PuntoEdu: Cuál es la situación del deporte en el Perú
Especialistas de nuestra Universidad analizan los retos del Gobierno para promover, a través de políticas pública, el deporte y la Educación Física, rubros desatendidos en el Perú.
Texto:
Sandra HuaringaFotografía:
Víctor Idrogo
La mañana del 4 de agosto, el presidente de la República salió junto a su gabinete al Patio de Honor de Palacio de Gobierno, con holgadas prendas de deporte y colchonetas, para lo que sería una sesión de ejercicios. Este hecho anecdótico ha dado lugar a un debate sobre la importancia de la actividad física en relación con la salud y ha terminado por resquebrajar algunos mitos sobre la conveniencia de esta práctica entre personas de todas las edades.
El objetivo del ejercicio matutino, como mencionó la ministra de Salud, Patricia García, “tiene que ver con enseñar con el ejemplo”. Se refería, por supuesto, a las políticas públicas sobre el bienestar físico que este gobierno busca promover: la primera orientada a que los peruanos lleven una vida sana, equilibrada y activa; y la segunda para fomentar el deporte y la educación física en las escuelas a nivel nacional. Ambas políticas están relacionadas y pensadas para intervenir desde distintos órganos del Estado y la sociedad civil, y solucionar aquellos problemas estructurales que nacen a causa de estilos de vida sedentarios.
Hoy, en el Perú tenemos un grave problema de salud pública: el 35.2% de personas mayores de 15 años sufre de sobrepeso y obesidad, y, de esta población, casi el 58,2 % son mujeres y el 61,6 % viven en la Costa (Endes 2015). A pesar de esto, hasta hace apenas dos años, el curso de Educación Física en los colegios públicos del país contaba con solo dos horas lectivas y, casi siempre, se impartía sin metodología. Se suma a esto, la falta de valoración de los deportes de alta competencia, el incipiente desarrollo de la educación física en universidades, y la escasa infraestructura y oportunidades que faciliten esta actividad.
Cuerpo sano
El ejercicio físico está íntimamente ligado a la evolución del ser humano. Los primeros hombres caminaban largas distancias para encontrar alimentos, empleaban la fuerza para cazar y cultivar, y debían mantenerse ágiles para protegerse de amenazas externas. Cualquier actividad implicaba un gasto de energía que después era recuperado a través de la alimentación. Sin embargo, a medida que el progreso tecnológico se hizo cargo de la mayoría de nuestras tareas, los estilos de vida de las personas se modificaron.
Rogelio Sueiro, jefe del Servicio de Salud de la PUCP, piensa que, hasta hace un siglo, las actividades cotidianas permitían que las condiciones de salud del organismo se mantuvieran estables y en equilibrio. No obstante, esto empezó a cambiar primero en las naciones desarrolladas y luego en los países en vías de desarrollo como el Perú: “Nosotros pasamos por una transición en la causa de nuestras enfermedades. Con el tiempo, un porcentaje menor empezó a sufrir de enfermedades infecciosas, mientras que la mayoría sufría de enfermedades crónicas degenerativas. ¿Por qué? Debido al estilo de vida sedentario de las personas”. Los estilos de vida son variados y dependen de las condiciones sociales, económicas y psíquicas del entorno en el que vivimos y su efecto acumulativo. Pero no solo eso, también son influyentes los hábitos, y en ellos se puede intervenir de forma temprana a través de la educación y campañas sociales: “La salud de los adultos será mejor gracias a las actividades físicas que practicaron de niños, pues crearon un hábito y condicionaron a que sus huesos sean más fuertes, sus músculos más desarrollados, su metabolismo más rápido, etcétera, y eso les va a permitir tener una mejor calidad vida”, afirma.
Según el doctor Sueiro, la eficacia de la actividad física depende del tiempo, la calidad y la intensidad con que se practique. Los ejercicios cardiorrespiratorios, por ejemplo, fortalecen el corazón y los pulmones si se practican entre 30 y 45 minutos diarios en intervalos de más de diez minutos, pues solo así nos aseguramos de quemar las reservas grasas del cuerpo y reducir el colesterol. Otro tipo de ejercicios, que actúa tanto en niños como adultos, son los que fortalecen el aparato locomotor, pues ayudan a que los huesos crezcan y no se descalcifiquen. Los ejercicios de coordinación también son necesarios, sobre todo en las personas mayores, ya que permiten que recuperen el control sobre su cuerpo y sus movimientos. En esa línea, un beneficio inherente a cualquier actividad física es que permite liberar el estrés e influye de forma positiva en el estado de ánimo. El ejercicio hace que la persona se sienta más fuerte y en mejores condiciones, y eso eleva su autoestima.
Asignatura pendiente
El artículo 14 de la Constitución Política del Perú indica que “la educación promueve el conocimiento, el aprendizaje y la práctica de las humanidades, la ciencia, la técnica, las artes, la educación física y el deporte”. Esto resulta paradójico si tomamos en cuenta que hasta hace un par de años, y por varias décadas, la asignatura de Educación Física en los colegios se redujo al mínimo de dos horas, desapareció el carácter obligatorio de los profesores especialistas y se hizo evidente la insuficiente infraestructura y equipamiento.
