Del 20 al 22 de junio, los dirigentes del planeta y miles de participantes del sector privado, las organizaciones no gubernamentales y otros grupos interesados, se reunirán para descifrar nuestro futuro. Los debates oficiales se centrarán en dos temas: cómo construir una economía verde para lograr el desarrollo sostenible y liberar a la población de la pobreza, y cómo mejorar la coordinación internacional con miras al desarrollo sostenible.
Río+20
Este importante evento internacional será una oportunidad histórica para definir patrones de consumo y producción sostenibles y lograr un mundo más seguro, equitativo, limpio, verde y próspero para todos, según destaca la Organización de las Naciones Unidas. “Ese acontecimiento nos exigirá una visión clara: una economía verde sostenible que proteja la salud del medio ambiente y que, simultáneamente, apoye la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio mediante el crecimiento del ingreso, el trabajo digno y la erradicación de la pobreza”, ha dicho Ban Ki-moon, secretario general de la ONU.
Asimismo, se revisará lo avanzado desde Río 92, hito histórico en la odisea ambiental. En esa cumbre, 172 gobiernos aprobaron tres grandes acuerdos: la Agenda 21, plan mundial para promover el desarrollo sostenible; la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, con principios que definían los derechos civiles y las obligaciones de los Estados; y una declaración de principios sobre bosques para orientar su ordenación más sostenible.
Además, abrió a la firma dos instrumentos jurídicos obligatorios: la Convención Marco sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Al mismo tiempo, concibió una convención de lucha contra la desertificación, que entró en vigencia a finales de 1996.


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