Paisajes sonoros compartidos presenta exposición sobre archivos musicales de la Costa Norte y Selva Central
La investigación “Paisajes sonoros compartidos: revitalizaciones musicales y políticas de identidad en Perú” presenta una exposición en el campus PUCP hasta el 25 de noviembre. Conversamos con la profesora Gisela Cánepa, coinvestigadora, quien junto con Ingrid Kummels trabaja para reactivar acervos audiovisuales históricos.
La Dra. Gisela Cánepa, docente e investigadora del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP, junto con su colega la Dra. Ingrid Kummels, de la Universidad Libre de Berlín, continúan trabajando en la investigación sobre la música tradicional peruana “Paisajes sonoros compartidos: revitalizaciones musicales y políticas de identidad en Perú”, que iniciaron en 2021. A la fecha, ya cuenta con varios avances que presentan en el CIA de la PUCP.
Los músicos, danzantes y contadores de historias son personas que tienen sus propias formas de archivar, de reunir materiales para hacer memoria y también para procesos de patrimonialización de ciertas danzas”.
Esa es la exposición “Paisajes sonoros compartidos | Diálogo sobre los archivos musicales de la Costa Norte y de la Selva Central”, una muestra que, del 14 al 25 de noviembre, presenta archivos de música y danza de nuestro país. Como parte de la investigación, estas acciones buscan fomentar el diálogo entre las personas y comunidades que conservan estas tradiciones, redifundirlas y conservarlas.
Esta exposición, que se encuentra abierta en el Complejo de Innovación Académica PUCP, es un proyecto colaborativo integrado por las colecciones del Instituto de Etnomusicología PUCP -cuya dirtectora, Cecilia Rivera, forma parte del comité organizador- y de la casa-archivo de Manfred Schäfer, que actualmente custodia la Dra. Kummels.
Inauguración con presentaciones
En la inauguración de la exposición, se presentaron manifestaciones de la Danza de los Diablicos de Mochumí danzada por el señor Santiago Gines, y cuya tonada tradicional será ejecutada por los músicos Carlos Inoñán (chirimía) y Julio Carrillo (caja).
Asimismo, participó una muestra de música tradicional de la Costa Norte ejecutada con flauta y cajita por el músico Juan Miguel Barandiarán, de Cayaltí. Representantes de Tres Unidos de Matereni compartirán su música en lengua materna, por ejemplo, los matikantsi, que expresan la unidad formada por el cosmos, la naturaleza y los humanos, y las melodías interpretadas con sonkari (flauta de pan).
Paisajes sonoros compartidos: rescatar las tradiciones
La muestra recoge materiales de archivo visuales y sonoros de la comunidad nativa asháninka y nomatsiguenga Tres Unidos de Matereni (Junín), perteneciente a la Selva Central; y de los distritos de Túcume, Mochumí, Monsefú y Etén de la región Lambayeque, de la Costa Norte del país.
Si bien, por un lado, el objetivo es presentar la metodología de esta investigación sobre el archivo institucional; a su vez, la exposición busca mostrar y revalorar las propias prácticas que las comunidades realizan para conservar sus tradiciones.
Para la profesora Cánepa, el archivo es la manera de producir conocimiento y de rescatar hechos históricos. Muchas poblaciones utilizan sus propias formas con diferentes fines. Por ejemplo, para enseñar a los niños a tocar instrumentos antiguos o como una iniciativa familiar para darle reconocimiento a un músico.
“A veces, la familia de un artista desea recordar la importancia que su padre tuvo en una comunidad, entonces hace uso de esos materiales para compartir todo el conocimiento sobre la trayectoria e historia del padre artista”, brindó como ejemplo.
La exposición se encuentra abierta en el Complejo de Innovación Académica PUCP (Aula B-100 y Sótano 1, Hall de la Biblioteca CIA) de 10 a.m. a 6 p.m.
Según comentó, con este evento, buscan mostrar estas prácticas comunitarias -que se dan de manera independiente a la actividad académica- a través de fotos, grabaciones o, más recientemente, con las nuevas tecnologías digitales.
“Los músicos, danzantes y contadores de historias son personas que tienen sus propias formas de archivar, de reunir materiales para hacer memoria y también para procesos de patrimonialización de ciertas danzas”, señaló Cánepa.
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