El mosaico elaborado entre 1990 y 1991 por Ricardo Wiesse, egresado de lo que fue la Escuela de Artes Plásticas PUCP (ahora Facultad de Arte y Diseño), se convirtió en uno de los más grandes y representativos de la ciudad, pero, con el paso del tiempo, se fue deteriorando inevitablemente.

Este era un reto para el que nuestro artista se iba preparando desde hace 30 años, tras la primera entrega del mosaico. “He madurado este proyecto en mi cabeza, de esta forma, la versión actual supera a la anterior. Tenía claro qué hacer si se me presentaba de nuevo la oportunidad de intervenir el mural”, comenta. 

Tras varios intentos presentados para restaurar la pieza, la Municipalidad de Miraflores convocó a Wiesse para renovar el tramo miraflorino. Con el aporte de empresas que donaron mayólicas, andamios y pegamentos, parecía que la obra que empezó en el 2019 iba por buen camino. Sin embargo, pocos meses después, fue suspendida debido a la emergencia sanitaria por la COVID-19. 

Nos sentimos doblemente gratificados porque no ha sido hecho en condiciones normales sino en la adversidad y eso le da mayor valor a la pieza de arte”.

Después de más de un año y medio, Wiesse pudo retomar la recuperación del mural. De la mano de 35 especialistas y Jorge Gutiérrez, productor de la obra, quien también había sido convocado en los noventa. «Le pido a la ciudad que reconozca el doble esfuerzo de los trabajadores. Nos sentimos doblemente gratificados porque no ha sido hecho en condiciones normales sino en la adversidad y eso le da mayor valor a la pieza de arte”, afirma Ricardo.

En diciembre del 2021, la obra fue entregada a la ciudad. El esfuerzo de Wiesse y su equipo le devolvió a la Vía Expresa una de sus intervenciones artísticas más representativas.

Un paso por la restauración

Con la primera y segunda versión, Wiesse buscaba representar y recrear el paisaje de manera abstracta. No obstante, en la última restauración, se dio cuenta de que ya no necesitaba tantas líneas para expresar el vacío. A su vez, mediante los tonos de las cerámicas del mosaico, el artista retrató de manera más realista el paisaje que rodea Lima.

“Hemos recibido material de primera calidad, lo cual nos permitió jugar con el tamaño de los módulos que están en el mural”, alude nuestro egresado. Así, el artista no quiso repetir lo realizado en la primera versión y logró crear una nueva obra de 10,400 m².

Asimismo, Ricardo Wiesse explica que lo logrado en el tramo de la Vía Expresa es una pieza impecable del cual se siente orgulloso. Él siempre estuvo dispuesto a trabajar en la restauración; sin embargo, nadie apoyaba la idea hasta que en el 2021 fue posible pese a todas las adversidades.

El inevitable deterioro del mural

En los años 90, Luis Lama, crítico de arte y concejal de cultura de Miraflores, le encargó a Ricardo Wiesse la importante tarea de realizar un mural en las paredes interiores de la Vía Expresa. En un mes, Wiesse había realizado los bocetos y la Municipalidad de Miraflores había conseguido todos los materiales necesarios para llevar a cabo la pieza. De la mano de 80 trabajadores y Jorge Gutiérrez, fue posible realizar la primera versión del mural. 

“Por temas de presupuesto, desde un comienzo, la obra era deficiente y eso fue uno de los factores que precipitaron su decadencia”, recuerda Ricardo. Siete años después tuvieron la oportunidad de hacer una pequeña restauración, ya que el mural se estaba comenzado a deteriorar. «El mural estaba herido de muerte. Poco a poco, se comenzó a caer el 30%, luego el 50% y, finalmente, el 70%. Tenía que hacerse de nuevo porque no había nada que rescatar», cuenta. 

"El mural estaba herido de muerte. Poco a poco, se comenzó a caer el 30%, luego el 50% y, finalmente, el 70%. Tenía que hacerse de nuevo porque no había nada que rescatar".

Su paso por la PUCP

La vida universitaria de Ricardo Wiesse estuvo marcada por varios artistas de renombre que lo ayudaron a forjar quien es ahora. Profesores como Adolfo Winternitz, Julia Navarrete, Alejandro Alayza y Víctor Femenías son los que más recuerda en su paso por la PUCP. 

En particular, recuerda al pintor y vitralista Winternitz, quien fue uno de los que más lo marcaron en su carrera y formación como artista plástico. “Adolfo tenía la esperanza de que alguno de sus alumnos llevará a cabo una obra de escala mayor en la ciudad. Creo que él hubiera estado muy contento de ver esto”, añade Ricardo.

"El mural es una punta de lanza de la actitud del peruano frente al mundo. Tenemos la osadía de emprender una cosa así porque queremos que la ciudad tenga una imagen contemporánea".

Lo que más destaca de su enseñanza es la manera en la que la arquitectura y el arte se integran y, a su vez, poder expresarlo en el espacio público. «El mural es una punta de lanza de la actitud del peruano frente al mundo. Tenemos la osadía de emprender una cosa así porque queremos que la ciudad tenga una imagen contemporánea», finaliza Wiesse.