“ … tiene que ver con la rebeldía, con la ciudad, con la marginación que se vive en la ciudad. Eso es el rock and roll.” rnGustavo Cerati, 1987 rn

Tras la famosa gira ‘colonizadora’ de Soda Stereo por Latinoamérica en 1986, Gustavo Cerati se preguntaba sorprendido qué había pasado. No entendía bien, y a lo mejor nosotros tampoco, de dónde había salido tanta gente, ni quiénes eran los chicos que se congregaban, por ejemplo, llenando el Coliseo Amauta en el Perú. Y es que a finales de los ochenta a muchos peruanos les gustaban esos raros peinados nuevos y, también, la sencillez directa y despreocupada de la nueva invasión musical inglesa.

Tanto en el mundo subterráneo como en el del rock comercial o los circuitos musicales ‘formales’ de Lima, los discursos y la estética estaban cambiando. Soda Stereo representaba el puente hacia esos mundos lejanos del new wave, punk y post-punk americanos e ingleses (y, por extensión, la música de Jamaica), que tanto imitábamos sin comprender bien. Soda Stereo era un ‘extranjero’ menos exótico y más accesible, casi un pariente, un puente y, de pronto, ya no estábamos ‘solos en América’. Tarareábamos lemas pop en castellano y bailábamos al ritmo de un ska (inglés también) cansados de la seriedad y el virtuosismo del rock tradicional, y dejábamos que la avanzada argentina (Soda Stereo, Virus, ZAS, Sumo, etc.) nos tradujera las nuevas ideologías musicales.

Un año después de la gira inicial, en 1987, ya JAS nos hablaba del “Rock de los 80”, Río había tenido su propia ‘sobredosis de T.V.’ con “Televidente” en el 85 y Trama no tendría un ‘Misil en su placard’ pero sí ‘un ovni en su jardín’. Lo aceptemos o no, Lima ya había sido tomada.

Han pasado casi 30 años y mucha música desde ese primer encuentro con Cerati, y, tras el anuncio oficial de su muerte, pocos dudarán de su importancia como referente musical, y el gran empujón que significó para el rock latinoamericano y la poética musical en castellano. Mucho trabajo de investigación por realizar, bastante información por revalorar, y más por recordar. Por el momento, internet seguirá inundándose de frases metafóricas basadas en sus canciones, de ‘gracias totales’, y del final de los temblores, pero una vez pasada esta marea inicial seguiremos caminando por la vida con sus canciones tatuadas en la memoria.

Desde Shakira hasta Residente de Calle 13, desde Ricardo Montaner hasta el joven metalero o fan rebelde de clóset, creo que muchos admitirán que podemos sentir la extraña sensación en el aire de que algo ha pasado, una ausencia en nuestro soundtrack.