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"El temor de estas normas es que pudieran llevar oculta una medida a nombre propio"

La semana anterior, Nahil Hirsh, jefa de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT) advirtió ante el Congreso de la República sobre la existencia de un paquete de once proyectos de ley que contemplan amnistías y fraccionamientos tributarios. Dichas medidas, que benefician a los contribuyentes deudores, pueden estar siendo impulsadas para favorecer a las principales empresas con multas a cuestas.

  • Sandra Sevillano

¿Cómo le afectaría a la SUNAT la aprobación de estas once iniciativas?

Sabemos que existe mucha diferencia en la base de contribuyentes. Las diferentes personas que pueden ser llamados a cumplir con sus obligaciones tributarias no tienen el mismo tamaño y la recaudación se sustenta fundamentalmente en las grandes empresas. Entonces, una medida que contemple un fraccionamiento o un perdón de deudas que ya han nacido se estaría refiriendo sustancialmente a importantes renuncias de parte de la administración (SUNAT). Se beneficia cuantitativamente a las grandes empresas.

Las grandes empresas podrían acogerse a estas leyes y aprovechar para autofinanciarse.

Es verdad. Lamentablemente se puede pensar esto porque históricamente existe una presión que pueden ejercer las empresas más grandes o las corporaciones para conseguir normas que no se hacen pensando en el común de los contribuyentes.

El título de la norma es un fraccionamiento especial, una condonación para cualquier contribuyente. Pero hay un elemento que nos hace dudar de porqué cada cierto tiempo, de manera cíclica, se dan medidas de esta naturaleza. Existe una previsión razonable de ciertas empresas que prefieren no pagar y esperar que se apruebe una norma de estas para acogerse. El temor de estas normas es que pudieran llevar oculta una medida a nombre propio.

¿Por qué surgen nuevas leyes sobre facilidades de pago si en el Código Tributario ya está establecido el fraccionamiento permanente?

El Código Tributario regula, como una facilidad para el contribuyente, que se pueda solicitar un fraccionamiento en aras de poder cumplir con una obligación que oportunamente no se hubiera podido satisfacer.

Las normas que se están discutiendo buscan invitar al cumplimiento tributario. Se dice que la finalidad es incorporar a los contribuyentes informales. Pero resulta un paquete atractivo, porque todo aquello que no se pagó oportunamente se podría reducir o fraccionar. Estas medidas deberían ser excepcionales, para regularizar situaciones de morosidad pendiente, no como en el Perú que se repiten cíclicamente y acaban por desvirtuarse.

¿Podrían estas medidas afectar a los acreedores del Estado?

Tenemos recursos tributarios en juego. Si la ley interviene en la ruta de obligaciones devengadas y las parte o paraliza, los recursos asignados a determinadas entidades nunca llegarán. Por eso se dice que hay una renuncia a la recaudación, que no solo es para el ente administrador, sino para los entes estatales.

¿Los fraccionamientos y las condonaciones podrían conllevar a una cultura del no pago?

Estamos hablando de montos por pagar a razón de tributos y obligaciones por cumplir a razón de la aplicación de los tributos, que debieran ser para todos los ciudadanos por igual.

Hay medidas para incentivar a los buenos contribuyentes, pero si se analiza el costo de quienes cumplen a tiempo y quienes cumplen tarde, termina siendo un desincentivo.

Deberíamos pensar no en perdonar al moroso; y no quiero decir que las sanciones por morosidad sean desproporcionadas; y buscar medidas que no penalicen a quien cumple con sus obligaciones tributarias.

Entrevista: Florence Couillaud
Foto: Franz Krajnik

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