En un mismo día, la Dra. Silvia Rosas, profesora de la Sección Ingeniería de Minas y directora de la carrera de Ingeniería Geológica PUCP, hace una visita de campo con sus estudiantes a una mina de Huaral y, después, se embarca en un avión para participar en un congreso de geología en Europa.

Precisamente, ese fue uno de los motivos por los que estudió Ingeniería Geológica en la Universidad Nacional de Ingeniería en los ochenta, y luego una maestría y doctorado en Ciencias, en el área de Mineralogía, en la Universidad de Heidelberg, Alemania, ahí tuvo la posibilidad de conocer nuevos lugares, explorar académicamente y moverse constantemente.

“Siempre he aprovechado las oportunidades. Cuando era estudiante, si había una convocatoria, yo era la primera en apuntarme. Posteriormente, eso me ha permitido trabajar en lugares como la Antártida y Nazca. Considero que por esa predisposición he estado involucrada en diferentes ámbitos”, dice Rosas.

De esa manera, nuestra profesora vive la amplitud a través de sus infinitas ganas de conocer otras realidades y contextos, salir de su zona de confort, su notable trabajo investigativo y su constante curiosidad. Eso ha convertido a la investigadora en una gran referente en el sector de la geología y minería, campos donde ha predominado la presencia de hombres.

Siempre he aprovechado las oportunidades. Cuando era estudiante, si había una convocatoria, yo era la primera en apuntarme. Posteriormente, eso me ha permitido trabajar en lugares como la Antártida y Nazca. Considero que por esa predisposición he estado involucrada en diferentes ámbitos".

Fomentando la inclusión de las mujeres en el sector geológico y minero

Los años de Silvia como estudiante de pregrado en la UNI fueron muy buenos, pero comenta que al ser una de las pocas mujeres había pequeñas barreras que romper. Una vez, Rosas escuchó que los hombres de su promoción planeaban un viaje de placer/exploración geológica a Chiclayo entre ellos.

-«Yo también voy», dijo de pronto Silvia.

– «Pero ¿tú puedes ir?», le contestaron sorprendidos.

– «Claro, ¿por qué no?», les dijo.

“Saqué de cuadro a mis amigos, pero al final viajamos juntos y lo pasamos muy bien. Fue un interesante aprendizaje para ellos, porque notaron que se podía trabajar entre hombres y mujeres”, menciona Rosas. Nuestra profesora también fue una de las fundadoras del Club Escuela de Campo en la UNI, que empezó a organizar actividades de campo. Por supuesto, con presencia tanto de hombres como de mujeres.

Ahora como docente y directora de la carrera de Ingeniería Geológica PUCP, especialidad que creó con gran esfuerzo, Rosas continúa promoviendo que las mujeres se integren a su sector. En el actual semestre, la carrera de Ingeniería Geológica PUCP tiene un 34% de mujeres estudiantes. “Que tengamos un interesante número de alumnas, superior al de otras universidades, puede deberse a que la directora de carrera es mujer. Demuestra que sí se puede”, señala. Lo que todavía falta, menciona Rosas, es que haya más profesoras en la carrera que dirige, pues lamentablemente en las convocatorias aún no hay postulantes mujeres. Espera que esto cambie poco a poco.

Investigando rocas alrededor del mundo

Desde que empezó su trayectoria académica, la Dra. Rosas se dedicó a estudiar, en los yacimientos, las rocas que contienen a los minerales económicamente atractivos. Siempre busca investigar cómo se formaron, por qué están ahí y cuáles son sus características. “Mi expertise no se relaciona directamente involucrado con la exploración minera sino que la acompaña”, resalta.

Su afán por aprender la ha llevado hasta la Antártida. Aceptó la invitación del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico para participar en un proyecto en esta zona, y llevó a 2 estudiantes PUCP de Ingeniería Geológica. “Fue una experiencia muy positiva, pues recogimos muestras para estudiar ciertas consecuencias relacionadas con el retroceso glaciar en un ambiente tan particular como la Antártida”, menciona.

Otra investigación de la que forma parte es la que realiza la Universidad de Ciencias Aplicadas de Dresden, Alemania, en Palpa y Nazca. Allí la recordada María Reiche hizo estudios geodésicos y después decidieron complementarlo con una investigación geológica. Para ello, convocaron a nuestra profesora. “Como están correctamente protegidas, no es sencillo trabajar en las Líneas de Nazca porque el tiempo es muy restringido. Hemos ido levantando información, incluso realizando algunas publicaciones, y siempre se presentan nuevas interrogantes”, dice Rosas.

Gracias a su experiencia profesional y como directora de carrera, nuestra profesora resalta que la investigación es esencial para la ingeniería geológica. “Cuando una mina ya está en proceso extractivo y quiere seguir avanzando, tiene que consultar con el geólogo e investigar por dónde debe seguir la extracción. Es una investigación científica, evidentemente”. Por ello, enfatiza que en la carrera PUCP se forman ingenieros geólogos para la exploración y desarrollo minero con un fuerte componente científico.

Transmitir conocimiento y experiencia profesional y de vida

Cuando la profesora Silvia Rosas les enseña a sus alumnos no solo les transmite la teoría del curso, sino también su experiencia profesional y de vida. Es decir, aquello que ha visto y trabajado en Alemania, Estados Unidos o La Oroya. Como le dijo un amigo: “Es un lujo para tus estudiantes tener una profesora que realiza trabajo de campo en regiones del Perú y en el extranjero, y que además participa en congresos internacionales”.

Nuestra profesora asegura que disfruta enseñar, una vocación que ya tiene más de 20 años ejerciendo desde el 2001 en la PUCP. “Me gusta la docencia, tener contacto con gente joven y transmitirle lo que sé. Asimismo, creo que tengo un buen feedback con los estudiantes”, enfatiza.

Ahora la Dra. Silvia Rosas se encuentra en Lima, pero comenta que próximamente viajará a Alemania para seguir con la investigación sobre la geología en las Líneas de Nazca. De este modo, la investigadora continúa explorando las rocas y la geología del mundo, ampliando sus conocimientos y actualizándose con la misma curiosidad que tuvo desde que eligió su carrera.