Indudablemente, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo (1972) cambió nuestra manera de ver, pensar, enseñar, legislar y relacionarnos con nuestro entorno. Sacudió las conciencias el “Manifiesto para la supervivencia” coordinado por Edward Goldsmith. El medio ambiente dejó de ser una “novedad” y se volvió parte de la agenda de la mayor parte de los países. El reto del desarrollo equilibrado se volvía necesidad de sostenibilidad.

En 1983, se crea la Comisión mundial sobre ambiente y desarrollo (WCED), que retoma la visión de un desarrollo protector del progreso humano, proyectado hacia el futuro, consciente y cuidadoso de los ecosistemas vitales, íntimamente interrelacionado con el ambiente; y publicó su reconocido informe “Nuestro futuro común”, también llamado “Informe Brundtland”. No obstante, es la Cumbre de Río (1992) la que popularizó profundamente esta visión.

Más de cien jefes de Estado y de Gobierno, y delegados de más de 170 países se comprometieron a proteger el planeta en peligro y su capa protectora. En un espíritu de enorme optimismo y voluntarismo, se adoptó la Agenda 21, “programa de acción para un futuro sostenible para la familia humana; constituye un primer paso para garantizar que el mundo llegará a ser un hábitat más justo, seguro y próspero para toda la humanidad” (Secretaría General, UNCED). Al haber transcurrido 20 años de esta histórica Cumbre para la Tierra, no solamente es importante destacar la nueva cumbre Río + 20, sino, desde cada realidad, es necesario realizar un balance, descubrir las luces y sombras que irradiaron u opacaron el espíritu de Río, reconocer las limitaciones y precisar perspectivas y desafíos en el Perú de hoy.

Ciertamente el informe País recientemente presentado aporta numerosas luces sobre estos avances, las decisiones adoptadas, los programas y proyectos, los actores involucrados, la información, investigación, educación y capacitación, y los medios financieros, desde un enfoque multidimensional. El Foro Río + 20, organizado por el INTE-PUCP y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, nos propone ver cuánto y cómo perduran los compromisos y el espíritu de Río en las acciones de nuestros gobiernos, actores públicos y privados, sociedad civil, a partir de nueve grandes bloques temáticos:

Destacadas personalidades del mundo de las ciencias, empresas, de los sectores públicos y privados, nos ayudarán a precisar los importantes progresos realizados en materia de sostenibilidad y bienestar, así como las dificultades que afectan a todos los sectores y limitan el desarrollo del país. Se prestará una especial atención a las crecientes desigualdades y brechas socioeconómicas así como a las nuevas realidades como electrificación rural, articulación territorial, acceso al agua y saneamiento. Se destacarán los aportes para el desarrollo de la cosmovisión andina-amazónica articulada con la innovación y tecnología. Miradas cruzadas enfocarán los distintos instrumentos adoptados para manejar riesgos y adaptarse en un entorno de cambio, ante el deterioro de diversos servicios ecosistémicos; analizarán cómo las nuevas formas de gestión intentan revertir procesos negativos y crear seguridad hídrica, física, económica y social, para mejorar el bienestar de las poblaciones. Se explorará la relevancia, límites y retos del enfoque de responsabilidad social y ambiental empresarial.

Finalmente, se planteará cuán posible y qué retos significa el desarrollo humano sostenible en el Perú del siglo XXI, a la luz del informe País, con los aportes de los diferentes bloques, y desde una visión transdisciplinar. ¡Bienvenidos a esta fiesta de la Tierra, fiesta de cada uno de nosotros!