Dos focos de violentas protestas antimineras al interior del país mantuvieron en vilo a los peruanos por algunas semanas. Al estallido de violencia en la provincia de Espinar, en Cuzco, se sumó el paro indefinido anunciado el jueves 31 del mismo mes por el Comando Unitario de Lucha de Cajamarca. Ambos conflictos tienen su visible origen en versiones opuestas sobre los efectos medioambientales provocados por la minería.
En un contexto como el actual, en el que esta actividad extractiva impulsa el crecimiento económico del país, vale la pena preguntarse qué aspectos entran en juego en este auge minero, cómo evitar los conflictos sociales y qué estrategias de diálogo deben implementarse para evitarlos. Especialistas de nuestra Universidad dan algunas luces.
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