Uno de los principios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que “una opinión pública bien informada y una cooperación activa por parte del público son de importancia capital para el mejoramiento de la salud del pueblo”. Como se puede advertir, la promoción de salud no es solo una obligación de Estados y gobiernos, sino una responsabilidad compartida entre todos los actores de la sociedad. Por eso, las universidades, como espacios de formación de ciudadanía y divulgación de conocimiento, son llamadas a difundir estilos de vida ideales para preservar el bienestar físico, psíquico y social de las personas.

Nuestra Universidad es parte de este esfuerzo, desde el 2012, gracias al trabajo que viene realizando PUCP Saludable, un programa del Vicerrectorado Administrativo y la Dirección de Asuntos Estudiantiles, que busca fomentar una cultura saludable en el ambiente universitario, y, así, beneficiar a alumnos, docentes y el personal que labora en el campus. Sus esfuerzos están orientados a disminuir los problemas de salud, mejorar la calidad de vida durante el estudio y el trabajo y, finalmente, mejorar el rendimiento de los alumnos. Su misión también es ayudar a formar profesionales que impulsen cambios saludables.

Campus comprometido

Por este trabajo, en junio de este año, la PUCP fue certificada por la Red Iberoamericana de Universidades Promotoras de la Salud (RIUPS) como una Universidad Promotora de Salud y es miembro formal de dicha red. Somos los primeros en obtener este reconocimiento en el Perú, y nos encontramos a la par de universidades líderes en América Latina y España.

La Dra. Cecilia Chau, directora de PUCP Saludable, considera que esta certificación reconoce la labor que vienen realizando en temas de salud: “La Red Iberoamericana de Universidades está unida a la OMS y a la Organización Panamericana de la Salud, que son las entidades que se encargan de normar la salud en el mundo. Ellos se encargan de dictar las políticas que rigen un campus saludable, por lo que ser parte de esta red es estar alineados a lo que se está dando en términos de promoción de salud en el mundo”.

Los valores que inspiran a las Universidades Promotoras de Salud están fundados en los principios de las cartas de Ottawa (1986), Edmonton (2005) y Okanagan (2015) para la Promoción de la Salud en Universidades e Instituciones de Educación Superior. En ellas, se llama a la acción a universidades y otras instituciones de educación superior sobre la base de dos ejes de actuación: la incorporación de la salud en todas las acciones empresariales, académicas y culturales de los campus; y el liderazgo y la colaboración, dirigidos a la promoción de la salud local y global.

Salud integral

La salud es un concepto que ha evolucionado en el transcurso de los siglos. Desde la visión mágico-religiosa de las culturas antiguas, que consideraba a las enfermedades como castigos divinos, hasta la perspectiva higienista del siglo XIX, que asociaba a la salud con el aseo y la nutrición, se ha llegado a un mejor entendimiento de esta condición. En su acepción contemporánea, la salud representa una condición de bienestar del cuerpo, la mente y la relación con el entorno de un individuo. Por eso, la promoción de la salud trabaja en el desarrollo de estilos de vida que puedan prevenir enfermedades crónicas.

“Una Universidad Promotora de Salud busca facilitar a los alumnos, docentes y personal administrativo recursos para mejorar su salud, tener una mejor calidad de vida y acceder al manejo de condiciones tempranas, que luego podrían convertirse en problemas de salud graves. El fin es el bienestar de las personas y el objetivo, a largo plazo, es que toda la Universidad tenga una política de promoción de la salud y estilo de vida saludable”, finaliza la Dra. Chau.