La poeta Rossella Di Paolo recibe el Premio Casa de la Literatura Peruana 2020
Nuestra egresada de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas e integrante de la generación de los ochenta fue homenajeada con este galardón, el pasado 20 de octubre, por su particular obra poética. «Por donde pasan las palabras nada permanece igual”, dice la poeta.
Texto:
Oscar García MezaFotografía:
Tatiana Gamarra
Para Rossella Di Paolo, la poesía es su planeta propio. Uno desde el cual recompone el mundo a su medida y entiende mejor en el que vivimos. “Refleja también a los demás pero a partir de mi lenguaje y mirada”, señala la poeta, docente, periodista cultural, y egresada de nuestra Especialidad de Lingüística y Literatura de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas.
Su particular universo lo construyó desde niña. “Empecé a crear cuentos apenas aprendí a escribir”, dice. En ese momento pensó que se dedicaría a la narrativa, hasta que a los 14 años vio en el corredor del colegio el poema «El Sol», de Martín Adán. “Sentí, como dicen los religiosos, el llamado. Dije ‘así quiero entender el mundo y a mí misma’”, recuerda. A partir de ese momento, todo fue poesía.
Foto: archivo personal
Empecé a crear cuentos apenas aprendí a escribir”.
Di Paolo nunca dudó de que quería estudiar literatura. “Muchos me decían «¿de qué vas a vivir?” y yo les contestaba que prefería tener solo 50 céntimos pero hacer lo que me gusta”, menciona. Para ella, cursar esta carrera fue una fiesta diaria. “Imagínate estudiar acerca de poetas, movimientos, generaciones y períodos literarios. ¡Era vivir envuelta en palabras y versos!”, dice, a la par que recuerda con gratitud a sus profesores Carlos Gatti, Washington Delgado, Ricardo González Vigil, Susana Reisz, entre otros.
Generación de los versos
A diferencia de las décadas predecesoras, la generación de los ochenta en la poesía peruana estuvo marcada por la aparición de varias mujeres, como Giovanna Pollarolo, Rocío Silva Santisteban, Carmen Ollé, Mariela Dreyfus y, por supuesto, Rossella. Ellas escribían, entre otros temas, sobre el cuerpo y lo sensorial. “Creo que abrimos un camino para las generaciones de mujeres poetas venideras”, señala Di Paolo.
Nuestra egresada publicó Prueba de galera, su primer poemario, en 1985. “El título evocaba tanto a lo marítimo como a ese tanteo que significa un primer libro”, dice. En esos versos, ya esbozaba su estilo marcado por la musicalidad, las palabras cotidianas, la contemplación, un leve sentido del humor y una particular visión sobre la naturaleza.
Tres años más tarde apareció Continuidad de los cuadros y en 1993 Piel alzada, donde su planeta se expande e incorpora aspectos como el erotismo y el desamor. A inicios de este siglo, vería la luz Tablillas de San Lázaro.
En estos libros, el método de trabajo de Di Paolo consistía en agrupar aquellos poemas que había ido escribiendo y tenían un aspecto en común. Sin embargo, en su último poemario, La silla en el mar (2016), su planeta fue invadido por Herman Melville: todos los versos que le salían trataban del capitán Ahab de Moby Dick y el oficinista Bartleby. “A los dos personajes los asocié a la cultura peruana. Por ejemplo, las manos cruzadas de Kotosh con Bartleby, quien es un personaje que decide no hacer nada”, menciona.
Su sostenida producción personal, además de ser docente de literatura y escribir artículos y columnas, demuestra que la apuesta por las letras de Rossella es total y auténtica, al igual que la de sus compañeras de generación de los ochenta. “Ninguna es una empresaria que en sus ratos libres escribe poemas. Hemos seguido trabajando en torno a la palabra”, menciona.
Poético homenaje
Este año, Rossella Di Paolo fue reconocida con el Premio Casa de la Literatura Peruana 2020. En la ceremonia virtual, realizada el 20 de octubre, la directora de esta institución, Milagros Saldarriaga, resaltó: “La vitalidad sutil y provocadora es el lenguaje de la poesía de Rossella (…) Este premio es el agradecimiento de nuestra institución por tus libros y pensamiento libre”. Luego, reveló el galardón: un mate burilado, realizado por la artista Irma Poma, donde se aprecian escenas de la vida de la poeta así como sus versos.
Amigos y escritores como Rocío Silva Santisteban y Alberto Benavides Ganoza también se hicieron presentes dedicándole unas palabras a la homenajeada. Finalmente, Rossella dio un breve discurso. “¿Por qué escribí y continúo haciéndolo? Quizás porque necesito ordenar y desordenar algunas cosas y las palabras me ayudan. Cuando todo está muy tembleque u oscuro, ellas aquietan e iluminan un poco. Por donde pasan las palabras nada permanece igual”, mencionó.
Mira la ceremonia de premiación del Premio Casa de la Literatura Peruana 2020
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