Dos accidentes de aviación marcaron el destino de Marisol Palacios, directora y actriz egresada de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica (TUC), y de Fernando Verano, productor, cineasta y actor. Ellos, a través de la dramaturgia de Mariana de Althaus, nos cuentan sus historias de pérdida y reconstrucción de sus realidades en Pájaros en llamas, que va desde este jueves 4 hasta el 10 de julio en el CCPUCP.

“Contar algo tan doloroso es retador porque hay que buscar formas de distanciarse de los hechos para que los actores no se quiebren en el escenario”, dice Mariana, egresada de la Especialidad de Literatura de la PUCP, sobre el montaje que reúne los testimonios de Marisol y Fernando. Ellos participan como narradores de los hechos, acompañados por Lizet Chávez, Alberick García y Gabriel Iglesias, actores que representan los distintos roles que intervienen en las dos historias: los padres, los hermanos, Lorenzo, Marisol y Fernando, etc.

“El teatro testimonial que yo hago es con los protagonistas reales de las historias reales. Eso llena la experiencia teatral de una verdad y una adrenalina extremas. Este proceso creativo -escribir y dirigir la obra- ha sido como picar una roca, de a poquitos, con mucha paciencia y atención”, describe Mariana.

Dos historias
En 1996, la joven Marisol perdió a su pareja (el arquitecto Lorenzo de Szyszlo) en un accidente aéreo de la aerolínea Faucett, en Arequipa. Lo que sigue es un largo duelo que la lleva a encontrar esperanza en la posibilidad de reencontrarse con él después de la muerte.

Por su parte, el padre de Fernando perdió a su primera familia -esposa y tres hijos- en un accidente de Lansa, en Iquitos, en 1971. Un año después, formó una nueva familia en la que Fernando es el mayor de cinco hijos. Recién cuando cumple quince años descubre que lleva el mismo nombre del hermano fallecido.