El 9 de octubre del 2015 escribí en mi blog un artículo titulado «Una nueva teoría del negocio para las cadenas del suministro», en él se menciona cómo las organizaciones y sus modelos de toma de decisiones evolucionaron frente a nuevos entornos.

Para argumentar respecto a la nueva organización del siglo XXI, escribí: «la incertidumbre de la economía global, la inestabilidad política y social, el cambio climático y la escasez de recursos, entre otras crisis actuales, generan un panorama complejo en el desempeño de los negocios, la coyuntura actual exige a las organizaciones ser competitivas desarrollando las capacidades siguientes: eficacia, eficiencia, adaptabilidad, agilidad, robustez y resiliencia, para un entorno que es cambiante, inesperado, inconmensurable e impredecible”.

La pandemia de COVID-19 ha visibilizado lo que Drucker (1999) ya nos había anticipado: el fracaso que significa buscar el bienestar en el largo plazo con la gestión del ‘mercado’ que, por definición, se fundamenta en administrar sus señales en el corto plazo. Sobre la forma en que actúan los virus, Butor et al. (1995) explican cómo funciona nuestro sistema inmunológico, el cual, para defenderse de la invasión de los microorganismos (bacterias, virus, parásitos), contiene el ataque del invasor con mecanismos pasivos (p.e. piel, vellosidad, mucosas) y activos (p.e. linfocitos, glóbulos blancos), estos últimos despliegan anticuerpos específicos según el tipo de invasor detectado. Esto se puede hacer porque el cuerpo humano opera de forma orquestada con el resto de los sistemas del organismo, los cuales lo proveen de recursos, información, energía y soporte.

Del mismo modo, las empresas y sus cadenas de suministro van a tener que aprender a trabajar como una unidad, adaptando sus procesos y servicios para lograr un desempeño más cercano a sus actores (criterio ganar-ganar), de forma colaborativa, reactiva, resiliente, transparente e interoperable. Los políticos, la empresa, el Estado y la sociedad van a tener que cambiar sus parámetros de bienestar, un país para todos no puede ser un slogan, debe ser un propósito para cumplir, si alguna propuesta no está alineada, simplemente no va. Tras 30 años, los malos resultados de las administradoras del fondo privado de pensiones (AFP) han mostrado que cualquier sistema necesita más que buenas intenciones para obtener resultados sostenibles.

Esto va costar, pero es una inversión necesaria, como lo es poner en marcha la industrialización de la producción de vacunas a partir del cultivo de células y no como hasta ahora se viene haciendo en todo el mundo, usando millones de huevos fertilizados que sirven para “cosechar” la vacuna a través del uso de su sustrato embrionario; aunque parezca increíble un método inventado hace 70 años (Rajaram et al, 2020; Hopkin, 2004) que no ha podido ser cambiado por falta de inversión en ciencia y tecnología, mientras que millones de personas mueren por no tener acceso a las vacunas (La Recherche, diciembre, 2003: 83-86).

Presento algunas pistas para formar a los nuevos líderes del cambio para este escenario de la nueva teoría del negocio postpandemia. La resiliencia tiene sus límites, a nadie se le ocurriría pensar que debemos regresar a la normalidad que dejamos antes de la pandemia, pues ella misma la creó, creó la inoperatividad del sistema de salud que ahora estamos buscando postergar en su exposición al estrés operativo que se está dando con los infectados. Esa normalidad es la que ha creado una desigualdad vergonzosa con la cual convivimos; si alguien quiere que regrese esa normalidad, no aprendió nada.

También debemos buscar formas innovadoras de resolver los problemas, desafíos, retos y necesidades de todos. Una prioridad por supuesto deberá ser la salud, un hijo sano será un vecino sano; una pareja sana, un estudiante sano; un empleado sano, un ciudadano sano que posiblemente también promueva una familia sana. Sobre la salud mental, recuérdese que, como la mayoría de las emociones, el miedo también es contagioso (Harvard Business Review, febrero, 2002, 55-60).

Asimismo, se debe distinguir entre las soluciones adaptativas y técnicas, las primeras están enfocadas en el desarrollo de los individuos y las segundas, en mejorar la ingeniería (Harvard Business Review, junio, 2002, 65-74), ambas deben complementarse en una visión de construcción sociotécnica integrada con el entorno.

Querer, respetar y considerar a tus seres queridos no tiene mérito, eso lo hace cualquiera. Querer, respetar y considerar al otro, al que no es como tú, eso solo se logra con un nivel superior de inteligencia y humanidad.