Roberto González, doctor en Ciencias de la Cultura Física y uno de los encargado de reestructurar el plan de estudios de la Diplomatura en Educación Física y Deporte de nuestra Universidad, cree que una de las falencias de la enseñanza de la Educación Física en el Perú es confundirla con el deporte: “Se piensa que la Educación Física es practicar deporte y no es así. Si se quiere practicar deporte, se hace mediante talleres extracurriculares, pero independientemente de la Educación Física, porque la forma de trabajo no es la misma y los resultados que se buscan no son los mismos”, refiere González.
La Educación Física se define como una disciplina didáctica que, a través de un conjunto planificado de movimientos y de otras formas de actividad física, busca el desarrollo multilateral e integral de la persona. No se busca con ella un rendimiento específico o la calidad de la ejecución, sino los beneficios que tiene esa actividad en el organismo de la persona. El deporte, por otro lado, es una actividad reglada, de carácter competitivo, que puede o no beneficiar la condición física de quien lo práctica, y cuya finalidad es obtener resultados a diferentes niveles. A pesar de esta distancia, no obstante, es posible encontrar puntos de contacto: “Dentro de la clase de Educación Física se pueden incluir ejercicios de algunos deportes, pero dirigidos al objetivo de la clase. Por ejemplo, si queremos desarrollar la coordinación óculo-motora, se puede hacer un ejercicio en el que los niños corran detrás de un balón a través de una trayectoria de conos; pero no puedo ponerlos a jugar fútbol, porque no puedo controlar los eventos inesperados de esta actividad y eso no es lo que busco”, señala.
La ventaja de la Educación Física es que opera a diferentes niveles. Cualquiera de los cursos que se imparten en el colegio mejoran en un aspecto de tu formación, pero la Educación Física busca el desarrollo físico, psíquico y social del individuo y, en consecuencia, prepara a las personas para cualquier tarea posterior que realicen: “La actividad física, está demostrado en investigaciones científicas, mejora el funcionamiento del cerebro, aumenta la conectividad neuronal, hace que se despidan una serie de hormonas que estimulan la concentración, y todo eso trae como consecuencia un mejor y más rápido aprendizaje”.
Lo que se espera con la implementación del Plan de Fortalecimiento de la Educación Física y el Deporte Escolar al 2021 del Ministerio de Educación es que se incrementen las horas de Educación Física en inicial, primaria y secundaria, de dos a cinco horas semanales; ampliar la cobertura a través de la contratación de profesores especialistas; optimizar la infraestructura deportiva y equipar con materiales deportivos a los colegios; y consolidar la cultura de la actividad física en el ámbito formativo.
“Tener cinco horas es mucho mejor que tener tres, pero mucho mejor sería que se trabaje de una manera más óptima para que se logren los mejores resultados. Por eso, es fundamental que el profesor tenga conocimientos metodológicos y pueda planificar, aplicar y evaluar el proceso de enseñanza de los alumnos. Del mismo modo, es necesario que se invierta en investigación científica en el área de la Educación Física y el deporte. Muchas veces, se importan soluciones a nuestros problemas y estas no siempre responden a nuestra realidad”, finaliza Roberto González.
Sembrar para cosechar
Todos estos conceptos y preocupaciones están presentes en las políticas públicas y leyes que se vienen trabajando desde el Ejecutivo y el Congreso en los últimos años. La iniciativa más reciente es la aprobación de un paquete de reformas que modifican la Ley de promoción y desarrollo del deporte. Se trata de cuatro normas que buscan mejorar la situación de la Educación Física y el deporte en el país con el fin de lograr resultados a largo plazo, como la formación de una cultura de actividad física, la masificación de ciertos deportes y la competitividad en torneos internacionales.
El historiador y docente del Departamento de Comunicaciones, Jaime Pulgar Vidal Otálora, opina que estas modificaciones son necesarias si buscamos hacer del deporte y la actividad física una práctica real:“Lo fundamental de la política deportiva no es tanto tener éxito en competencias internacionales sino masificar el deporte para tener ciudadanos más saludables, por eso el Estado debe entender la política deportiva como una inversión. La promoción de la Educación Física en los colegios es volver a aquello que tuvimos a inicios del siglo XX, y luego en los años treinta, de manera restringida, cuando se empezó a profesionalizar la práctica del deporte”, comenta.
La primera ley de este paquete legislativo instituye la Educación Física como curso obligatorio y hace énfasis en la profesionalización de los docentes; la segunda ley propone regular los Programas Deportivos de Alta Competencia en las universidades, de manera que desarrollen al menos tres disciplinas deportivas, en sus diferentes categorías, para damas y varones; la tercera, la Ley de mecenazgo, exonera de impuestos y hasta del 10% de la renta neta de tercera categoría a las empresas que patrocinen actividades deportivas; por último, la Ley del Deporte para democratizar la Asamblea de Bases dispone que se integren representantes de ligas departamentales, clubes profesionales y deportistas.
“Las Federaciones Deportivas Nacionales nunca convocaban a las bases. Al parecer no había necesidad de hacerlo salvo cuando se daba un proceso electoral y solo en el caso de aquellos deportes donde había bases de verdad, como el fútbol y el voleyball. Esto va a iniciar un diálogo entre las mismas bases para ver hacia dónde llevamos el deporte y, por lo tanto, a sembrar democracia para propiciar cambios”, finaliza el profesor Pulgar Vidal.
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