trabajo. Entonces, tienes que saber usar TikTok y tener claro quiénes están en esta red social. Así como tienes que saber cómo funciona Twitter. Y si no lo sabes, es necesario capacitarse.

Pienso que si no tienes la intención de adaptarte a lo que venga dentro de cinco o diez años, no tiene sentido que seas periodista. Cuando haces periodismo estás pensando, constantemente, cómo hacer que tu mensaje llegue de la manera más eficiente a la gente y eso implica utilizar las herramientas tecnológicas que vayan surgiendo.

¿Cuáles son las principales preocupaciones éticas que enfrenta el periodismo en la actualidad? ¿Cómo pueden los periodistas combatir la desinformación y la propagación de fake news en el mundo digital?

Por ejemplo, «La Encerrona» nació ante una preocupación ética muy importante sobre las fake news. Y es que nadie imaginó que la pandemia iba a generar un estado permanente de incertidumbre y de noticias falsas en el que vivimos hasta ahora.

Ahora, más que nunca, el periodismo no puede ser solo un altavoz, tiene que ser un filtro. Si seguimos haciendo el periodismo de altavoz, como se hacía antes del siglo XX, no tiene mucho sentido. Los noticieros tienen cada vez menos relevancia porque, en vez de comunicar que un video o información es falsa, deciden no emitir opinión. Hay que combatir las fake news con información de calidad y con periodismo de verdad, no hay más.

¿Cuál es la importancia del periodismo independiente y de investigación en la actualidad?

El periodismo alternativo es eso: periodismo. Es como el agua, toma la forma del recipiente en que la viertes. Yo hablaría más de medios independientes. Siento que el medio hace la diferencia, no el periodismo que para mí es una sola cosa. Lo que cambia son las herramientas y la concentración de los medios, donde puedes ejercer las alternativas que tienes.

Si antes yo hubiera querido tener «La Encerrona», hubiese tenido que comprar un espacio en una radio y el dinero se me hubiera terminado a las dos semanas. Ahora existen medios en los que yo puedo financiar un proyecto. Claro, si tuviera acceso a un medio masivo, haría lo mismo. Pero ahí está el problema. Muchos periodistas realmente buenos no tienen acceso a estos o están limitados. Yo creo que habría que reclamar los medios. Si los grandes medios cumplieran su labor, el periodismo independiente sería completamente irrelevante.

Ahora trabajo en casa, con un equipo de cinco personas, pero créeme que si yo pudiera contar con un programa de televisión con camarógrafos, un switcher, infraestructura, un gerente, un abogado y todas esas cosas, mi trabajo sería el mismo solo que en un medio no independiente. Pero no puedo porque ningún canal me va a pasar la voz para que yo diga exactamente lo mismo que comunico ahora.

¿Cómo se está adaptando el periodismo a la era de la inteligencia artificial y la automatización?

La inteligencia artificial es una nueva muestra de que no vamos ni podemos detener la tecnología. La única contención que podemos tener es ser conscientes de que el periodismo siempre será una actividad humana por naturaleza. Tiene un montón de decisiones subjetivas. Recordemos que antes pensábamos que la radio iba a matar a los periódicos, la televisión iba a matar a la radio y así sucesivamente. Ahora, cada dos años, hay un evento, pero al final es lo mismo.